La Opinión de Zamora

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La Generación del 27 tiene nombre de mujer, en Zamora

La poeta Margarita Ferreras es una de las zamoranas rescatadas del olvido cuya figura busca reconocimiento

Investigadoras del proyecto y autoras invitadas durante la presentación del mapa actualizado de Castilla y León JOSE LUIS FERNANDEZ

Margarita Ferreras (Alcañices, 26 de febrero de 1900–Palencia 19 de noviembre de 1964) lleva enlazado a su relato a la Generación del 27, el grupo de literatos que muchas otras mujeres ayudaron a fundar y que hoy reclaman su lugar en la historia.

Ferreras represente una figura oculta de la literatura zamorana que muchas manos han ayudado a desenterrar tras años de investigación.

Zamora estuvo presente en el grupo que vio nacer a Federico García Lorca, pero lo hizo con nombre de mujer: la alistana Margarita Ferreras y la toresana Delhy Tejero representan un patrimonio literario propio “que hay que preservar”, explica Dolores Fidalgo, una de las investigadoras de El Mapa de las Escritoras de Castilla y León, un proyecto que nace fruto de la Asociación Nacional El Legado de las Mujeres y que desarrolla en la comunidad junto a Marga Lobato.

Rastrear y esclarecer quiénes fueron esas mujeres escritoras ligadas a Castilla y León es el objetivo fundamental de este proyecto que se puede visitar en su web oficial, y que no deja de actualizarse con los nuevos descubrimientos.

El mapa de Zamora recoge una tradición literaria en femenino desde el siglo XIII, momento en el que se encuentran los primeros documentos de literatura conventual ligados a María Martínez, priora del monasterio de las Dueñas de Zamora en torno a 1281.

Los rastros llegan hasta la actualidad con un mapa de hasta 44 escritoras que no deja de actualizarse porque “habrá otrs muchsa que ni siqueira están recogidas”, advierte Fidalgo sobre una tarea sin fecha de cierre, son demasiadas las mujeres olvidadas.

Esta cartografía de mujeres literatas se está desarrollando en toda España y sus resultados se plasmarán por diferentes vías. Una de ellas es la creación de materiales didácticos en una base de datos de libre consulta para la comunidad educativa. Otra línea es la publicación de estas autoras en Clásicos hispánicos, una línea que actualmente solo cuenta con tres autoras y que ahora “generará un canon literario” con presencia femenina.

Por y para zamoranas

“Margarita Lobato y yo somos zamoranas, las dos nos dimos cuenta de la necesidad de buscar esa raíz y ese catálogo perdido de autoras”, explica Fidalgo sobre el especial ahínco puesto en el trabajo de investigación en la provincia.

“Empezamos a investigar sobre ellas en la prensa, en los medios de comunicación social, en las redes y en los premios literarios hasta que conseguimos encontrar el suficiente número de escritoras para poder formar un mapa” una labor de investigación que dura años ya.

Es número “existe”, reclama Fidalgo, y puntualiza que “son muchas”, e intuyen que aún hay más por descubrir.

“En particular considero que es imprescindible realizar actuaciones institucionales con las dos escritoras del 27, Delhy Tejero y Margarita Ferreras, ya quisieran otras comunidades autónomas tener dos autoras vinculadas a la Generación del 27”, un patrimonio que se suma a la presencia de Carmen Martín Gaite o Rosa Chacel, entre otras.

Partida de nacimiento de Margarita Ferreras Ayuntamiento de Alcañices

Una poeta imprescindible

Es en 1918 cuando aparece la primera referencia sobre la poeta en la dedicatoria que el escritor Álvaro Retana le brinda en su novela “Ninfas y sátiros”, cuando Margarita buscaba ascender socialmente a través del teatro en la sociedad madrileña, algo que consiguió en los años 30. Según Fran Garcerá –gran estudioso de la autora– , la zamorana “asistió como alumna a la Residencia de Señoritas de Madrid y a las reuniones del Lyceum Club Femenino”. El Ateneo y el homenaje a Azorín también están ligados a su nombre.

De su puño y letra lo único que se encuentra es “lo que se publicó”, explica Fidalgo y se remite a una única obra “Pez en la tierra”, cuya primera publicación fue en 1932. De ella Garcerá comenta que son “unas composiciones cuya originalidad recae en algunas de sus imágenes y en el erotismo que impregna”, explica.

Su voz de autora era implacable: “mostrar públicamente el deseo no estaba bien visto. Incluso en el prólogo a una obra de Lorca se dice que cuando Margarita recitaba lo hacía pasionalmente. Y es que Margarita era deseo con mayúsculas”, cuenta este investigador sobre una figura que al fin, vuelve a ver la luz tras años de sombras.

Margarita Ferreras

Margarita Ferreras Archivo

Un mapa para poner rostro y nombre

El Mapa de las Escritoras de Castilla y León nace fruto de la Asociación Nacional El Legado de las Mujeres, parte de un proyecto de innovación educativa europeo “Woman’s legacy: our cultural heritage equity”, capitaneado por la consejería de educación en Valencia.

La última actualización del mapa fue presentada en Zamora por las dos investigadoras, Margarita Lobato Pulido de Benavente, y Dolores Fidalgo, procedente de Aliste, junto a dos escritoras locales, Concha Pelayo y Yolanda Fidalgo. Uno de los objetivos principales de este mapa es vincularlo a la incursión de estas autoras dentro de los libros de texto de educación secundaria, porque “solo existe un 7,6% de representación femenina”, según se desprende de la tesis doctoral de Ana López Navajas, presidenta de la asociación que impulsa este proyecto de investigación a lo largo de toda la geografía española.

Al borde de la desaparición

Los últimos años de Margarita Ferreras son casi desconocidos. Una gran maraña de niebla llena los espacios de la etapa final de su vida, profundamente marcada por los encierros en un sanatorio contra su voluntad “donde le fue diagnosticada una psicosis exógena”, según el cronograma construido por Garcerá y que rescata de los testimonios de la zamorana en sus cartas a Miguel de Unamuno, documentos que se encuentran en la casa museo de Salamanca.

Luego, Margarita aparece y desaparece. Su pista regresa en el padrón de Madrid de 1940, pese “a que Manuel Altolaguirre afirmó haberla encontrado en plena Guerra Civil en las calles de Valencia y que, posteriormente, había partido al exilio”. Según asegura Garcerá, Margarita falleció el 19 de noviembre de 1964 en Palencia, en la residencia de las hermanas hospitalarias, donde está enterrada “hasta que sus restos regresen a Alcañices”.

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