La Opinión de Zamora

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Carteros rurales: los trabajadores de la España Vaciada que llevan más que cartas

La retirada de efectivo en la puerta de casa ante la ausencia de cajeros o el servicio de paquetería para empresas en pueblos son algunas de las ideas de Correos para batallar contra la despoblación

Algunos vecinos de Villarín de Campos y Granja de Moreruela recogen su correspondencia como cada día. 2.- Antonio Flores posa en el umbral de su puerta con una carta en la mano. 3.- Lourdes de la Vega recibe un paquete. 4.- Francisco Álvarez, concejal del Ayuntamiento de Villarrín, revisa correspondencia municipal. 5.- Ignacio Temprano charla con su cartero de confianza. 6.- Isidora Ferrerasrealiza un pago con tarjeta en la PDA del cartero. ANA BURRIEZA

Como cada día, Villarrín de Campos recibe la visita de una persona fundamental para sus casi cuatrocientos vecinos. Su polo amarillo saluda por sí mismo y no necesita de más presentación: ha llegado el cartero de Correos, un servicio que sigue recorriendo la España Vaciada y que con los nuevos tiempos se ha encomendado a una misión que va más allá de la entrega de cartas.

Todos los paisanos saludan a este cartero rural con un enérgico “¡Rubén!”: él es ya parte de Villarrín, uno de los cuatro pueblos que componen su ruta diaria que recorre desde hace algo más de un año a cada jornada.

ZAMORA. VILLARIN DE CAMPOS. REPORTAJE CORREOS ANA BURRIEZA

En total, 80 kilómetros para hacer el circuito que también lo lleva a Granja de Moreruela, Santovenia y Villafáfila, donde conecta con el mundo a más de 1.300 personas entre las que reparte cada día una media de 200 cartas.

Los carteros rurales ofrecen servicios como la retirada de efectivo, el pago de facturas y mucho más

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En Tierra de Campos valoran el trabajo de este cartero rural: “Tenemos una relación de todos los días, de confianza”, dice Francisco Álvarez, concejal del Ayuntamiento de Villarrín, que recoge la correspondencia del consistorio.

Del antiguo calco poco queda, ahora les acompaña una PDA, un dispositivo electrónico con el que desde esta primavera ofrecen servicios que van más allá de enviar o recoger cartas, como por ejemplo, el pago con tarjeta. Desde la primavera, ya ha prestado 2.085 de nuevos servicios de este tipo.

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Una figura clave en el medio rural

Los carteros rurales se han convertido en una oficina itinerante que acercan a los vecinos servicios básicos que en muchos casos hace años que no pueden encontrarse en los pueblos, como retirar o ingresar efectivo en sus cuentas bancarias, que ya es posible hacerlo en la puerta de casa, gracias a Rubén y su PDA.

También pagar los recibos de la luz o el agua y las tasas a ayuntamientos o diputaciones: “Todo en los domicilios de las personas”, apunta sonriente el cartero.

Ya son más de trescientos años los que Correos lleva presente en el territorio gracias a carteros

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Rubén atiende a una población en la que el 80% de los vecinos son ancianos. En Villarrín, por ejemplo, hace diez años que no hay oficina bancaria. Tampoco cajero. Los que aún disponen de vehículo se acercan al pueblo de al lado de vez en cuando a por dinero, como Delfín Pintado, que va a Manganeses a retirar efectivo. Otros ya están empezando a utilizar los servicios de Correos.

“Les da confianza”, explica este cartero rural señalando el logo de la compañía, y es que ya son más de trescientos años los que Correos lleva presente en el territorio gracias a carteros a pie, en burro, bicicleta o coche: Correos siempre ha estado con ellos.

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El pago del distintivo medioambiental de los coches, de momento, es lo más utilizado, según Rubén.

El programa está abierto a nuevas ampliaciones, y en el futuro, están seguros de que los servicios que los carteros rurales ofrecerán serán mucho mayores, eso sí, sin perder lo de toda la vida, porque como dice el vecino Antonio Flores: “Es por las cartas que sabes de la familia”.

Menos cartas, más servicios

El postal ha ido cayendo paulatinamente un 5% cada año. Hasta los últimos días antes de la pandemia las empresas eran las que más lo utilizaban: facturas, comunicaciones o información a sus clientes que por efecto del COVID se han trasladado a la carpeta del correo electrónico.

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Por ello, el número de cartas se desplomó en la pandemia: en 2019 había una media de 11 millones al día en España, ahora es tan solo de cuatro. Dos años que han cambiado el servicio de Correos.

Aunque no haya cartas, los carteros rurales recorren cada día el territorio. No faltan a su cita. Por ello, desde Correos lo tuvieron claro desde el principio: había que aprovechar este despliegue para acercar servicios al mundo rural, sobre todo a las zonas que sufren despoblación.

Algunos vecinos reciben las notificaciones de consultas médicas aún por carta, para ellos este es un servicio "muy importante"

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Cada vez hay menos cartas, pero más servicios. Rubén es uno de los 72 carteros rurales que hay en Zamora que se distribuyen en once unidades de reparto y atienden además 24 pequeñas oficinas en los pueblos. “Es muy importante, les tenemos que ayudar para que puedan seguir adelante y se queden en el pueblo”, cuenta Lourdes de la Vega, de Granja de Moreruela, sobre un servicio que ningún vecino está dispuesto a perder.

Correos sigue en su empeño de ser un apoyo más para fijar población: servir tanto a empresas radicadas en el mundo rural que confían en Correos para la paquetería de los productos como a los mayores que esperan las cartas de la cita médica, que aún reciben en papel.

“Mi esposa tiene discapacidad, por eso estoy siempre pendiente de si hay carta del centro de salud o del hospital, es muy importante para nosotros”, cuenta Ignacio Temprano, vecino de Villarrín que recibe a Rubén como a uno más de casa.

ZAMORA. VILLARIN DE CAMPOS. REPORTAJE CORREOS ANA BURRIEZA

Porque a veces, el cartero es la única persona que queda en algunos pueblos. La despoblación se ha llevado farmacias, bancos, consultorios y hasta la venta ambulante de fruteros o panaderos, que han acortado sus rutas de reparto o han cerrado los hornos por jubilaciones, sin un relevo más joven que ocupe su puesto. “Este chico es muy atento, la verdad es que estoy muy contenta con él”, cuenta Isidora Ferreras, también de Villarrín, que incluso ofrece un café al empleado de amarillo. Él es ya uno más.

Cartas, paquetes y un ejemplar de LA OPINIÓN-EL CORREO DE ZAMORA que cada mañana llega a la residencia del pueblo para que ningún mayor de Villarrín se quede sin leer las noticias del día. Rubén consigue que ningún servicio se quede por el camino de los 80 kilómetros que recorre cada día.

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