La Opinión de Zamora

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Las ovejas alistanas buscan el frescor en la sierra de Sanabria

Más de 4.000 animales de los rebaños familiares de Aliste se agrupan para veranear en la Segundera

Distintos momentos del paso de las ovejas alistanas por la comarca de Sanabria camino de la Sierra Segundera | Araceli Saavedra

Más de 4.000 ovejas cruzaron este domingo El Puente de Sanabria, tras una jornada más descansada para afrontar el último tramo más costoso del camino trashumante.

Los rebaños familiares de Aliste volvieron, un año más, a los pastos de verano en la Sierra Segundera, recordando los tiempos pasados de la “emigración” natural de fauna y los primeros humanos que domesticaron las especies salvajes, que se convirtieron en razas apegadas al hombre, una vinculación que el homínido de la urbe no comprende.

Las ovejas viajan en busca de los pastos frescos de la sierra Araceli Saavedra

“Este es el último año” repite cada año uno de los pastores más veteranos, pero no se apea un verano más del Cordel ni de la Cañada ni de la “Brea”, “Vea”. Esta vez suben unos días más tarde de la fecha que marca el calendario, hacia la primera decena de julio. Nicolás Silva, Domingo Manjón, Isidoro Gabella, José María Leal, José Ángel Ferrero, Francisco Javier Fernández y Tomás García son los pastores que este año controlan el rebaño y sostienen una de las últimas rutas genuinas de la trashumancia ibérica.

Las ovejas viajan en busca de los pastos frescos de la sierra Araceli Saavedra

El calor ha frenado la marcha el sábado a pleno sol. Las ovejas, entre Linarejos y Ungilde, se lo han tomado con calma “se meten en el monte y no hay quien las saque” reconoce uno de los pastores. El rebaño traspone el alto de la estación para hacer una entrada “triunfal” por el casco urbano de la villa. Agentes de la Guardia Civil prestan servicio para hacer los cortes oportunos en los cruces más transitados.

Las ovejas viajan en busca de los pastos frescos de la sierra Araceli Saavedra

El campo ni tiene puertas pero sí obstáculos, y uno de ellos es el embudo de la vía del tren, la vieja, donde 4.000 ovejas tienen que apretarse para pasar o bien cruzar por las vías, algo que evitan precisamente todos los pastores y ayudantes de refuerzo que se suman a esta etapa.

Las ovejas viajan en busca de los pastos frescos de la sierra Araceli Saavedra

“El camino está poco bueno” reconoce Francisco Javier Fernández Parra, que lleva 20 años de trashumante y natural de Vega de Nuez. “Está todo muy seco, poco agua y las fuentes están sin limpiar”. La cañada sin limpiar en algunos tramos más angostos, como siempre. El cordel sanabrés o la brea o vea, un cañada pecuaria protegida, está tomada por el matorral. Uno de los pastores mayores que viene delante, marcando el paso al rebaño, se acerca a la Fuente Vieja y pregunta sí se puede beber. Se agacha, saca una pequeña botella de agua, la rellena un poco, la prueba. Y afirma que “está mejor que la del grifo”. Dos grandes mastines le habían quitado la delantera en el pilón para beber.

Las ovejas viajan en busca de los pastos frescos de la sierra Araceli Saavedra

El ganado tiene preferencia en este paso que solo hacen dos veces al año. Algo que parece no saber un motorista que adelanta por la derecha a todas las ovejas y mantiene un rifirrafe con alguno de los ganaderos. “¡Déjalo que marche. Déjalo pasar!” propone uno de los jefes del rebaño.

Las ovejas viajan en busca de los pastos frescos de la sierra Araceli Saavedra

En la plaza del Arrabal les reciben algunos familiares y vecinos, como los Vasallo, que durante décadas llevaron el pan a los pastores, a la misma cresta de la sierra. “¿Qué paso?” pregunta uno de ellos, cepillo en mano, para disuadir a las ovejas de arrimarse a la vivienda, buscando todo brote verde viviente.

Las ovejas viajan en busca de los pastos frescos de la sierra

Las ovejas viajan en busca de los pastos frescos de la sierra Araceli Saavedra

Bordeando la sierra han evitado el fuego incendiario de la Sierra de la Culebra, que no suscitó pocas dudas, especialmente el de Figueruela, próximo a Linarejos uno de los puntos del camino. El daño a una explotación de Aliste “donde perdió unas 40 ó 50” les permite posicionarse “ha perdido todo porque las ha dejado todas tocadas”. Desde dificultades de respiración, estrés y hasta pezuñas calcinadas son las dolencias que van a arrastrar las supervivientes del fuego.

Trashumancia en Sanabria Araceli Saavedra

Con cara cansada, la piel quemada y paso lento cruzan el Arrabal de Puebla en medio de fotos selfies, algunos intentos de caricias a las ovejas, sonrisas, sorpresa y hasta carreras para abrazar a la sobrina. Una “reala” de mastines y perros careas se camuflan entre el rebaño cerca del hombre. El burro tiene difícil camuflarse entre tanto claro. Uno de los mastines se tumba plácidamente en el césped del Parador para descansar un rato.

Un descanso que llegaba a la altura de Castellanos para todos, poco antes del anochecer, para reponer el aliento y las fuerzas antes de dirigirse a El Puente y Limianos.

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