Una provincia como Zamora, que cuenta con 500 kilómetros de Caminos de Santiago repartidos en cinco rutas tradicionales que atraviesan un porcentaje muy importante de sus pueblos, dispone de un amplio patrimonio inmaterial por el que pueden avanzar hacia Compostela miles de peregrinos cada año. Si estos se sienten bien tratados pueden convertirse en los mejores embajadores de la provincia.

Sin embargo, una red de caminos tan extensa requiere un mantenimiento constante para que estén perfectamente acondicionados y señalizados, eliminando los puntos negros que puedan suponer un riesgo para los peregrinos. Una ardua tarea que tratan de cumplir, de forma altruista, los voluntarios de la Asociación Zamorana de los Caminos de Santiago.

En los dos últimos años estos trabajos han afectado directamente a dos de los cinco caminos jacobeos de Zamora: la Vía de la Plata y el Camino Sanabrés. El primero se había visto alterado de forma considerable por la autovía A-66 entre Zamora y Benavente, que corta algunos tramos por los que tradicionalmente discurría esta ruta jacobea.

Por otro lado, el Camino Sanabrés también se ha visto afectado por las obras del AVE a Galicia, que mientras duraron fueron obligando a ir cambiando los itinerarios. Una vez concluidas las obras, la asociación cree que se debería de recuperar un ruta lo más parecida posible a la original.

Un trabajo duro y desinteresado

La asociación ha recorrido ambas rutas jacobeas para identificar todos los puntos problemáticos, un objetivo ambicioso teniendo en cuenta la gran cantidad de kilómetros a revisar y que la Asociación Zamorana de los Caminos de Santiago “carece de cualquier tipo de ayuda institucional”, aseguran sus responsables.

Por tanto, la labor la han desarrollado voluntarios que se han hecho cargo de los gastos de desplazamiento, pintura e incluso han confeccionado soportes metálicos y de madera para las señales.

Actuaciones en cinco caminos

El grupo de voluntarios recorrió y evaluó en primer lugar el estado de la Vía de la Plata, desde el límite con la provincia de Salamanca, y el Camino Zamorano-Portugués desde la capital hasta la frontera con Portugal en Quintanilha.

Posteriormente se fue revisando el Camino de Levante, que entra en la provincia por Villafranca del Duero, continuando por Toro y Villalazán hasta llegar a Zamora.

A continuación tocó el turno del Camino del Sureste, que por Villalpando enlaza con la Vía de la Plata en Benavente.

También se actuó en el tramo del Camino del Tera (continuación desde Benavente hasta Santa Marta de Tera, donde enlaza con el Camino Sanabrés).

Trabajos en el Camino Sanabrés

En este camino, una vez pasado Puente Quintos, hubo que acometer una tarea importante para salvar un pequeño riachuelo que en época de intensas lluvias resultaba complicado de superar para los peregrinos, habilitando unos escalones con madera, piedras y tierra.

Pero el tramo más complejo para los voluntarios era el comprendido entre Puebla de Sanabria y el límite con Orense en el alto de La Canda, muy afectado por las obras del AVE. La intervención en esta zona se fue posponiendo en el tiempo por el confinamiento, por falta de tiempo y finalmente por la llegada del invierno.

Los nuevos túneles y viaductos del ferrocarril en la Alta Sanabria, especialmente en la subida al Padornelo y en el tramo comprendido entre Aciberos y Lubián, habían obligado a desviar a los peregrinos por trazados alternativos, como el arcén de la carretera N-525 o un tramo que en el año 2015 la asociación señalizó junto con el Ayuntamiento de Lubián, aunque la variante suponía eludir el paso por Aciberos.

Ya con las obras del AVE concluidas, la Asociación Zamorana de los Caminos de Santiago ha llevado a cabo la revisión de este último tramo con la colaboración del Ayuntamiento de Lubián, que ha proporcionado información de los antiguos trazados que seguían los peregrinos, recuperando de esa forma los caminos tradicionales.

Por su parte, el Ayuntamiento de Lubián ha acondicionado y desbrozado la subida al puerto del Padornelo siguiendo la traza original, discurriendo de nuevo por unos parajes cargados de gran belleza natural.

No obstante, al comenzar la subida de nivel hay que cruzar un pequeño arroyo que apenas lleva agua durante la mayor parte del año, pero en época de lluvias su paso puede resultar complicado, por lo que provisionalmente se ha señalizado un corto trazado alternativo hasta que se instale un pequeño puente de madera.

Zona en la que se necesita un pequeño puente de madera. Alejandro Bermúdez

Una vez superado el puerto y cruzado el pueblo de Padornelo llega el peregrino a Aciberos. También aquí tiene que afrontar el paso por un camino murado que suele estar encharcado al discurrir por él las aguas que bajan de la montaña. La alternativa, de no haber una solución válida sin alterar la pureza del lugar, será la de continuar por la carretera hasta el pueblo.

Algo similar ocurre en el itinerario hasta La Canda. No ofrece mayores problemas, salvo algunos lugares en los que los aliviaderos de agua de la montaña, en épocas lluviosas, pueden embarrar excesivamente varios tramos. Como en otros lugares en la zona, las alternativas son escasas, dada la orografía y la dificultad en el acceso para llevar a cabo los trabajos precisos para solucionar el problema.

Los voluntarios de la asociación que han estado revisando y señalizando este último tramo del camino lo han hecho esperando que los peregrinos que lo recorran “encuentren en estos parajes esos parajes únicos y gratificantes que, tal vez, es lo que venían buscando, disfrutando de la armonía con la naturaleza, que le favorecerán, sin duda, a llegar al verdadero objetivo de la peregrinación”.

La Asociación Zamorana de los Caminos de Santiago da por concluido el proyecto de mejora y señalización de las rutas jacobeas de la provincia tras haber evitado varios peligros a los peregrinos que recorran la provincia en su discurrir hacia Compostela.