Aliste, Tábara y Alba es tierra de agricultores y ganaderos, oficios donde las labores de labranza, cosecha y pastoreo sedentario y trashumante dejaban poco tiempo para el jolgorio y diversión diurna. Mientras en nuestros días, julio y agosto acogen la práctica totalidad de las fiestas, antaño era enero el mes que, además de los casorios, más fiestas acogía.

Los protagonistas de enero son los “santos coloraos” así conocidos por el color de los ornamentos litúrgicos, y apodados “santos de la nieve” por ser estas fechas fechas propias de gélidas temperaturas, heladas y nevadas.

Ayer fue 17 de enero, uno de los días mas señalados, pues se honra a San Antonio. Era la fecha elegida para la bendición de los animales, un ritual lleno de protagonismo. Cada familia pasaba por delante del santo con sus vacas y burras, hoy en peligro de extinción; en muchos pueblos ya no queda ni una sola res.

Valer de Aliste fue uno de los pueblos que honró a San Antonio manteniendo todos los actos religiosos. Era demás un día especial, pues tenía lugar la primera procesión de la “era Covid” y también la primera del nuevo cura Pedro Faúndez Mayo desde su llegada a la Unidad de Acción Pastoral de Valer el 12 de septiembre de 2021.

Tradiciones y costumbres lúdicas y religiosas son la esencia de los pueblos alistanos desde tiempo inmemorial y su preservación estará garantizada a corto y medio plazo gracias al interés de nietos e hijos por heredarlos de abuelos y padres. No sólo adolescentes y jóvenes toman las riendas de la tradición sino que lo están haciendo hasta los niños. 

Muestra de ello es el niño Antonio Rivera Rivera que a pesar de su corta edad este año fue el mayordomo de San Antonio en Valer portando la vara en la procesión, presidiendo misa y subasta, tras las cuales el pequeño entregaba la insignia al mayordomo de 2023, el jubilado Leandro Santos. A los “santos coloraos” el mayordomo le coloca collares; antiguamente eran manzanas, pero esto año se ha colocado chucherías. Antonio Rivera Rivera nació el 27 de marzo de 2014, vive en Zamora y lo que más le gusta es estar en Valer donde viven sus abuelos. El problema es que allí ya no hay niños y por ello la catequesis la realiza en la iglesia de San Torcuato.

El pequeño Antonio Rivera entrega la vara de mayordomo a Leandro Santos. | Ch. S.

Antaño, como todos los pueblos, contó con mucha ganadería doméstica: hoy ya no queda ni rastro de las pura sangre alistanas (vacas) y zamoranas (burras), por lo cual los protagonistas del responso y bendición fueron animales de compañía. Los perros Thor (de Ana), Luna (de Ninín), Cusky (de Alejandra) y Linda (de Teodomiro). En Valer antaño fueron afamados los subastadores de para los “santos coloraos”. Históricos fueron entre ellos los señores Juan Santos, Isidoro Garrido y Félix Martín , ya fallecidos; y Ceferino Santos y Julián Silva, de los que tomó el relevo Ana Fagúndez.

Antonio Rivera frente a la imagen de San Antonio, con sus chucherías ofrecidas. Ch. S.

Manda la ancestral tradición de los “santos coloraos” en la zona que cada año familia del pueblo asuma por devoción la mayordomía durante un año y es la encargada de hacer “la función”. Cada familia que ha recibido alguna gracia o ha pedido algún favor al santo colorao le haga una ofrenda en productos de la tierra: desde animales, corderos, cabritos, gallos de corral y conejos, a viandas matanceras: longanizas, lomos y morcillas. Todo ello es subastado tras el responso a celebrar por la tarde.

Despoblación rural y escasez de curas trajo como consecuencia el traslado de estas fiestas al fin de semana para aprovechar la llegada y facilitar la partida de los emigrados. Son fiestas de misa, procesión, responso y subastas que por segundo año en muchos pueblos se ven condicionadas o suspendidas por la pandemia.

Un momento de la subasta, a las puertas de la iglesia de Valer de Aliste. | Ch. S.

San Mauro es por tradición el encargado de abrir el día 10 los “santos coloraos”. Brandilanes es el único pueblo alistano que tiene como patrono a San Amaro, trasladándose los actos este año al pasado sábado, limitados a una misa a la que solo acudieron 12 personas y una pasacalles con los dulzaineros “Los Primos” de Pino del Oro.

El jueves será la festividad de Los Mártires (Fabián y Sebastián) y muchos pueblos los honrarán el sábado y domingo sin perder de vista a la variante Ómicron de la pandemia. Mascarillas y distanciamiento social son los nuevos protagonistas en misas, responsos y procesiones.