Ni el frío, ni la pandemia, ni la despoblación, ha impedido que Quintanilla del Olmo, uno de los pueblos más pequeños de la provincia, celebré la fiesta en honor a su santo patrón, san Babilés de Antioquía.
La iglesia parroquial, que lleva el nombre de este santo, que fuera obispo de Pamplona y martirizado, acogió una misa concelebrada por el párroco de Quintanilla, don Miguel Morán, acompañado por el cura de Villalobos, don Abelardo Febrero, y el de Villalpando, don Javier Fresno.