Vigo de Sanabria se volcó con la festividad de La Virgen de Gracias, una vez culminada la procesión desde la iglesia parroquial de San Miguel Arcángel.

La imagen de la Virgen del Rosario, de vista a la Virgen de Gracias, iba precedida por los pendones de la parroquia, y entraba al pequeño templo poco después de la una de la tarde, tras un generoso y caluroso recorrido por el pueblo, y donde las dos parejas de madres e hijas: Reme Rábano, Manoli Prieto, Silvia Vázquez y Cristina Miguel, recitaban el canto del Ramo desde la entrada hasta el pie del altar donde depositaban sus ramos de flores.

El peso de componer y recitar la Loya recaía en José Luis Estrada para tributar a la Virgen “Reina de nuestra haciendas” las gracias “por habernos librado de pestes, hambres y guerras” y permitirnos “misas y fiestas”.

En su recital saltó tiempo atrás para recordar cómo empezaba la fiesta cuando había más polvo y barro en los caminos y aquellos cuatro coches de los curas y los hermanos “Marcos” en sus “dos caballos”.

No faltaba el retratista en su montesa, donde no pocos se retrataron. Un poso de añoranza para el cortejo en la procesión “de alguna que se había cansado” y “era bonita costumbre declararse junto al Ramo”. Otra escena para el recuerdo eran los ramos blancos de las novias que se dejaban en el pedestal de la Virgen de Gracias. 

Vigo mira a la Virgen de Gracias