El calentamiento global tiene efectos sobre todas las especies animales y vegetales, y el ánsar común está cambiando sus hábitos: muchos ya no emigran al sur en invierno. Aunque aún es posible ver algunos en Villafáfila, la población invernante desciende dramáticamente cada año.

Las Lagunas de Villafáfila están perdiendo a su ave acuática más emblemática: el ánsar común. Los conteos que llevan a cabo los gestores de la Reserva vienen confirmando desde hace más de 20 años un progresivo descenso del número de ejemplares que pasan el invierno en los humedales zamoranos.

Aunque las condiciones meteorológicas y otros factores ambientales pueden alterar de forma puntual el paso de una especie migratoria como esta por las Lagunas de Villafáfila, más de dos décadas de registros confirman esta tendencia, que los expertos achacan al cambio climático.

No es que la subida global de las temperaturas esté acabando con las poblaciones del “Anser anser”, sino que está modificando sus hábitos.

Este ave solía criar en primavera en el norte de Europa, y pasaba el otoño y el invierno en humedales más cálidos del sur del continente o el norte de África. Entre ellos, las salinas de Villafáfila, el delta del Ebro o las marismas de Doñana.

Ahora, sencillamente, no hace tanto frío en el norte de Europa, las heladas no duran tanto tiempo, y muchos ejemplares no tienen la necesidad de viajar al sur. Están perdiendo el hábito de visitar Villafáfila.

Un ejemplar de ánsar común visto de frente. | José Luis Fernández

Un ejemplar de ánsar común visto de frente. | José Luis Fernández

Los datos son apabullantes. De los 40.000 ejemplares que se contaron en Villafáfila en el invierno de 1999, en los últimos años apenas llegaban unos 10.000. Y en diciembre de 2021 solo se contaban 1.050 ánsares en las Lagunas.

Lo contrario está sucediendo en países como Holanda, donde apenas se veían gansos pasando el invierno y en los últimos años se han llegado a contabilizar cerca de 400.000 ejemplares, más de lo que sumaban las Lagunas de Villafáfila y Doñana en sus mejores épocas del siglo XX.

Amantes de la ornitología

Esto no significa que las Lagunas de Villafáfila dejen de ser un destino atractivo para los amantes de la ornitología. El ánsar común era la especie más abundante en los meses de invierno, pero no la única que se puede contemplar en la Reserva Natural. Entre las aves acuáticas residentes en los humedales zamoranos hay especies tan hermosas como el ánade real o azulón, el ánade friso y otras como la cuchara común, el porrón europeo, la focha, el zampullín, el aguilucho lagunero y algunas garzas.

En invierno también es posible contemplar patos rabudos, cercetas, el porrón moñudo o el silbón europeo. Tampoco hay que olvidar que el ganso no ha desaparecido por completo de Villafáfila y en invierno es aún una de las especies más visibles, por número y por su tamaño mayor que el de otras especies.

La avutarda

El otro ave emblemática de la Reserva de Villafáfila, y de toda la estepa terracampina, es la avutarda, cuya población ha ido aumentando en las últimas décadas. La comarca alberga la mayor densidad de Otis tarda de todo el mundo. Aunque su cría no fue muy exitosa en 2021 por la excesiva humedad, se prevé que en este 2022 sea un buen año para que la población de la especie esteparia siga en aumento.