Hace 500 años, en el siglo XVI, cuadrillas itinerantes de pintores y artesanos recorrieron iglesias y ermitas del territorio fronterizo del noroeste de Salamanca, la comarca de Sayago y Portugal, inmortalizando en sus muros representaciones religiosas.

Un trabajo realizado con recursos modestos que sin embargo incorporó novedades estéticas del Renacimiento en su temática iconográfica y hoy representa una singular y desconocida manifestación del arte rural.

Los artesanos atendían las demandas de la zona, generando una producción popular que, a juicio de los estudiosos, responde a un concepto más decorativo que artístico, simplificando la técnica para hacerla rápida y rentable.

Escena de la conversión de Hermógenes por el apóstol Santiago en Torrefrades José Luis Fernández

Estudiada por diversos especialistas, la iconografía que caracteriza al conjunto de iglesias y ermitas en varios pueblos de la comarca Sayago ha despertado el interés de los técnicos, goza de un tratamiento especial por parte de la Dirección General de Patrimonio de la Junta y, muy tímidamente, ese reconocimiento empieza a dar sus frutos gracias a las restauraciones y puesta en valor del testimonio artístico.

Las iglesias de Badilla, Carbellino, Palazuelo, Torrefrades, Villamor de la Ladre, Villar del Buey y la ermita de Fernandiel de Muga de Sayago, junto a la iglesia de Muga de Alba (esta última en la Tierra de Alba) forman parte de la llamada “Ruta de los Murales de la Edad Moderna” que también incorpora elementos relevantes de la provincia de Salamanca. En la Zamora rural se cuentan hasta 23 templos con pinturas murales, que podrían ser más si se tiene en cuenta que muchas de estas representaciones han estado ocultas.

Canecillo de la cabeza de una mujer en el paramento izquierdo del arco central en Torrefrades. José Luis Fernández

La “ruta” no está organizada como tal ni cuenta con personal especializado, pero sí permite a los interesados visitar las iglesias de forma particular y realizar un recorrido sorprendente por los pueblos de una comarca no menos sugerente por su valor etnográfico, como es Sayago. La identificación de ese conjunto de templos a los que singularizan los decorados de los siglos XV y XVI es una de las iniciativas puestas en marcha dentro del programa de cooperación transfronteriza Interreg España-Portugal, en el proyecto Patrimonio Cultural en Común, cuyo objetivo es rescatar del olvido, restaurar y dar a conocer este tesoro artístico de carácter popular y rural.

En 2019 se sucedieron dos jornadas técnicas, en Miranda do Douro y Salamanca, en torno a las pinturas murales de la frontera dentro del esfuerzo que se viene realizando por rescatar del olvido este conjunto, “único por su singularidad y también por su fragilidad, con trabajos de catalogación, de diagnóstico de su estado de conservación y de restauración de algunos de los ejemplos más relevantes” apunta la Junta de Castilla y León. También se han diseñado exposiciones, de carácter eminentemente divulgativo, en torno al conocimiento actual de estos murales transfronterizos.

Vista general de la iglesia de Torrefrades

Vista general de la iglesia de Torrefrades José Luis Fernández

En los albores del siglo XXI las decoraciones murales empiezan a recuperar el esplendor perdido como consecuencia de su “desaparición”, bien ocultas por repintes o sucesivos encalados durante los años de peste, cubiertas por retablos y policromías o simplemente por la moda de mantener los muros desnudos. “Esta situación ha propiciado la destrucción de numerosas de estas obras pictóricas bajo la acción descontrolada de las piquetas o el abandono por desinterés en este tipo de decoraciones que ni se conocen ni se valoran en su justa medida” apunta el estudio de la Junta.

Representación en los muros de la iglesia de Villamor de la Ladre. Jabarrio

Los repertorios habituales de las pinturas son, o bien retablos fingidos, una “forma barata de cubrir las necesidades litúrgicas y devocionales”. Imitación de lujosos tejidos reales que se colgaban de las paredes para vestir los muros recreando brocados y adamascados de moda en la época. Imágenes de los santos, que con sus festividades marcaban los ciclos agrarios o como reclamo devocional contra todo tipo de enfermedades, desastres naturales o a los que se encomendaba la protección de niños, ganado y cultivos. Y también proliferan escenas y personajes del Antiguo y Nuevo Testamento; un modo de instruir —mediante un catecismo visual— la doctrina católica, para que la población pudiese comprender las verdades de la fe.

Vista general de las pinturas en el muro testero del altar mayor en Badilla. Jabarrio

Las obras de restauración en el interior de los templos han ido descubriendo un tesoro pictórico que hoy es el orgullo de los vecinos y merece el reconocimiento de los estudiosos. “Sobre todo vienen a verlas personas que ya tienen conocimiento de las pinturas murales, especialistas o grupos acompañados de alguien experto que les hace un recorrido guiado” apunta Héctor Galán, párroco de algunas pueblos donde se conservan estos conjuntos artísticos que decoran los muros de piedra, como Carbellino o Torrefrades.

Pinturas en el muro del crucero, en Badilla. Jabarrio

Las pinturas de la iglesia de San Miguel de Carbellino de Sayago forman parte del conjunto ya restaurado. La iconografía se concentra en el presbiterio y mitad delantera de la nave, con diferentes escenas de santos en los restos conservados en el lateral del evangelio y de la vida de Cristo en la epístola y motivos decorativos e imitación de paños brocados en el presbiterio.

Estas pinturas se descubrieron a finales de los años sesenta del pasado siglo, durante la ejecución de unas obras en el interior, ya que permanecían ocultas bajo capas de revocos y encalados. La intervención tuvo como punto de partida la conservación y restauración de los restos murales originales del siglo XVI, ocultos e indirectamente protegidos por diferentes decoraciones posteriores y encalados sucesivos que han convivido mostrando una superficie de difícil lectura.

Inscripción que identifica la figura de Santa Lucía en Carbellino José Luis Fernández

Desde que comenzó la tarea de rescatar del olvido este patrimonio, la Junta ha realizado varias restauraciones. Comenzó en el año 1997 en la iglesia de Santo Domingo de Guzmán de Vivinera (Aliste), en 2011 se restauraron las pinturas de la iglesia de San Miguel Arcángel en Carbellino, en 2018 la iglesia de Santa Eulalia de Muga de Alba. Y la última intervención se ha llevado a cabo en la ermita de Fernandiel, en Muga de Sayago, una de las representaciones más significativas por la gran extensión de la pintura mural conservada dentro del nutrido conjunto iconográfico que se ha preservado en el suroeste de Zamora, norte de Salamanca y la zona fronteriza portuguesa.

Muro lateral de la capilla mayor en Carbellino José Luis Fernández

El estudio y documentación de conjuntos de pinturas murales en la comarca de Sayago, realizado por Ana González Obeso y Raquel del Cura Sancho, destaca cómo estos descubrimientos “han despertado un interés cultural”. El estudio de estas pinturas renacentistas suscitó el interés de estas especialistas, ya que “constituyen una manifestación artística singular y específica, en general de tipo popular, pero en conjunto de gran calidad”. Se pretende “devolver a su justo valor a este patrimonio cultural y luchar contra su desconocimiento, para contribuir a la concienciación de su importancia y, por tanto, a su cuidado y conservación”.

El excepcional decorado de Fernandiel

La última restauración del conjunto de pinturas murales de Sayago se ha realizado en la ermita de Nuestra Señora de Fernandiel, en Muga de Sayago.

El edificio destaca por la gran extensión de pintura mural conservada dentro del nutrido conjunto de pinturas.

La obra se ha realizado a través del Plan Románico Atlántico, una iniciativa de cooperación transfronteriza para la conservación del patrimonio cultural en el que colabora la Junta de Castilla y León y la Fundación Iberdrola, entre otros.

Además del proceso de restauración, para garantizar su conservación y puesta en valor, se acomete la instalación de un nuevo suministro eléctrico basado en placas solares y una nueva iluminación ornamental.

Una de las pinturas murales de la ermita de Fernandiel, en Muga de Sayago, ANTES de la restauración. Cedida JCyL

La misma pintura mural en Fernandiel, Muga de Sayago, DESPUÉS de la restauración. Cedida JCyL