La Opinión de Zamora

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La CHD controlará el ritmo de desembalse de Ricobayo en el futuro

Iberdrola no incumplió la ley al vaciar el pantano, pero un cambio legislativo permitirá a Confederación fiscalizar la gestión del agua

Embarcadero del Club de Vela de Palacios del Pan el pasado verano. | Emilio Fraile

No se aprecia que la empresa concesionaria haya infringido las condiciones recogidas en la concesión de agua para el aprovechamiento hidroeléctrico del embalse de Ricobayo”.

Así se desprende de las conclusiones de la investigación abierta por la Confederación Hidrográfica del Duero (CHD) el pasado verano, a consecuencia del vaciado del pantano por parte de Iberdrola para producir energía eléctrica.

El expediente fue abierto por la CHD a instancias del Ministerio de Transición Ecológica y Reto Demográfico y, según ha podido saber este diario a través de la propia Confederación, los detalles de la investigación y sus conclusiones están en poder de la Fiscalía. El vaciado del embalse entre los meses de junio y julio para producir electricidad generó una agria polémica en la provincia de Zamora que derivó en una sucesión de denuncias judiciales contra Iberdrola.

La propia ministra Teresa Ribera, se posicionó claramente en contra de lo hecho por Iberdrola el pasado verano. La vicepresidenta tercera del Gobierno y ministra de Transición Ecológica calificó de “barbaridad” y “escandaloso” el vaciado deliberado de Ricobayo y otros embalses el pasado verano. Ribera llegó a incluso a verter acusaciones de “mala praxis” contra la hidroeléctrica.

Sin embargo, el informe de la CHD descarta esa mala praxis, al no apreciar que la empresa se saliera de las condiciones recogidas en el contrato de explotación ni tampoco las distintas leyes que regulan el uso del agua.

El informe tampoco apreció una disminución en la calidad de las aguas de Ricobayo, ni río abajo en los embalses de Villalcampo y Castro.

Independientemente de si la actuación de Iberdrola se ajustaba a derecho o no, la posición de Teresa Ribera no parece haber cambiado desde sus contundentes declaraciones del mes de agosto en contra del vaciado completo de los embalses. De hecho, el 14 de septiembre llevó al Consejo de Ministro la modificación, por decreto, del artículo 50 de la Ley de Aguas que evitaría la repetición de lo ocurrido en Ricobayo ese verano.

Con esa modificación legal, las confederaciones hidrográficas fijarán al inicio de cada año hidrológico (1 de octubre) un régimen mínimo y máximo de caudales mensuales a desembalsar en todos los pantanos con una capacidad superior a los 50 hectómetros cúbicos, tanto para situaciones de normalidad hidrológica como de sequía prolongada.

Zona del puente de la estrella, completamente seca en septiembre. | J. L. F.

Es decir, a partir de ahora los desembalses no solo deberán cumplir los contratos de explotación –que en el caso de Ricobayo data del primer tercio del siglo XX– sino también unas pautas fijadas, en este caso, por la CHD que la empresa eléctrica no se podrá saltar.

También será responsabilidad de las confederaciones fijar un régimen de volúmenes mínimos de reservas embalsadas para cada mes.

El objetivo de estas medidas adoptadas en septiembre, explicaba la portavoz del Gobierno, es evitar efectos indeseados sobre la flora y la fauna , alcanzar los objetivos medioambientales de fijados por la Unión Europea y afrontar los efectos del cambio climático en la disponibilidad de agua en España, además de permitir el desarrollo de actividades económicas sostenibles ligadas a la dinamización de los municipios ribereños.

Aparte de eso, el Ministerio está trabajando en la redacción de un código de buenas prácticas para que las empresas hidroeléctricas se comprometan a llevar a cabo un uso sostenible de los embalses, aunque este será de adhesión voluntaria para las compañías.

Las cifras

El vaciado de Ricobayo dejó el embalse al 11% de su capacidad a inicios del mes de agosto. Las abundantes precipitaciones del invierno 2020-2021 permitieron alcanzar la capacidad máxima de la presa a inicios del mes de marzo del pasado año.

La producción hidroeléctrica y el descenso del nivel del embalse comenzó en abril, pero se aceleró a partir del mes de junio con bajadas diarias de un metro en algunas fechas de ese mes. Al terminar el mes de julio apenas quedaba un 12% del agua embalsada.

En estos momentos, la presa de Ricobayo embalsa 423 hectómetros cúbicos, un 35% de su capacidad máxima. Es probable que las precipitaciones primaverales y el deshielo permitan que el nivel del pantano siga creciendo. De no ser así, la mayoría de usos recreativos del embalse no se podrán llevar a cabo este verano con tan poca agua, tal y como sucedió en 2021 por el vaciado o en 2017 por la sequía.

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