La Opinión de Zamora

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Peregrinos del Santo Entierro de Bercianos ofrecen su Pasión al papa Francisco

La comitiva presidida por Pedro Faúndez y Tomás González rindió homenaje en San Pedro a Paulo III, quien les otorgo la Bula de 1533

Foto de familia en la visita al Vaticano. | Cedidas

La Semana Santa de Bercianos de Aliste ha dejado de ser un secreto para el papa Francisco que ayer recibía de los penitentes de la antigua cofradía el estudio e informe que servirá de base para solicitar a corto plazo a la Unesco su declaración como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad.

La comitiva del Santo Entierro de Bercianos de Aliste la formaron por 16 personas, estuvo liderada por Pedro Faúndez Mayo (sacerdote de la parroquia de San Mames y capellán de la hermandad), Fernando González Rodríguez (presidente y alcalde del Ayuntamiento den San Vicente de la Cabeza), Pedro del Río García (cofrade) y José Luis Alonso Ponga (Profesor de la Universidad de Valladolid).

La Semana Santa de Bercianos de Aliste está declarada Fiesta de Interés Turístico Regional de Castilla y León y Bien de Interés Cultural. El objetivo es ahora conseguir el reconocimiento de la Unesco como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad.

La primera jornada de la peregrinación alistana, el lunes, la dedicaron a cono la Roma romana, el coliseo, viendo la perspectiva de como se había formado la ciudad. El martes lo centraron en san Pedro del Vaticano. La jornada comenzó con una misa tempranera, a las 7.15 horas, cerca de los restos de San Pedro en la Basílica del Vaticano.

Luego visitaron los jardines acompañados por el hermano José Luis Martínez Gil, religioso de la Orden de San Juan de Dios, historiador y doctor en Teología, natural de Villalba de la Lampreana, que fuera enfermero del papa Juan Pablo II y ha trabajado en la Farmacia Vaticana. Encantado el de recibir a los penitentes del Santo Entierro de Bercianos. En estos paseos tuvieron la suerte de ver al papa Benedicto XVI. Luego tuvieron la suerte de subir hasta la cúpula del vaticanos con sus impresionantes vistas.

Uno de los momentos más emotivo fue la visita en la Basílica de San Pedro del Vaticano a la tumba del papa Paulo III

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Por la tarde visitaron los museos vaticanos contemplando la Capilla Sixtina y las magnificas obras que hay allí. Por la tarde visitaron la Plaza de España y la Fontana de Trevi.

Uno de los momentos más emotivo fue la visita en la Basílica de San Pedro del Vaticano a la tumba del papa Paulo III, que fue el sumo pontífice que otorgó la Bula de Bercianos de 1536.

Tomás González Sutil, nacido el día 30 de marzo de 1933, camino de los 90 años, vio cumplido uno de los mayores sueños de sus vida, que hasta hace sólo unas semanas de le antojaba poco menos que imposible: “La Semana Santa de Bercianos es religiosidad y devoción pura. Yo la conocí de niño viendo a mis padres y abuelos, hasta que me hice cofrade y allí he estado cada Viernes Santo como penitente del Santo Entierro. Los niños y los jóvenes van asumiendo la Pasión de Cristo como algo suyo, heredado de sus antepasados, y ello nos garantiza que la Semana Santa seguirá viva. Venir a Roma, ir al Vaticano y ver al Papa Francisco en ha emocionado mucho. Ha merecido la pena”.

El anciano, acompañado por Pedro Faúndez Mayo, fue el encargado de dedicar el estudio y entregárselo al Papa Francisco.

Acudir a honrar y orar ante la tumba de su benefactor el Cardenal Francisco, fallecido el 27 de octubre de 1540 y enterrado en la Basílica de la Santa Cruz de Jerusalén de Roma, fue otro de los momentos álgidos de la peregrinación de Aliste a Toma.

José Luis Alonso Ponga sentenciaba en Roma: “Bercianos es un repositorio de tradiciones, de costumbres, de canciones y de elementos tradicionales, pero no de folclorismo trasnochado sino vivo y con gran sentido para los que participan en los acontecimientos. Mi interés a la hora de estudiar este patrimonio cultural inmaterial es llamar la atención a nivel internacional de la riqueza cultural de un modelo cultural con base religiosa”.

Dedicatoria de la cofradía del libro entregado al papa. | Cedida

Bercianos consiguió construir una religiosidad popular y un patrimonio inmaterial de primer nivel. Los cofrades mantuvieron la indumentaria sacralizada (Capas Pardas Alistanas de Honras y Respeto, los mantones y la vestimenta blanca de lino) cuando los demás lugares y cofradías renunciaron a ellas. Conservaron el miserere popular, –que hasta mediados del siglo pasado formaba parte de las prácticas cuaresmales de todo Aliste–, porque forma parte del rito y es imprescindible para el desarrollo de su religiosidad y cumpliendo de los mandatos de la cofradía de la Santa Vera Cruz: hoy también llamada del Santo Entierro.

En el Santo Entierro de Bercianos se reproducen las mismas pautas que en el sepelio de cualquier hermano cofrade, de manera que se difícil saber si al cofrade se le entierra igual que a Cristo o a Dios se le acompaña a su sepultura como a cualquier vecino: “Así se comprende la hondura vivencial de la procesión del Santo Entierro, porque la reproducción de los mismos rituales crea fuertes lazos místico-religiosos que aúnan a la comunidad”.

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Bercianos de Aliste y el Santo Entierro Emilio Fraile

Por Roma recordaron sentencias erróneas sobre los alistanos, como las del Ministro Pascual Madoz, “ el que quito la mayoría de los biense a los ayuntamientos y condenó a la pobreza, a veces miseria, a cientos de campesinos que tenían en dicho bienes una precaria forma de subsistencia: “Gentes cuyas costumbres sencillas, les hacen vivir contentos y sin conocer aquellas necesidades que la sociedad harto corrompida ha hecho precisas e imprescindibles”. Manuel Gómez Moreno dijo de los alistanos que eran “Rutinarios y pobres de espíritu”.

Menos mal que llego en 1897 Santiago Méndez Plaza que pasó una temporada allí para conocerlos y contar la realidad, destacando de sus rasgos morales como su religiosidad, su carácter hospitalario, pero con un gran respeto por sus costumbres.

Uno de los hechos históricos de las Semana Santa de Bercianos fue la prohibición del “Sermón del Descendimiento” dictada el 31 de julio de 1803 por el Arzobispado de Compostela Rafael Múzquiz Alfunate: “Fielmente persuadido de que semejante sermón más que bien causa confusión, algazara y otros desordenes ajenos de un día santo y solemne en los fieles, deseosos de evitarlos y de tomar una providencia capaz de cortarlos” .

Fernando González Rodríguez manifestaba que “Hemos cumplido, en nombre de todos los hombres y mujeres de Bercianos, de presentarse nuestra Semana Santa al Papa Francisco al que le hemos manifestado nuestro deseo de mantener la religiosidad de la Pasión de Cristo en Aliste. Nuestro objetivo es conseguir su declaración como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad.

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