La Opinión de Zamora

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Homenaje a don José, el fundador del centro escolar de Muga de Sayago

Los alumnos del IES José Luis Gutiérrez, de Muga de Sayago, honran la memoria de su fundador en el 95 aniversario de su nacimiento

Alumnos del Instituto de Muga de Sayago en el homenaje a su fundador, José Luis Gutiérrez. | | B. P.

Los alumnos del IES José Luis Gutiérrez, de Muga de Sayago, han honrado la memoria de su fundador en el 95 aniversario de su nacimiento. El 9 de marzo de 1927 nació en Alcalá de Henares José Luis Gutiérrez Mazeres, don José. En 2022 habría cumplido 95 años y en el instituto que fundó se ha realizado un sencillo acto en su memoria.

Siete alumnos han leído para todos una de sus “Charlas a los jóvenes: Amor y pobreza”, y han ofrecido un ramo de flores ante el busto que está colocado a la entrada del centro educativo.

Don José emprendió su obra educativa en Muga en el año 1957, cuando llegó al pueblo como nuevo párroco nombrado por el obispo, desde su anterior destino en Grisuela y Ufones, en la comarca de Aliste.

Pronto se dio cuenta de la dificultad de los niños y jóvenes de Muga para seguir sus estudios al finalizar la Educación Primaria. Solo podían estudiar en Zamora, no había instituto en la comarca y las familias tenían muy difícil costear la estancia de sus hijos en la capital. Así comenzó dando clases en la Casa Rectoral, para seguir al año siguiente de su llegada, en 1958, fundando la Academia Libre de Bachillerato. En palabras suyas “buscaba acercar a Dios a los jóvenes, por medio de la cultura, de la música y de las diversiones más gratificantes”.

Aunque estemos en el siglo XXI, los jóvenes siguen necesitando referentes tan importantes como don José

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A sus clases se unieron también el resto de los maestros de la escuela primaria, Doña Isidora Marino, don Gaspar Fontanillo, doña Elvira Blanco, don Ramón Tejado.... Los alumnos se examinaban “por libre” en el Instituto Claudio Moyano de Zamora.

También por entonces, en febrero de 1958, llegó también a La Muga el escritor y antropólogo peruano José María Arguedas Altamirano. Recogió en su libro “Las Comunidades de España y del Perú” varios testimonios de vecinos de La Muga y de Bermillo sobre el nuevo cura.

La dueña de la posada en la que se alojó, a la que denominaba “la viuda de La Muga”, le dijo que “suponía que sólo en su aldea existía Dios, por ser la única de toda España que tenía un cura bueno.”

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Muga de Sayago: el instituto de la segunda oportunidad José Luis Fernández

“Consideraban los bermillanos al párroco de La Muga como un santo, el único cura verdadero de Cristo que habían conocido en toda su vida”.

Desde su llegada, don José impulsó un cambio en la organización del trabajo agrícola y ganadero en el pueblo. Ello dio lugar a la creación de la “Cooperativa del Campo Nuestra Señora de Fernandiel” en el año 1963. Se hicieron cooperativistas 18 vecinos, aportando cada uno a la sociedad sus tierras, su ganado y el trabajo. Cada socio tenía tareas especializadas: pastor, vaquero o labrador. Un sistema de trabajo totalmente novedoso y “revolucionario” para la costumbre existente entonces, en la que cada vecino trabajaba sus tierras y atendía su ganado, implicando en ello a toda la familia.

Fue un verdadero visionario, precursor de lo que hoy llamamos “desarrollo rural”. Recuerdo que nos hablaba siempre de crear una quesería y un matadero en el pueblo.

Esta fue la idea inicial de Don José, ayudar en la educación de los hijos a las familias con mayores dificultades económicas

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Mientras comenzaba a funcionar la cooperativa, Don José siguió centrado en las clases a los jóvenes, que, atraídos por los buenos resultados de la Academia, comenzaron a llegar de otros pueblos de Sayago y del resto de la provincia. Tenían que alojarse en las casas de los vecinos, hasta que se construyeron las primeras residencias de estudiantes. La Academia Libre pasó a ser Colegio Libre Adoptado en 1967, Instituto de Bachillerato Unificado Polivalente en 1978, Centro Homologado de BUP y COU en 1990 y finalmente y hasta la actualidad, Instituto de Educación Secundaria y Bachillerato en 1997.

Don Miguel Manzano Alonso, colaborador de don José en sus primeros tiempos, habló de él en un artículo en La Opinión de Zamora, tras su fallecimiento el 15 de diciembre de 2015: “mis largos intercambios frecuentes con José Luis me fueron haciendo conocer cada vez más su vasta cultura, su voluntad férrea, su austeridad extrema, su generosidad sin límites, el poder de abstracción y de concreción de una de las mentes más poderosas que he conocido en toda mi vida. Todo ello unido a una sencillez y un desprendimiento fuera de lo común”.

Practicaba una pedagogía basada en el esfuerzo, el trabajo diario en clase y el sacrificio. Su labor no terminaba en las aulas, todos los días, antes de marchar a dormir, en la iglesia parroquial dirigía unas palabras a los alumnos. Aquellas charlas formaron el carácter y el pensamiento de muchos chicos.

A su lado estuvieron siempre, trabajando con total entrega y dedicación, algunos de los primeros alumnos: Angelines Fontanillo, Antonio Castro y Francisco Casas, durante muchos años también Don Juan Mateos, párroco de Villar del Buey. A ellos los sucedieron José, Nines, Ernesto, Alfonso, Elvira, Miguel, Erica y Sergio, entre otros.

En Muga han estudiado y siguen estudiando, miles de alumnos venidos de toda la geografía española.

Actualmente el instituto es concertado y el titular es el Ayuntamiento de Muga de Sayago. Gran parte de los alumnos, venidos de fuera del pueblo o de la comarca, se alojan en la Residencia- Internado de Estudiantes, fundada por don José y cuyo titular es la denominada Asociación Cultural y Formativa de Muga de Sayago, constituida por sus colaboradores.

La Asociación Cultural y Formativa carece de ánimo de lucro y año tras año ofrece a los alumnos un alojamiento sencillo y a precios muy reducidos. Esta fue la idea inicial de Don José, ayudar en la educación de los hijos a las familias con mayores dificultades económicas, sus colaboradores consiguen materializar esta idea, con frecuencia con mucho sacrificio.

¿Qué razón llevó a tantos chicos a venir a estudiar a un pueblo pequeño y apartado como es Muga? Quizá la respuesta se encuentra en un escrito que nos entregó don José en una reunión de alumnos celebrada en 2005: “¿Cómo podemos llegar a ser unos buenos educadores? Comprometiéndonos con nuestra propia vida. No con algunos aspectos de la propia vida, como la profesión, la familia o la política, sino con la propia vida en su totalidad o, lo que es lo mismo, enfocada toda ella hacia su destino o fin. Un hombre así es capaz de juzgar de todo y de comunicar su propio juicio a los demás, proporcionándoles unas motivaciones para vivir”.

El ejemplo que dio don José con su propia vida es único; ha atraído y atrae a tantos y tantos alumnos al centro.

Todos los que estudiamos en Muga, tenemos una gratitud enorme a Don José y a todos sus colaboradores, sin su ejemplo no seríamos los mismos. Los que vivimos en Muga estamos muy agradecidos de que Don José permaneciera con nosotros 58 años de su vida y de que su labor, que trasciende las fronteras del pueblo, permanezca entre nosotros.

Aunque estemos en el siglo XXI, los jóvenes siguen necesitando referentes tan importantes como don José.

Al pueblo de Muga le corresponde trabajar y luchar por la continuidad de este centro educativo y su residencia de estudiantes.

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