La Opinión de Zamora

La Opinión de Zamora

Nidos vacíos en Aliste: la sequía impide la puesta de las grandes aves rapaces

La última primavera dejó una de las peores cifras de precipitaciones del último siglo, un golpe directo a la supervivencia de la fauna salvaje

Agua de un frigo.

Aliste una comarca cuya orografía de grandes montañas y valles le ha convertido históricamente en una zona con abundantes acuíferos y ríos se enfrenta a uno de los veranos más inciertos a cauda de la sequía originada por la escasez de lluvias, que ya comienza a causar estragos en los abastecimientos de los pueblos, abrevaderos para la ganadería doméstica y la fauna.

Expertos en Medio Ambiente aseveran que “ya a principios de este año las grandes aves rapaces que anidan en nuestro territorio, como es el caso del águila real y el águila perdicera, no realizaron su correspondiente puesta, de uno o dos huevos por nido, como si de antemano supieran que el resto del invierno y de la primavera no iba a llover los suficiente y no tendrían comida para alimentar a su prole, de ahí que muchos nidos hayan quedado vacíos”, afirman las fuentes.

Lo mismo, sentencian, “ha ocurrido con los mamíferos y carnívoros. Si no hay suficiente pasto para alimentar a cervatillos, corcinos, liebres y conejos, estos apenas tiene crías. Y si no hay agua en los riachuelos, pozas y charcas, apenas habrá anfibios y peces, que forman parte de la cadena alimenticia de muchos depredadores, entre ellos la cigüeña blanca, en cuyos nidos, sólo hubo un polluelo y en el mejor de los caos dos y ello llevó a producir el fenómeno del cainismo cuando el pollo más fuerte y mejor alimentado tira del nido a su hermano más débil”.

Una primavera sin agua

La primavera, que se inicio el 20 de marzo y finalizó el 20 de junio, registró unas de las precipitaciones más bajas de los siglos XX y XXI: solamente cayeron 99,5 litros durante los 21 días en que hubo precipitaciones.

Así lo registró la estación meteorológica María Pinta de Alcañices atendida por el histórico alistano y exagente del Instituto Nacional para la Conservación de la Naturaleza (Icona), Tomás Castaño Fernández, hasta el mismo día de su fallecimiento el pasado 26 de mayo.

En marzo llovía en cuatro días y sólo se recogieron 11,2 litros por metro cuadrado. En abril hubo siete días de lluvia con 55,3 tres litros: fue el mes más lluvioso. Llegados al mes de mayo la cosa fue a peor y solamente se recogieron 19,8 litros los días 14 (de tormenta) y el 15. En junio la lluvia solo hizo acto de presencia en ocho jornadas con 13,2 litros.

Aliste vivió así mismo uno de los inviernos más atípicos con la particularidad de que no hubo ni una sola nevada. Durante sus 87 días, del 21 de diciembre de 2021 al 20 de marzo de 2022, sólo llovió en 17 ocasiones y lo que es peor, en ninguna jornada en forma de nieve. Se recogieron 133,8 litros por metro cuadrado siendo la jornada más lluviosa la del domingo 26 de diciembre, festividad de San Esteban Protomártir, en que se recogieron 25 litros por metro cuadrado. Marzo fue el mes más lluvioso con 63,3 litros en ocho días, seguido de diciembre con 56,5 litros en seis.

El Río Aliste en Las Torres, seco. | Ch. Sebastián

Agricultores y ganaderos alistanos ya están notando y sufriendo la falta de agua en los ríos, arroyos, fuentes, charcas, pozos de sondeo y pozos artesianos.

Los antiguos pozos artesianos están excavados a mano y suelen ser poco profundos, entorno a los cuatro metros. Los más modernos, que se ya se hacían con maquinas y aros de hormigón de hasta 8 metros. En muchos casos una vez que se ha puesto el motor para realizar los primeros riegos de las patatas, judías, lechugas y tomates, los horticultores, se han dado cuenta que tienen muy poca agua y una capacidad de recuperación casi nula.

Manuel Ferrero Fernández, vecino de Figueruela de Arriba, un apasionado hortelano, gracias a su pozo de sondeo y un estanque de 75.000 litros de capacidad, tiene garantizado el riego para este año, pero reconoce que hay otras familias que tienen los acuíferos ya bajo mínimos, no recuperan y al final se verán obligados a abandonar el huerto y dejar secar los frutos: “Yo soy un amante del “melujo” que cada año abundaba y lo recogía en el Valle del Coso, un regato de aguas limpias y cristalinas, sin embargo este año, no he podido degustar semejante manjar porque el regato ha estados seco durante todo el invierno y la primavera”.

"Algo está pasando en la atmósfera cuando llueve más en Andalucía que en el Noroeste de España"

decoration

Maribel Martín Rodríguez de Tola se muestra pesimista pero a la vez coherente: “El huerto en los pueblos nos sirve de entretenimiento y de gimnasio al aíre libre, pero si este verano no lo podemos atender por falta de riego, hay que ser consecuentes y asumir que lo importante es poder tener agua en casa para asearse y beber”.

Vanesa Mezquita, alcaldesa de San Vitero asevera: “No ha llovido nada y el caudal de los pozos de sondeo del abastecimiento domiciliario ha bajado. Menos mal que tenemos un pozo solo para la piscina sino malamente podríamos abrirla. Puede entenderse regar dos lechugas o cuatro tomates cada tres días, lo que no se puede es estar con la manguera mañana y tarde”.

Ignacio Martín Lira, alcalde pedáneo de Bermillo de Alba y concejal del Ayuntamiento de Fonfría sentencia: “El agua es vida y un bien escaso: tendremos que elegir agua en casa o agua en el huerto, porque este verano para las dos cosas no va a haber”.

Tomas Castaño Fernández, gran aficionado y seguidor de todos los partes meteorológicos de todas las cadenas de televisión, solo unos días antes de fallecer, aseveraba allá en su finca de “María Pinta” que “En este pasado invierno todas las borrascas entraban por el Sur o por el Este y eso es malo para nosotros los alistanos. En Aliste apenas si ha llegado la luvia. Algo está pasando en la atmósfera cuando llueve más en Andalucía que en el Noroeste de España. En los pueblos alistanos las borrascas que traen las lluvias son las que entran por Portugal”.

Compartir el artículo

stats