La Opinión de Zamora

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Las arcas municipales ante la crisis provocada por la guerra de Ucrania

Los pueblos de Zamora también echan cuentas: ¿Qué pasa con las obras puestas en marcha?

La escalada de precios de la energía y materiales obliga a los ayuntamientos a reajustar presupuestos y “aparcar” obras con fondos propios para hacer frente a los desfases

Obras en Zamora. LOZ

El Museo de Ribadelago tendrá que esperar. El proyecto más emblemático que tenía entre manos el Ayuntamiento de Galende –por su enorme carga sentimental– sufre las consecuencias de la descomunal subida de materias primas yh materiales de construcción.

Ninguna empresa presentó oferta al presupuesto de la obra, estimado de 280.000 euros. Era inasumible. Y ahora el Ayuntamiento deberá renunciar a la subvención nominativa concedida por la Diputación en 2021.

“Hay que volver a empezar, pedir de nuevo la subvención acorde con el incremento del proyecto, que serán unos 70.000 euros” precisa el alcalde Galende, José Manuel Prieto.

“Todo esto nos retrasa las obras por lo menos medio año y ya me da miedo porque, según se están poniendo las cosas... Pero la Diputación se ha comprometido a asumir el coste de la actualización del proyecto” explica el regidor.

El caso del Museo de Ribadelago sirve como ejemplo de la que se avecina en otros muchos proyectos municipales que pueden correr la misma suerte. De entrada el Gobierno ya permite una revisión excepcional de precios en las obras públicas, cuya cuantía no podrá ser superior al 20% del precio de adjudicación del contrato.

La subida de los precios de los materiales de construcción y los costes energético (gasoil y luz) desbaratan por completo las previsiones de los ayuntamientos, obligados a hacer reajustes sin tener la seguridad de lo que pueda pasar en un futuro inmediato.

Los alcaldes opinan

“La solución es no meterse en obras, con estos precios es imposible” resuelve Jesús Ángel Tomás, alcalde de Pozuelo de Tábara. “Hay materiales que han subido un 600%, en estas condiciones los pequeños ayuntamientos no nos podemos meter a hacer nada con fondos propios. Así que a quedarte quieto, de momento”.

Y como si se tratase de una economía doméstica, este regidor tabarés admite que el Ayuntamiento busca las ofertas más asequibles. “Con el recibo de la luz andamos cambiando de unas empresas a otras porque es una bestiada lo que nos viene. A lo más barato”.

Con el recibo de la luz andamos cambiando de unas empresas a otras; es una bestiada lo que nos viene

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El alcalde de Guarrate, Rafael Sánchez, llevará al próximo pleno un punto donde se debatirá todo el problema del incremento de costes y la posible revisión de ciertas tasas. “La subida de precios la veníamos arrastrando desde el verano, pero ahora todo se ha disparado. Es un desastre porque lo que teníamos presupuestado en material para pequeñas obras ya no vale para nada” argumenta este regidor.

Esta deriva deja en vilo ciertas subvenciones. “Estamos pidiendo presupuestos para unos juegos infantiles y todas las empresas que el precio se mantiene 30 días, no se comprometen a respetarlo dentro de cuatro o seis meses”.

Por no hablar de los servicios municipales. Cita Sánchez el comedor social, cuya estimación de gastos nada tiene que ver con la del año pasado y menos la de hace dos. “Se ha disparado el gas, la electricidad, ahora los alimentos. No nos queda más remedio que plantear una subida al menos del IPC porque se puede preparar un agujero a fin de año. Los gastos se han descontrolado y los ingresos son los mismos, así es imposible que salgan las cuentas”.

Los gastos se han descontrolado y los ingresos son los mismos, así es imposible que salgan las cuentas

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El alcalde de Guarrate admite que la partida de fiestas también se deberá replantear. Después de dos años en blanco los pueblos quieren recuperar la normalidad por todo lo alto, pero la escalada de las materias primas obligará a “ajustar y priorizar”.

Los alcaldes opinan

En Almeida de Sayago también se llevará a pleno el alarmante escenario que ha generado el aumento del coste de la vida. Solo en la factura de electricidad este municipio ha pasado de un coste anual de 60.000 euros en 2021 a la previsión de 100.000 en 2022. Un desfase de 40.000 euros que el Ayuntamiento deberá resolver con reajustes. “Habrá que retocar y redistribuir partidas presupuestarias” admite el alcalde Miguel Alejo.

Para el regidor sayagués, la clave está en el ahorro a través de proyectos de autoconsumo energético. “No se trata solo de tener la instalación, el problema está en el enganche a la red que no va con la diligencia necesaria. Está muy bien que Europa subvencione los proyectos de energías renovables, pero luego hay que cerrar el círculo con la mayor agilidad posible y eso pasa porque las grandes hidroeléctricas no demoren los enganches. Ahí es donde tiene que actuar el Gobierno”.

En electricidad Almeida ha pasado de un coste anual de 60.000 euros en 2021 a la previsión de 100.000 en 2022

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El mayor problema de este subidón de precios en materias primas y materiales lo tienen ayuntamientos que están en plena ejecución de obras de envergadura. Es el caso de Tábara con la piscina municipal. Una inversión de 460.000 euros que está a mitad de ejecución y la empresa no podrá terminar con el presupuesto contratado. “Los costes van a ser mayores y los tendremos que asumir, no vamos a dejar la obra a medias. Tendremos que renunciar a otras cosas” admite el alcalde de Tábara, Antonio Juárez.

Este regidor apela a la implicación de la Diputación de Zamora, que “con remanente de casi 80 millones de euros en caja debería hacerse cargo de la subida de proyectos como el de la piscina de Tábara que dará servicio a toda la comarca”. Juárez así se lo ha pedido por escrito al presidente de la institución provincial, “y no me ha contestado”.

Los alcaldes opinan

En general los alcaldes sí parecen tener asumido que la solución no pasa por subir impuestos y tensionar aún más los bolsillos de sus vecinos. Más bien los tiros van por aparcar obras, sobre todo las que asumen los ayuntamientos con fondos propios, para destinar ese dinero a los desfases que provocan las gigantescas subidas de la energía y materiales.

Así lo piensa el alcalde de Villardeciervos, Lorenzo Jiménez, municipio que por otro lado se puede considerar un “privilegiado” por la obtención de ingresos extraordinarios, procedentes del embalse o la madera, con los que no cuentan otros muchos ayuntamientos.

Tampoco la escalada de precios ha afectado a las obras públicas, en dos calles, pues “estaban adjudicadas hace tiempo y las empresas tenían el material comprado. Nos hemos salvado porque encima ahora hay hasta problemas para el abastecimiento de material”.

La solución no pasa por subir impuestos y tensionar aún más los bolsillos de los vecinos

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Aún así este Ayuntamiento de La Carballeda también hace sus cuentas porque no es ajeno a los sobrecostes energéticos, “hasta en un 40%”. El colegio, el consultorio, el propio edificio consistorial. “Son servicios que tienes que seguir prestando sí o sí” apunta el alcalde cervato.

“Quien tenga remanente puede pasar mejor este bache, pero los ayuntamientos que estamos con el agua al cuello lo vamos a pasar mal” admite sin miramientos el alcalde de Guarrate, quien heredó una situación económica bastante comprometida. “Hay que priorizar e intentar que los servicios sean sostenibles. Y si no llega el dinero dejar de hacer obras o incluso renunciar a alguna subvención”.

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