El afamado chef de Antena 3 y La Sexta, Alberto Chicote, presumía ayer en las redes sociales de la alfarería de Pereruela. Ya ha llegado a su nuevo restaurante “Omeraki”, que abrirá muy pronto sus puertas en Madrid, un horno de barro elaborado en la localidad zamorana, de 1.500 kilos de peso, en el que asará sus creaciones para deleitar a los clientes.

“Ya ha llegado a la cocina de Restaruante Omeraki el primero de los “niños”. 1.500 kilos de horno de barro zamorano”. Ha escrito Chicote en sus perfiles de Twitter e Instagram junto a una foto del horno, ya colocado en la cocina del nuevo establecimiento, aunque aún con el embalaje aunque aún con el embalaje que le protegió en el transporte de Zamora a Madrid.

Este horno salió del taller Alfarería Rosa, de Pereruela, un taller familiar que lleva varias generaciones fabricando hornos y cazuelas de barro refractario de la localidad sayaguesa.

De hecho, no es el primer horno que Alfarería Rosa fabrica para Alberto Chicote, que tiene uno igual en su casa del que también ha presumido alguna vez en redes sociales, y le encanta utilizarlo para su uso personal, según explica el director de Alfarería Rosa, Roberto Puente Redondo: “Un día que llovía a mares en Madrid me mandó un vídeo del horno encendido, y me contaba Alberto que estaba embobado viendo el fuego”.

Chicote disfruta del horno de Pereruela que tiene en casa. Cedida

El alfarero tiene un trato muy cercano con Chicote, que además de hornos ha adquirido vajillas de Pereruela para anteriores proyectos gastronómicos. “Los profesionales del mundo culinario que trabajan la cocina tradicional saben apreciar la calidad de esta artesanía”, asegura Puente.

Aunque pesa 1.500 kilos, no es uno de los hornos más grandes que se hacen en Pereruela, este es el tamaño más vendido para domicilios particulares. Su peso se debe al grosor de sus paredes de barro refractario, que permite mantener el calor de forma homogénea dentro del horno.

El horno, una vez completado, en las instalaciones de Alfarería Rosa, en Pereruela. Cedida

Se trata de un sistema patentado por Alfarería Rosa que permite conservar el calor y ahorrar en leña: el horno cuenta con dos alturas, una inferior llamada hornilla en la que se introduce la leña, y otra superior(horno), el calor se distribuye de forma homogénea tanto por el suelo como por la cúpula, y la zona del horno se mantiene limpia de suciedad. Para aprovechar mejor el espacio se puede cocinar a la vez en el horno y en la hornilla.

En el caso del horno de Chicote, la base es de hormigón en imitación a piedra. En la parte frontal dispone de una embocadura de hormigón refractario que imita a ladrillo oscuro, y las dos puertas son de hierro fundido. En la foto compartida en redes por Chicote no se aprecian los detalles porque se le recomendó no desprecintar el embalaje hasta que no finalicen las obras en el restaurante.

El horno, aún sin desembalar, en la cocina del nuevo restaruante de Chicote, Omeraki. Alberto Chicote

La elaboración artesanal de un horno de estas características lleva entre 9 y 12 semanas. La elaboración de la carcasa de barro ocupa entre dos y tres semanas, pero después comienza el proceso de secado que en el caso de Alfarería Rosa es un secado natural y lento para evitar fisuras internas.

El horno más grande elaborado por Roberto Puente llevó seis meses de trabajo, pues la cúpula tenía un diámetro de dos metros, y era un encargo para una pizzería de Francia.

Por lo que contaba Chicote en sus redes, parece que está deseando estrenar su nuevo horno de Pereruela: “Desde el primer día quise contar con juguete como este: trabajar con leña, volver a los aromas de siempre, trabajar y adaptar las técnicas y las cocciones de origen con una cocina más actual y personal”. La tradición sayaguesa alimentará a los paladares más exigentes en uno de los mejores restaurantes de Madrid.