La Opinión de Zamora

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El renacer de las tradiciones

Alistanos, tabreses y albarinos unidos en la Villa Tabaresa para potenciar sus valores culturales, históricos y agroalimentarios

Mujeres y niñas de la comarca con los trajes tradicionales. | Chany Sebastián

El futuro de Aliste, Tábara y Alba pasa por “preservar en el presente los valores endógenos heredados de nuestros ancestros en el pasado para disfrute de las generaciones venideras”.

Esta fue la principal y unánime postura de los alistanos, tabareses y albarinos, vecinos, emigrantes, autoridades y visitantes, que acudieron a la Villa Tabaresa para celebrar por todo lo alto el XXXI Día de la Comarca, organizada por la Federación de Asociaciones Culturales que preside Carlos Fresno Gago, tras no poder celebrarse en 2020 y 2021 a causa del COVID.

La plaza de “John Willians”, al abrigo de la iglesia de Santa María, fue el lugar de recibimiento y bienvenida a cuantos llegaron a la antaño morada de los santos Froilán y Atilano, justo allí donde dieron vida al monasterio de San Salvador.

Para gustos los colores que puso el mercado en La Cañada y los olores a ajos en Santa Rosa, mientras dulzainas y tamboriles de Los Tomillicos rompían los sonidos del silencio, y Sara García ensalzaba la vida y obra de alistanos, tabareses y albarinos. El coro tabarés de las Capas Pardas cantaba la misa tradicional en el templo de la Virgen de la Asunción.

Puestos que recogen la artesanía y gastromomía de la comarca. | Chany Sebastián

La Plaza Mayor, con la imagen del insigne poeta tabarés León Felipe de testigo, acogió la muestra de artesanos alistanos, tabareses y albarinos, con más de 90 puestos. Sus obras han sido parte imprescindible de la fiesta de la hermandad, y de la con vivencia, durante treinta y tres años. La mieles fueron las grandes protagonistas: muchas, variadas y exquisitas.

La gastronomía brilló con luz propia, con la degustación de 200 kilos de sabrosa carne Alistana-Sanabresa

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Recuerdo especial para el ilustre sastre Aureliano Cristal Ribeiro, nacido el 13 de marzo de 1937, en Constantim (Portugal), cada año fiel al Día de la Comarca, con sus Capas Mirandesas, hasta su fallecimiento, el 11 de junio de 2020. Él y Juan Gallego Baz, de Bercianos, con sus Capas Alistanas, fueron la piedra angular del arte puro de La Raya junto a Paco y Mari Carmen Pascual con la alfarería de de Moveros.

El auditorio “Leticia Rosino” retrocedió en el tiempo a San Esteban (26 de diciembre), Año Nuevo y Antruejo (Carnaval) para cautivar a propios y extraños, con la indumentaria y enseres de 16 mascaradas zamoranas.

La comarca fue la más representada con el Tafarrón (Pozuelo), Birria (Tábara), Obisparra (Pobladura), Atenazador (San Vicente), Carochos (Riofrío), Diablos (Sarracín), Cencerrones (Abejera), Zamarrones de Villarino tras la Sierra) y los Carucheros de Sesnández; junto a Vaca Bayona (Almeida de Sayago), Visparra (Vigo de Sanabria), Zangarrón (Montamarta), Carnaval del Toro (Morales de Valverde), Zangarrón (Sanzoles), Filandorra (Ferreras de Arriba) y el Antruejo (Villanueva de Valrojo).

La gastronomía brilló con luz propia, con la degustación de 200 kilos de sabrosa carne Alistana-Sanabresa, por cortesía de la asociación de criadores de la raza autóctona que preside el tabarés Oscar Puente Cabrerizo.

Representantes institucionales en el Día de la Comarca | Chany Sebastián

Mujeres tabaresas fueron las encargadas de elaborar artesanalmente el Ramo Tabarés, bollos y rosquillas, que fueron subastados, y cuyos fondos obtenidos serán entregados a los damnificados por el incendio en la Sierra de la Culebra.

Los folcloristas de Molofolk animaron el cotarro de la anochecida

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A nivel folclórico, la gran protagonista fue la danza del paloteo tabareras propia del Corpus, San Mamed, La Asunción y Virgen del Carmen que, históricamente, contaba con 25 lazos. Sin embargo, la decadencia de los años ochenta le llevó a situarse al borde de la extinción con sólo 4 lazos en 1983.

El resurgir comenzó en 2005, recuperándose 18 de los 25 lazos mostrados ayer por el grupo liderado por Carlos Fresno.

El río Esla fue durante siglos fuente de riqueza para los pueblos ribereños, pero, a la vez, una frontera natural infranqueable para alistanos, albarinos y tabareses. El historiador José Ignacio Martín Benito desgranó los avatares y aconteceres de las barcas de paso para comunicarse con la orilla de Campos y Pan.

La Fundacion “Leticia Rosino” estuvo presente y concienció sobre la ley del menor, recordando, a su vez, a la tabaresa asesinada, en 2018, en Castrogonzalo. Los folcloristas de Molofolk animaron el cotarro de la anochecida, a los sones de antaño, para los amantes de la música de otros tiempos, y de ahora, pues nunca pasa de actualidad.

Atrás quedaron tiempos de tristeza, soledad y aislamiento obligado. Al llegar la media noche la música del grupo “M-30” dio vida a la movida alistana, tabaresa y albarina hasta altas horas de la madrugada.

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