El municipio zamorano de Santovenia del Esla ha recurrido a la colocación de una máquina potabilizadora para dar agua a sus vecinos. La medida sale adelante después de que la plataforma vecinal de Santovenia, la Coordinadora Pueblos Vivos de Zamora y Greenpeace hayan puesto en evidencia altos niveles de nitratos, una situación por la que han pasado ya otros pueblos de Zamora y que han obligado a los vecinos a dejar de consumir agua del grifo.

En cualquier caso, los vecinos llevan años consumiendo este agua y Greenpeace alerta: "La última medición oficial se hizo en 2018 y dio una concentración muy elevada, de ahí que el Ayuntamiento solicitara una analítica oficial sin resultado hasta la fecha".

Medidores de nitratos

Greenpeace ha repartido por toda España medidores de nitratos entre entidades sociales para que puedan medir la calidad de sus aguas. Las próximas a macrogranjas de producción industrial suelen mostrar niveles de nitratos más altos de los permitidos por la ley. Es el caso del noreste de la provincia de Zamora, cuyas aguas están sufriendo el impacto directo de la producción masiva de porcino y superando las concentraciones de nitratos permitidas por la ley.

“Las macrogranjas están envenenando nuestra agua. Es el momento de frenar su descontrolada expansión. Solo así podremos evitar una nueva y devastadora crisis, la del agua”. Con estas palabras Luís Ferreirim, responsable de agricultura de Greenpeace España, ha resumido los primeros resultados arrojados por el proyecto “Sin agua no hay pueblos. El derecho al agua limpia” que busca evaluar las aguas del medio rural español y el impacto de la producción industrial en ellas. Para la ONG la ganadería y agricultura industriales son las principales causas de la contaminación del agua por nitratos, por lo que consideran urgente un cambio de modelo para preservar este recurso vital y cada vez más escaso.