La Opinión de Zamora

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Bar busca emprendedor

Samir de los Caños ofrece un establecimiento a estrenar con cocina y muebles por sólo 100 euros al mes para recuperar este centro social

Interior de la cocina del establecimiento en proceso de reforma. | Ch. Sebastián

Samir de los Caños, pueblo con el mayor término geográfico de Aliste, Tábara y Alba, afronta el 2022 como el año en el que al fin se terminará su esperada concentración parcelaria, pero también el cierre del bar.

Esta es una tónica en los pueblos más pequeños, más de la mitad por debajo de los 50 habitantes, pero difícil de entender en uno de los núcleos más grandes, donde en tiempos mejores sus vecinos tuvieron fama de cantineros y taberneros pues llegaron a regentar hasta siete, cinco en el pueblo y el resto en dos colindantes.

Local reformado que acogerá el bar de Samir de los Caños. Ch. S.

Condiciones del alquiler

El Ayuntamiento de Samir, cuya Corporación Municipal preside el alcalde Francisco Belver Crespo, ultima la restauración y reconversión de las antiguas escuelas de niñas, situadas junto a la ermita de San Juan Bautista, para su destino como bar, que contará con sala, cocina y baños. Todo ello amueblado, con mesas y sillas en incluso televisión.

El próximo paso será ahora encontrar una familia, ya sea de Samir o de otro lugar, que esté dispuesta a afrontar la gestión del bar y prestar servicio a los vecinos.

El presupuesto base de licitación se ha establecido en 100 euros mensuales. Los empadronados podrán obtener hasta 5 puntos (0,10 por mes).

“Clientes no le van a faltar, siempre hemos sido un pueblo muy de bar” aseguran los propios vecinos

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Se valorará la experiencia profesional acreditada por el licitador en relación con la explotación de espacios de hostelería (bares, cafeterías y restaurantes), así como la experiencia acreditada como camarero, cocinero o barman.

Samir de los Caños cuenta con 169 empadronados (93 hombres y 76 mujeres), con lo cual se considera que una familia puede vivir de su explotación: “Clientes no le van a faltar, siempre hemos sido un pueblo muy de bar” aseguran los propios vecinos.

En el año 1900 ya era Samir uno de los pueblos más grandes de la Raya de España y Portugal con 564 vecinos y, aunque descendió a 424 allá por 1930, tras la Guerra Civil ya había subido a 560 en 1950 iniciándose una década prolífica que le llevó a 610 habitantes en 1960 viendo la época de su mayor esplendor poblacional. Desde entonces perdió 411 empadronados.

La emigración se llevó a 158 de sus hijos a buscarse la vida lejos en los años 60 y 124 más en los 70. Con muchos de sus hijos arrastrados por el éxodo a otros lugares no es extraño que durante los meses de julio y agosto pase de 169 a más de mil residentes.

Samir de los Caños llegó a contar con hasta cinco tabernas

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Con 3.654 hectáreas de superficie linda con 9 pueblos: Lober y Domez (norte), Fornillos, Fronfría y Bermillo (sur), Vegalatrave y Losacino (este) y Ceadea y Mellanes (oeste).

Samir de los Caños llegó a contar, una vez finalizada la Guerra Civil, con hasta cinco tabernas o cantinas, donde se vendían también artículos alimentarios como el bacalao, aceite, sal, azúcar, vino o escabeche.

Un pueblo de bar

Claudio Rozados Miguel, uno de los muchos samireños que se vio obligado a emigrar, recuerda, con nostalgia y emoción: Hasta los años sesenta aproximadamente los más conocidos eran “Los Jipes” y la familia de “Los Mielgos”, tres hermanos, Santos, Manuel y Andrés, con una taberna cada uno: “Disponían de mulas, fueron de los últimos en tenerlas, con las que acudían a Zamora a buscar comestibles, sobre todo, y vino, hasta que llegaron a Aliste los camiones”.

Uno de los primeros camiones que comenzó a recorrer los pueblos alistanos en lo que hoy con conocemos como venta ambulante fueron los afamados “Colinos” de Fornillos de Aliste.

Rozados Miguel asevera: “Tanto en las cantinas como tabernas eran frecuentes los libros de débito donde casi todos los vecinos tenían una página abierta, pues tanto la compra de ciertos productos como las partidas que jugaban los hombres de la casa era apuntadas al debe hasta que se vendía algún animal o trigo. Al “tí Chumino”, que fue un empedernido jugador y pagaba con grano que le mangaba a su padre, lo descubrió este, porque el costal tenía una pitera y dejó un reguero de trigo por la calle desde su panera hasta el bar”.

“Tu marido y el mío son dos maridos; juntos en la taberna, son dos perdidos”, reza el refranero de Samir

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Los propietarios de cantinas y tabernas en Samir de los Caños eran gentes emprendedoras, pues algunos de ellos tenían paralelamente un negocio similar en otros pueblos cercanos como el tío Andrés Mielgo en Vegalatrave de Alba o el tío Florencio, conocido como el Tío Jipe, que lo tenia en Domez de Alba. En la cantina del tío Jipe aún reza el anuncio en letras negras: “La Fama: establecimiento de vinos de Florencio Belver”.

El refranero alistano fue pródigo en alusiones a bares y cuando el piso era de tierra, polvo o barro según la época, hacía alusión a las calles más transitadas : “Camino de la iglesia, cría la hierba; no la cría la calle de la taberna”.

Afamados eran otros como “Tu marido y el mío son dos maridos; juntos en la taberna, son dos perdidos”, o el de “Para ir a misa estoy cojo, para ir hasta la taberna, poquito a poco”.

El alcalde Francisco Belver Crespo sentencia: “Samir necesita un bar y desde el Ayuntamiento estamos poniendo todo que sea necesario para abrir”.

Gema Belver Nieto, joven que tras terminar sus estudios ha regresado a su tierra para trabajar en la Residencia de la Tercera Edad “San Salvador” de Rabanales y a residir en el pueblo muestra el sentir de los más jóvenes: “Un bar en un pueblo es mucho más que un local de hostelería, es un centro social, un lugar de reunión, reencuentro, punto de referencia, antes de que existieran las redes sociales y ahora también”.

En otros tres pueblos los dueños de los bares barajan cerrar tras el verano

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La despoblación surgida del éxodo rural iniciado en los años 60 y 70 de siglo XX ha arrastrado en su caída en el XXI a los bares que antaño prácticamente había al menos uno en cada pueblo.

Al menos 47 pueblos se han quedado ya sin su lugar de ocio y reencuentro: Lober, Tolilla, Puercas, Gallegos del Río, Flores, Castro, Arcillera, Mellanes, Ceadea, Brandilanes, Matellanes, Mellanes, Samir, Fradellos, Ufones, Figueruela de Abajo, Villarino de Manzanas, Moldones, Flechas, Gallegos del Campo, San Pedro de las Herrerías, Boya, Campogrande, Cabañas, El Poyo, Villarino de Cebal, San Cristóbal, Latedo, San Martín del Pedroso, Villarino tras la Sierra, San Blas, Vega, Rivas, San Mamed, Cerezal, Villaflor, Vide, Castillo, Carbajosa, Olmillos, Marquiz, San Pedro de las Cuevas, San Martin de Tábara, Villanuevas y los tres Poblados de Iberdrola.

En otros tres pueblos sus dueños barajan cerrar tras el verano.

El cierre de bares es la última instancia del declive de los pueblos, que no encuentran ya ni dónde reunirse.

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