La pérdida de servicios en el medio rural deteriora la calidad de vida de las personas que residen en los pueblos, contribuyendo a acelerar el problema de la despoblación en un círculo vicioso. Se cierran servicios porque cada vez hay menos población, y cada vez hay menos población porque se cierran los servicios.

Para la Zamora rural el último mazazo ha llegado por parte del sector financiero. El ERE de Unicaja Banco no solo deja sin trabajo a 39 personas –el 24,1% de su plantilla en la provincia de Zamora–, también supone el cierre de 12 oficinas repartidas por el medio rural.

Precisamente, en el los lugares donde la población tiene más dificultades para acceder a la banca online, por un lado por la elevada edad de la población y por otro porque el acceso a internet no siempre es tan eficaz como en las zonas urbanas.

Pero la gente de los pueblos y sus representantes se resisten a esta continua pérdida de servicios y de derechos. En este caso, los ayuntamientos y mancomunidades están rompiendo sus relaciones con Unicaja Banco.

La Mancomunidad Tierra de Campos-Pan-Lampreana ha sido la última institución que ha aprobado retirar todos sus fondos de Unicaja Banco, y operar solamente con la cuenta que tienen en Caja Rural de Zamora. “Son una empresa privada, no se les puede obligar a quedarse aquí, pero nosotros también podemos decidir con qué entidades nos conviene trabajar y con cuáles no”, expresa en declaraciones a este diario Fermín Largo, el presidente de esta agrupación de municipios.

Vivir a 30 kilómetros del banco

Esta mancomunidad está compuesta por 24 ayuntamientos que suman 27 localidades y hasta hace poco quedaban cuatro sucursales de Unicaja Banco. Las de Villarrín de Campos y Villafáfila, que en los últimos años funcionaban como “despachos” con un horario reducido, ya son historia. Han sido cerradas.

Las de Manganeses de la Lampreana y Aspariegos han perdido la categoría de sucursal, ahora son una oficina que visita un agente financiero, una persona que actúa en nombre del banco para ofrecer determinados productos y que puede actuar de intermediario con la sucursal.

Los clientes de estas oficinas dependen en realidad de las sucursales de Villalpando y de la avenida Tres Cruces de Zamora, respectivamente. De Manganeses de la Lampreana a Villalpando hay una distancia de 32 kilómetros, y de Aspariegos a la oficina de Zamora unos 24 kilómetros. Vecinos de pueblos como Villalba de la Lampreana tienen un recorrido de 30 kilómetros a cualquiera de los dos lugares.

A esto se une que determinadas operaciones en efectivo solo se pueden hacer a primera hora de la mañana, algo prácticamente imposible para la gente dedicada a la ganadería si tienen que hacer un viaje tan largo.

Caja España, una de las entidades más arraigadas en Zamora

La antigua Caja España –hoy transformada en Unicaja Banco tras su conversión en una empresa privada y pasar por varias absorciones– era una de las entidades financieras más arraigadas al territorio de la provincia de Zamora. De hecho, la caja de ahorros nació de la unión de cuatro cajas provinciales, entre ellas la Caja de Zamora.

Contaba con una amplia red de sucursales repartidas por todas la provincia, no solamente en las cabeceras comarcales, sino en cualquier localidad que tuviera unos pocos cientos de habitantes y varios comercios. Otras localidades más pequeñas eran atendidas por una “oficina móvil” de Caja España, un autobús que visitaba la plaza del pueblo una vez a la semana y ofrecía la posibilidad de llevar a cabo operaciones en efectivo. A principios de mes se formaban hasta colas de jubilados para sacar una parte de la pensión. Otro servicio que ha desaparecido.

El ERE de Unicaja, en cifras

Unicaja Banco, con sede en Málaga, aún conserva miles de clientes en el medio rural zamorano, pero esta será una de las provincias más afectadas por el ERE de la entidad bancaria. En los planes de la empresa está el cierre de 56 oficinas en Castilla y León, 25 en la zona norte –León, Palencia y Zamora– y 31 en la zona sur –Salamanca, Ávila, Segovia, Valladolid y Soria–. Castilla-La Mancha es la segunda en la lista con 38 cierres de sucursales.

La empresa dará de baja a cerca de 2.700 empleados en el conjunto de España. A los 1.513 despidos contemplados en el ERE se sumarán unas 1.200 prejubilaciones, 730 de ellas de trabajadores del antiguo “Liberbank”, actualmente en proceso de absorción por el banco andaluz. En total se cerrarán 395 oficinas en todo el territorio nacional en el proceso de reordenación que supone la unión de ambas entidades.