Los agricultores y ganaderos de Zamora han emprendido una campaña de sensibilización sobre la cadena de precios a las puertas de uno de los supermercados más concurridos de la ciudad.
Allí han denunciado que ligar la subida galopante de precios como consecuencia directa del conflicto de Ucrania “es mentira”, debido a que “la cosecha de girasol ya está recogida del año pasado y está hecho aceite, el girasol no se puede almacenar un año entero”, advierten sobre la inflación injustificada que está sufriendo este alimento. Además, debido al mayor rendimiento respecto de este cultivo respecto al tradicional cereal cuyos costes se han incrementado, se está sembrando “incluso más”.
Los agricultores han pasado la mañana informando a los zamoranos que entraban en el supermercado con el objetivo de concienciar sobre la doble cara de la moneda que el sector primario: la subida de precios para el ciudadano no se repercute en un aumento de la ganancia para los profesionales del campo, debido entre otras cosas, por los bajos precios que impone la industria alimentaria a los agricultores y ganaderos.
A pesar de la inflación, muchos de los productores, sobre todo en ganadería, venden a pérdidas.
Para ello, se han repartido octavillas informativas en las que figuran los siguientes datos: el coste de producción de cada alimento, el importe que percibe el agricultor por él y el precio que paga el consumidor.
Con ello han querido poner de relieve la diferencia de precio de los alimentos desde el primer eslabón de la cadena, el productor, hasta el último, el consumidor, al hilo de las últimas subidas agresivas de la cesta de la compra.
Así, productos básicos como la leche “se siguen vendiendo a pérdida”, según Antonio Rodríguez presidente de UCCL en Zamora, que ha denunciado la ineficacia de la Ley Cadena. Esta norma a pesar de haber sido remodelada en varias ocasiones sigue “sin tener carácter sancionador”, por lo que no se cumple.
“No es que salga rentable pagar la multa, sino que es completamente gratis”, denuncia el portavoz sobre una Ley que se queda pequeña para el campo.
Tiempos duros para el campo
Tras los cierres de explotaciones ganaderas en Zamora en los últimos meses, desde UCCL creen que el problema se agravará, sobre todo en el caso de los ganaderos de leche: actualmente el coste de producción del litro es de 0,42 euros, pero los ganaderos la venden a 0,34 euros. Al consumidor le llega a 0,69 euros.
El margen se incrementa en productos como la lenteja, que se paga a 0,48 euros al agricultor pero que cuesta 2 euros en el mercado. Las patatas y el trigo son otros de los productos básicos cuyo margen también se dispara.
Al valor que no llega al agricultor se suma a que “estos productos vienen de fuera de la Unión Europea”, y es que los lineales de los supermercados están llenos de “patatas de Israel o lentejas de Canadá” a los que no se les exigen los controles fitosanitarios de los producidos en Zamora, condiciones que se endurecerán con la entrada de la nueva PAC para 2023.
Otras de las cuestiones que preocupan al sector en Zamora son la necesidad de contar con más regadío, “siempre y cuando sea con regadíos modernos”, ha especificado el agricultor sobre las reticencias del Ministerio de Transición Ecológica de dotar de más superficie a los regantes de la cuenca del Duero en el nuevo Plan Hidrológico, que el portavoz ha criticado muy duramente debido a que sí está permitido “tirar agua” por las eléctricas, lo que ha tildado de “un problema grave” para la gestión de los recursos acuíferos en Zamora, dedicados a producir luz “que no se queda aquí”, ha concluido el portavoz sobre los problemas que la agricultura y ganadería zamoranas atraviesan actualmente.
La cesta de la compra costará aún más, según presagian los profesionales
“Un depósito ahora son 500 euros, los fertilizantes han aumentado casi un 40%”, reflexiona el portavoz agrario y es que aunque el valor que se pierde entre intermediarios es muy grande, el aumento del coste para agricultores y ganaderos también impacta en el precio final para el consumidor.
Pero hay más factores que valorar. El campo español no es el único proveedor de los lineales de las principales superficies, y es que “somos deficitarios”.
El producto local se queda “para hostelería o turismo” principalmente, anuncia el portavoz, mientras que en los supermercados es habitual encontrar más productos llegados de fuera de la Unión Europea, porque “si no lo encuentran aquí lo buscan fuera, más barato”.
El portavoz señala que una práctica habitual es “almacenar producto barato”: no compran al agricultor y venden más caro al consumidor.
