El sexismo incrustado en la publicidad ha sido el punto de análisis del último encuentro en el Ayuntamiento de Puebla de Sanabria, donde hasta mayo continuarán con el programa de actividades que dio inicio en el Día de la Mujer.

La psicóloga y asesora del Ayuntamiento de Puebla en materia de violencia de género, Luisa Velasco, invitó a “reflexionar de manera crítica” y a “denunciar” la publicidad sexista, junto al abogado y experto en violencia de género, Félix Herrero en este taller organizado por el Área de Asuntos Sociales del Ayuntamiento de Puebla de Sanabria.

Félix Herrero señaló el papel actual de las redes sociales y su mal uso, que conlleva la necesidad “de concienciar que debería estar más castigado algunos aspectos sociales. No todo vale. No puede valer todo”. Recalcó además el papel de control de las redes sociales “en el ámbito familiar, escolar y deportivo”. Para el experto “no se pueden consentir insultos y amenazas”.

Los celos como expresión de amor son en realidad control sobre la mujer

En el ámbito de la publicidad se mostró realista, erradicar el sexismo de los anuncios no es posible “van a seguir haciendo su negocio”, y opinó que “es más ventajoso sacar un anuncio y pagar una multa, los lobbies no dejan maniobrar”.

Velasco mostró la evolución de la publicidad a lo largo de su historia. Desde los primeros anuncios en que se comenzó a utilizar a la mujer, en el último tercio del siglo XIX, su figura ha sido “cosificada”, reflejo de la sociedad y al servicio de los intereses sociales, económicos o políticos.

Un ejemplo de ello fue la batería de anuncios durante la segunda Guerra Mundial, cuando por falta de mano de obra masculina enrolada en el frente, la mujer fue llamada “a salir del ámbito familiar al ámbito público” para ocupar el nicho laboral copado, hasta ese momento, por el género masculino.

Concluida la guerra la mujer regresó “del ámbito público al ámbito doméstico”. En España, la publicidad siempre fue más conservadora y los anuncios presentaban un tipo de mujer “tradicional y castiza”.

La publicidad, incluso ahora, es un reflejo de la sociedad que sigue manteniendo los estereotipos sociales, culturales, de creencias. Esos estereotipos determinan “conductas que se esperan según el género” en el ámbito laboral, de la familia o las relaciones sociales. Los estereotipos evolucionan con el tiempo pero “persisten pautas culturales del modelo tradicional que están aún muy arraigados”. Como ejemplo Luisa Velasco señaló “los celos como expresión de amor” y que no deja de ser “control” sobre la mujer.

Una de las etapas más críticas en el uso de la mujer como “objeto” de publicidad, se da en los años 90 con el fenómeno de las “top model”, y el culto al cuerpo donde se sigue usando el cuerpo de la mujer para vender coches.

Para la experta en violencia de género “es preocupante que aún se mantienen estos roles en las aulas”. Es en el proceso de socialización donde “se define nuestro desenvolvimiento personal”, y ese proceso de socialización abarca “la familia, la escuela y los iguales”.