Primeros encierros en Guarrate, con emoción y un aficionado herido por asta de toro en un brazo, entre el codo y el hombro. Ocurrió en el encierro de calle, celebrado después de los espantes en la pradera.

Guarrate, espantes a todo trapo

El herido fue trasladado a Zamora aunque el percance no reviste gravedad. Ayer se celebraba el primero de ellos, el encierro por el prado que reunió a más de un centenar de caballistas del propio pueblo, la comarca de La Guareña, de Valladolid o Salamanca.

En la pradera hubo tres espantes muy bonitos para disfrute de caballistas y aficionados. Salieron dos toros, uno del camión y otro que ya estaba suelto en la pradera acompañado de los bueyes. El espectáculo se desarrolló con momentos vibrantes y de tensión, pero sin lamentar ningún incidente, aunque no faltaron sustos debido a la arrancada de los astados.

Guarrate, espantes a todo trapo

Guarrate recupera una de sus tradiciones más señeras. Después de dos años en el desierto, impuestos por las restricciones de la pandemia, los toros vuelven al prado y a las calles. Las fiestas patronales de este pueblo de La Guareña recobran toda su fortaleza de la mano de los espectáculos taurinos, con los espantes como su seña de identidad más genuina.

Guarrate, espantes a todo trapo

Buen ambiente en una mañana calurosa a la que no faltaron los vecinos de Guarrate, a pesar de que la verbena de la madrugada se prolongó hasta altas horas. Ayer, tras los toros de la mañana fiesta continuó con el concurso de cortes por la noche. Hoy el segundo de los encierros por el prado y luego el de calle.