Más de 6.000 participantes es la cifra estimaba por la organización como dato de participación de la XXVIII Concentración Internacional de Motos del Lago de Sanabria, desde Calabor, sin que se hubiera cerrado el plazo de inscripción en El Puente de Sanabria a primera hora de la tarde.

Los moteros toman un descanso. | A. S.

El Puente es el epicentro de moteros y espectadores, con nuevas incorporaciones como la del pequeño Iker, de dos años, que junto a su madre Noela Sebe Mosquera, ha viajado desde Santiago de Compostela. Con su moto de juguete arrancaba las sonrisas de los veteranos, en su primera edición, aunque su madre puntualizaba que la última vez que estuvo en el encuentro sanabrés ya estaba embaraza, hace dos años. Ser motero es genético.

Comida tradicional. | A. S.

La presencia de casi 2.000 personas en Calabor, en la primera ruta que abría el sábado, ya desbordaba la previsión del millar de moteros en el enclave fronterizo. La carretera autonómica 925 “La catedral motera”, como fue bautizada por un exultante “spiker” Miguel Ángel Martos, ponía a prueba la pericia de los conductores que solo completaban el trazado español para recordar que la “primera curva” es de Puebla a Calabor y “la otra curva” de Calabor a Braganza.

Una moto participante. | A. S.

El Ayuntamiento de Pedralba de la Pradería colaboró con la organización con una degustación de arroz a la zamorana en el recinto del polideportivo que hubo de repartir en más de un turno por el importante número de comensales, una afluencia que sorprendió a los vecinos, invadidos por motos de todo tipo y cilindrada, y a los representantes de la alcaldía que habían previsto cuatro paellas para más de un millar.

El pequeño Iker, junto a su madre, disfruta de la concentración. | A. S.

Lubián incrementó su padrón en más de 1.500 visitantes en un tarde pletórica de calor y de gastronomía. Con un recorrido sinuoso por la carretera autonómica ZA- 106 la parada obligatoria se colocó en el kilómetro 8 para reponer fuerzas con un bocadillo de chorizo asado, con la colaboración de vecinos, hosteleros y Ayuntamiento de Lubián, cuyo alcalde vio desde la barrera la procesión. Una merienda que venía bien para afrontar una noche intensa de motor y sonido.

Durante la ruta de Calabor. | A. S.

Llama la atención la ausencia de Protección Civil de Zamora, y donde han actuado los efectivos de Protección Civil de Cuellar y Aranda de Duero, mientras que los voluntarios zamoranos han participado solo como parte de coordinación y colaboración con la organización.

El domingo da por finalizado el encuentro de motores, que sin duda ha sobrepasado las expectativas de los organizadores, una cita obligatoria ya en Sanabria que seguro volverá.