María José del Zurrón del Estal y Laureano del Estal López han presentado en Puebla “Eternamente nel Amiente”, el libro de relatos en sanabrés, convertido en un homenaje a la mujer y en un reconocimiento a la lengua materna del territorio. El texto de María José Zurrón es un viaje por 12 relatos entre la realidad y la ficción, con ilustraciones de Laureano del Estal. Al acto de presentación asistió la directora de La Opinión-El Correo de Zamora, Marisol López del Estal, y el alcalde de Puebla, José Fernández Blanco.

El alcalde abrió las intervenciones para valorar precisamente el dialecto prácticamente desaparecido pero que “somos capaces de leerlo y entenderlo” y recordar a los transmisores de las palabras como “Lauro” cuando lo visitaba en Ungilde, que recuerdan “a nuestros padres y nuestros abuelos”. Reconoció que este legado “es un regalo que no se nota pero que deja huella”.

Marisol López lamentó que “se haya perdido la vida rural; se iba a la iglesia y se iba al consultorio y se hablaba. Era un acto de comunidad”. Encuentro de comunidad que se recupera en el trabajo de los autores y que aunque está más localizado en San Martín de Castañeda, y “parece un complot del Estal, que sí lo es, es representativo de cualquier pueblo” de la geografía sanabresa. Destacó la labor de Zurrón y los 20 años de investigación y recopilación de vocabulario del dialecto sanabrés.

Recalcó el papel de la mujer, “la desigualdad y todo el protagonismo de la mujer del campo. La brecha de género continúa más abierta en el medio rural”. Es precisamente la gran presencia de las mujeres en el libro lo que llama la atención, aunque para María José no era su intención, fue “inconsciente” pero subyace la fuerte presencia e influencia de las abuelas. La recopilación de palabras de transmisión oral no fue “con la intención de escribir”.

Público asistente a la presentación del libro. | A. S.

A raíz de esa labor “tenía las notas pero no tenía la música”. Así surgió el primer relato para un concurso en León. La autora subrayó la presencia del “buen padre” en el contexto de una sociedad patriarcal. La melodía llega cuando María José y Laureano ponen en común sus inquietudes.

“El proceso empieza en 2014 donde se ve el trabajo y toda la experiencia anterior”, en este caso del pintor Laureano del Estal. “Nada firme” entre relatos y primeras ilustraciones y “me daba un poco de miedo porque no estaba a la altura de las circunstancias de lo que ella había escrito”. Unos escritos “que era como ver una película” de la infancia, de las figuras de referencia, de sentirse orgulloso del sanabrés. Combinar texto e ilustración fue fácil “teníamos la misma idea”. El último año, escritora e ilustrador “dimos cuerpo a todo”.

Laureano del Estal reconoció “estar en un momento muy dulce, hago lo que quiero”

Desde el color elegido para las ilustraciones hasta las propias imágenes guarda un estrecho simbolismo, el recuerdo de la infancia, la tradición oral en el seno del hogar, la presencia de los mayores como transmisores de palabras y relatos.

Laureano del Estal reconoció “estar en un momento muy dulce, hago lo que quiero”. Y eso que quiere es la nueva exposición que está preparando y que prácticamente está terminada a falta de uno de los cuadros. Precisamente la portada de este libro formará parte de esta exposición, que entre otros ofrecimientos ya tiene la sala de exposición del Castillo de Puebla.

El dialecto sanabrés tiene influencias diferentes “no soy filóloga ni quiero hacer un manual solo he querido trasmitir la forma como me llegado a mí” dando relevancia a la lengua materna desde San Martín de Castañeda. La escritora reconoció que mientras la generalización lingüística era avergonzarse por hablar sanabrés “nosotros esa vergüenza no la hemos sentido”.