El Carnaval de Villanueva de Valrojo sacó el humor, literalmente su buen humor, a la calle en su Domingo Gordo de Carnavales. Disfraces, trajes tradicionales y música de pasacalles a cargo de Ronduero Folk prepararon a vecinos y visitantes para disfrutar de sus buenos bailes, a la espera de la llegada de los números cómicos, el postre azucarado de la festividad.
Los carnavales cumplieron la orden de juntarse en el Pajar para comenzar una tarde de cencerros y pellizcos por calles y plazas a la hora taurina de las cinco de la tarde. Mientras los jóvenes se vestían en el lugar de costumbre, los primeros en asaltar la plaza fueron los piratas con embarcación al hombro desde las aguas del Tera, el primero de los números cómicos plantaba la bandera negra.
Y poco a poco entre carreras de cencerros y bailes fueron llegando los disfraces de la temporada, desde un tiranosaurio rex que destacó en altura y colorines, hasta las fichas completas del parchís. Entre los trajes regionales, una pareja incluyó el burro y el carro en la categoría de atuendo típico, cuando cruzó en medio de la sorpresa de todo el público. Carretera y manta con “rodao”, mantón y burro.
La familia siempre elige disfrazarse junta o ir combinada, como los descendientes de Charlot y las princesas Disney, una pareja de galán y dama o simplemente acompañar a los nietos con atuendo de vaca y cangrejo para entrar en la tradición del carnaval más ancestral de la comarca. Los vaqueros tuvieron que repartirse entre correr el carnaval o esperar en la barra del bar de la asociación.
Por Tierra de Carballeda
Villanueva aglutinó en una tarde todo un popurrí de tendencias por la pasarela, donde no faltó ni la novia de blanco en el desfile. Y a cantera de Carnavales incansable seguía ayer con las mismas carreras. Y el que no tenía disfraz se apuntó a cantar a capela una Rianxeira o Por Tierras de Carballeda cuando traspuso el sol.
Y si ayer se apelaba a la declaración de Interés Turístico Regional, bien puede aspirar a reclamar la categoría de Interés Internacional, con visitantes de Andorra incluidos, en esta edición de la nueva normalidad, que aspira a la antigua normalidad.
Las noches del sábado y el viernes la afluencia al salón de los Carnavales fue entre notable y sobresaliente, con desplazamientos de todos los pueblos de la zona, con disfraz o a cara descubierta, que todo vale.
