La Opinión de Zamora

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Fernando Antúnez García Presidente de Urcacyl

“El impacto social del ovino es tremendo, hay pueblos que se están sujetando con la ganadería”

“La industria se ha enrocado, dice que le presiona la gran superficie y no se plantean una subida de la leche que llegue a cubrir costes”

Fernando Antúnez García, presidente de Urcacyl JOSE LUIS FERNANDEZ

Fernando Antúnez García, director financiero de la cooperativa Cobadu, es el presidente de Urcacyl (Unión Regional de Cooperativas de Castilla y León). Economista y vinculado al cooperativismo desde hace más de 30 años, Fernando Antúnez participó ayer en el curso sobre “El sector ovino y sus productos en la economía zamorana” organizado por la UNED.

–El sector ovino es puntero en la provincia de Zamora, ¿cómo se traduce esa fortaleza en términos productivos?

–Castilla y León es la segunda comunidad en censo de ovejas de ordeño y la cuarta en censo de ovejas de carne, pero Zamora es la primera provincia de la comunidad en número de ovejas reproductoras. La relevancia del sector en nuestra provincia es indudable y, teniendo en cuenta que la estructura de la propiedad es muy pequeña, las cooperativas han jugado un papel fundamental. Además el centro de referencia Ovigen y la mejora genética de las cabañas han propiciado un espectacular desarrollo del ovino en Zamora.

–El gran potencial es la producción lechera, ¿cómo ha sido la evolución?

–Sí. Nuestra producción fundamentalmente es láctea, el cordero lechal siempre se había considerado como un subproducto dentro de la explotación ganadera, como una ayuda. Hemos ido viendo cómo ha cambiado la estructura de la propiedad; hay menos ganaderos, pero explotaciones más dimensionadas. A nivel de la comunidad autónoma el número de ganaderos se ha reducido un 27%, sin embargo la leche solo ha decrecido un 4%, desde el pico más alto que se alcanzó en 2018 hasta 2021. Por tanto, hay una concentración de la producción en explotaciones más dimensionadas. Los ganaderos más pequeños han ido abandonando la actividad, pero el número de litros de leche se va manteniendo.

La producción total de la leche en Castilla y León asciende a unos 222 millones de litros al año y el 78% procede de cooperativas

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–¿Qué influencia tienen las cooperativas en el sector ovino?

–La mayoría de los ganaderos están perfectamente organizados y estructurados en cooperativas. La producción total de la leche en Castilla y León asciende a unos 222 millones de litros al año y el 78% procede de cooperativas; el sector está organizado.

–Sin embargo arrastra una falta de rentabilidad que empieza a comprometer el futuro de muchas explotaciones.

–El problema que nos encontramos es la presión que está ejerciendo la gran superficie sobre el industrial, que a su vez lo transmite a las cooperativas, las cuales no dejamos de ser los productores porque vivimos para nuestros ganaderos. Esa presión de la gran superficie a la hora de fijar el precio del queso, que es el destino casi total de la leche de oveja, repercute directamente en el ganadero que ve cómo en los últimos años su explotación no solo no le da para cubrir los costes sino que pierde dinero.

–Los ganaderos han hecho un gran esfuerzo para modernizarse y ahora se ven ahogados.

–Los ganaderos se han profesionalizado, tienen unas estructuras dimensionadas, adecuadas, todos ellos están produciendo leche de manera muy profesional. Sin embargo, cuando vamos al industrial y le decimos que los costes de producción ha subido de un 25 a un 30% –ahí podemos incluir todo la alimentación, la mano de obra, la energía, todos los insumos que tiene un ganadero–, la industria se despacha diciendo que solo va a subir un 8% inicialmente, que a lo sumo pueden llegar a un 11-12%. Es decir, que en ningún momento se están planteando una subida que llegue a cubrir los costes.

Los ganaderos tienen unas estructuras dimensionadas, adecuadas, están produciendo leche de manera muy profesional

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–El ganadero, que es el que está produciendo la leche, es el que pierde dinero, ¿esto cómo se puede explicar y aguantar?

–Desde las cooperativas y las distintas organizaciones de productores estamos manteniendo reuniones con la industria. Pero no hay manera, se han enrocado, dicen que la presión les viene por parte de la gran superficie que no les permite subir precios ante el miedo de que bajen las ventas. Y eso hace que nos estemos encontrando con un problema muy serio. Primero porque hay un abandono de explotaciones, y una vez que una explotación se cierra, se acabó; no se vuelve a abrir. Y segundo porque así no existe relevo generacional. Recuerdo que allá por el año 2000, cuando venía por la cooperativa un ganadero, con ilusión y ganas de hacer cosas, te pedía consejo y les hablábamos de la instalación de ovino porque era rentable. Había ganas, los hijos de los ganaderos querían quedarse con la explotación. En estos momentos eso es impensable porque pierden dinero y el hijo ve que, además de ser una actividad tremendamente sacrificada, no es rentable.

–¿Cómo se plantea entonces el futuro del sector?

–Las cooperativas de Castilla y León facturan en torno a 200 millones de euros anuales en leche y 43 por venta de lechazos. Creo que los industriales no se están dando cuenta de que si el precio de la leche sigue así no van a poder cubrir sus necesidades de materia prima para elaborar el queso y van a tener que salir fuera. Será cuando se den cuenta de que, o pagan un precio adecuado o sino probablemente lejos de estar controlando esos precios bajos al final se van a disparar y no van a tener la materia prima. Y no olvidemos que la mayor parte de la industria quesera de toda España está en Castilla y León.

En estos momentos eso es impensable que el hijo de un ganadero se quede con la explotación, ve que pierde dinero

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–¿Por qué no elaborar queso sin depender de la cadena?

–Porque es un sector muy maduro que ya tiene unas estructuras industriales muy potentes y obviamente están copando el mercado. Es verdad que se pueden hacer cosas, como quesos artesanos buscando la especialización, pero que no remedian el problema de estos 200 millones de litros de leche. El industrial debe pensar que, o paga un precio razonable o si no él mismo está abocando a que el sector desaparezca y no va a tener la materia prima que necesita.

–El problema del precio de la leche en origen lleva tiempo arrastrándose, salió una Ley de la Cadena Alimentaria para corregir estos desequilibrios, pero nadie confía en ella.

–Nosotros podemos demostrar que los costes han subido una media de un 25-30 por ciento en una explotación estándar productora de leche. Ese índice tendría que servir para subir los precios del año anterior, máxime tratándose de un sector que está obligado a firmar los contratos de entrega de leche para todo el año. Si tú te estás abocando a perder dinero durante todo el año, qué futuro nos espera. La Ley de la Cadena está bien, pero tendría que cumplirse.

El industrial debe pensar que, o paga un precio razonable o se arriesga a no va a tener la materia prima que necesita

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–¿Y si no se cumple entonces no pasa nada?

–Es muy fácil decir, denuncia a la industria. Pero es que es el cliente del ganadero. Y si ese cliente te dice que no te recoge la leche entonces no tienes un problema, tienes un problemón.

–El ganadero ha cumplido, se ha profesionalizado, modernizado la granja, encima mantiene la vida de los pueblos. Nadie entiende que sea el gran pagano.

–Pues sí, la realidad es que en estos momentos se están encontrando con la espada de Damocles porque la industria no se aviene a razones. Probablemente la industria dirá que ellos están sometidos a la gran superficie, pero si sabemos cuáles son los costes, a partir de ahí cada eslabón que se vaya ganando dignamente la vida.

Es muy fácil decir, denuncia. Pero si no te cogen la leche no tienes un problema, tienes un problemón

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–¿Qué impacto tiene esta crisis en las cooperativas?

–Para nosotros el sector ovino es tremendamente importante. Los inicios de Cobadu eran la fabricación de piensos, fundamentalmente de porcino. Ahora un tercio del pienso que se vende va destinado al ovino, pero hemos llegado a superar ese tercio. Poco a poco se nota esa desaparición de las explotaciones y es un sector crucial porque en Zamora tenemos grandes industrias queseras. Si aquí no tienen la materia prima no cabe duda de que van a resentirse sus cuentas de explotación.

–No menos importante que el impacto económico es el impacto social, porque el ganadero vive en el pueblo.

–Claramente. Hay pueblos que en estos momentos los está sujetando la ganadería. En el momento que desaparece, ese pueblo se muere porque esa población tiene que emigrar. En zonas como Sayago o Villalpando hay un importante número de ganaderos que están generando una riqueza, desarrollo, mantienen los pueblos, escuelas, centros de salud. El impacto del sector es tremendo, económica y socialmente.

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