El personal de la unidad móvil de tests rápidos de antígenos, habilitada por la Consejería de Sanidad de la Junta, realizó ayer u labor con normalidad y rapidez en Puebla de Sanabria, sin casi tiempos de espera ni colas para someterse al test.

El equipo de Control COVID 19 comenzaba poco después de las 9 de la mañana a recibir los primeros usuarios con síntomas o con sospechas de posibles contagios por contacto. Cientos de personas se desplazaron para someterse voluntariamente al control habilitado hasta las 6 de la tarde.

Entre las personas desplazadas al recinto del pabellón deportivo José Varela se encontraban madres y padres de menores, tanto de guardería como de centros escolares de la comarca, sin síntomas pero con contacto por algún caso positivo en el aula. “Vengo por precaución y porque nos han dicho que los niños contagian mucho” reconocía una de las madres con un niño de corta edad al haber un caso positivo en el jardín de infancia.

El pequeño ajeno a la prueba mostraba entretenido un pulsador tratado como juguete. Además de que el pequeño no diera positivo a COVID-19, la mayor preocupación es el cierre de aulas porque “con quién dejo al niño. Si hay un tanto por ciento de casos en el aula, la cierran ¿Y qué hacemos los padres que trabajamos? ¿Con quién dejamos o quién cuida a un niño positivo? ¿Los padres tenemos derecho a pedir la baja para estar con ellos en casa? ¿Quién te cuida un niño positivo?”. Eran más las preguntas que las respuestas.

Algún padre también se sometió a la prueba, después de realizarse test en casa, al estar en contacto con familiares que han dado positivo, en unos casos asintomáticos, niños y adultos. “Vengo a asegurarme porque puedo ser asintomático”.

Una madre lleva su pequeño para realizar el test. | Araceli Saavedra Araceli Saavedra

Otra de las madres se acercaba con dos niños porque “el seguro del colegio nos manda ir a hacer las pruebas a Zamora y ya que están aquí prefiero hacerlas en Puebla”.

Adultos con alguna dolencia y en convivientes con casos positivos suscitaba la preocupación “tuve una dolencia de pulmón y lo pasé mal” reconocía un vecino de la zona y su hermano, en contacto con otro familiar que ha dado positivo esta semana, aislado en su habitación. Los dos hermanos muestran su preocupación de “si es todavía pandemia, si ahora es como la gripe, una epidemia, si esto es el fin de la pandemia. No sabemos qué pasará por los científicos dicen cosas distintas”.

Entre los usuarios que entraron en la unidad móvil también se encontraban convivientes con personas que trabajan en el área sanitaria de la zona y que han dado positivo. “Para descartar porque se le han hecho las pruebas a los niños y han dado negativo”.

El único tiempo de espera del proceso fue la hora en que tardaban en comunicar los resultados, una vez hecho el test indoloro “pero que te hace llorar” reconocía alguna de las personas que salía de la unidad móvil.

De nuevo salió el tema de desplazarse a Zamora o Benavente para realizar la vacunación, que ha obligado a los usuarios de Sanabria Baja y Carballeda a desplazarse a más de 100 kilómetros. Cerrar el negocio y perder el día, adelantar o aplazar la vacuna para coincidir con un familiar de edad similar que tiene que vacunarse para no perder dos días y hacer doble gasto, son las quejas de los habitantes de las comarcas más alejadas.

El primer problema era contar con transporte para salir del pueblo cuando no disponían de coche propio o ya no conducen. Tomar otro transporte público hasta una de las dos ciudades y poder regresar a tiempo en transporte público. Con Benavente la disponibilidad de autobús era muy reducida.