Los residentes y el personal de la Residencia La Sagrada Familia de Villardeciervos conmemoraron ayer el segundo “Día de los Abuelos”, con motivo de la celebración el 26 de julio de San Joaquín y Santa Ana, con la participación del obispo de la Diócesis de Astorga, Jesús Fernández, quien puso en valor “la riqueza que suponen ustedes para nosotros, para toda la sociedad, durante la homilía.

“A los difuntos ponerlos en las manos del Señor, Daniel y Victoriano, a los quemados y enfermos pedirle al Señor que salgan adelante”,

Por su sabiduría por su cariño por tantas cosas que nos ofrecen”. Evocando las palabras del Papa Francisco “intenta hacerles comprender que no están de más aquí, que pueden hacer cosas. Pueden dar frutos”. Señaló a Joaquín y Ana, los abuelos de Jesús, a los que “honramos por lo que han significado, por lo que han traído, por lo que nos han regalado, a una hija como María”.

Monseñor valoró “esa sabiduría de la experiencia” que se adquiere “viviendo muchos años” y aprendiendo “valores espirituales y religiosos”. El obispo animó a “dar fruto” incluso en la vejez y “enseñar muchas cosas” a los jóvenes “que no van viendo porque no lo han vivido”. El lema de los jóvenes de “probar de todo, pero de todo lo bueno” y “probar sensatez”. Invitó a hablar y comunicarse entre los residentes frente al “silencio” que nadie se sienta solo y “tenemos que buscar que sean una familia”.

El obispo recordó la dura experiencia de los mayores a raíz del incendio que afectó Villardeciervos.

“A los difuntos ponerlos en las manos del Señor, Daniel y Victoriano, a los quemados y enfermos pedirle al Señor que salgan adelante”, como a todos los que han perdido tantas cosas “mostrarles nuestra oración y solidaridad. Para eso estamos, para que en los momentos de crisis y de dificultad que no falte una mano amiga”, concluyó.