Las abejas son fuente de riqueza para las familias en Aliste, y su desaparición conllevaría la pérdida de uno de los oficios que aún resisten en la comarca.

Las condiciones han empeorado para estos insectos. La meteorología anómala de los últimos años y la subida de las temperaturas está repercutiendo muy negativamente en la floración de los campos y por ende, en el comportamiento de las abejas. El desajuste que sufren las polinizadoras y las plantas polinizadas genera a su vez una disminución de polen y néctar. Los apicultores alistanos están sufriendo una disminución de los principales productos de la colmena “tenemos calidad pero baja la cantidad”, alertan sobre las consecuencias del desajuste de la floración para las abejas, una preocupante conclusión de los apicultores alistanos.

Entre las alarmas dentro del sector apícola está el alarmante descenso de la población de abejas

Esta última es una fuente importante de ingresos para numerosas familias asentadas en nuestra comarca y que contribuye en un alto grado a su estabilidad y que por tanto, podría calificarse como una fuente de desarrollo endógeno en un medio rural deprimido, siendo este equilibrio difícil de encontrar, máxime ante la falta de una legislación única a nivel de toda España. Todo ello dentro de una zona deprimida económicamente pero rica medio ambiente, pues no en vano, gran parte de la comarca de Aliste pertenece a la Reserva de la Biosfera Meseta Ibérica.

Son muchas las amenazas que tiene la actividad apícola, tanto de tipo medioambiental como fundamentalmente humano (por acción o por desidia). Aun así se ha demostrado claramente la profesionalidad de la mayor parte de los apicultores de Aliste y en pocos años se ha conseguido poner el nombre de la miel en el mapa de los productos gourmet del mundo, prueba de ello es la gran cantidad de galardones recibidos en setos últimos años por mieles alistanas

Entre las alarmas dentro del sector apícola está el alarmante descenso de la población de abejas y colmenas e incluso del resto de polinizadores, no sólo a nivel de la comarca alistana, sino a nivel mundial debido a múltiples causas, muchas de ellas de concurrencia simultanea.

Guillermo Diez apicultor de “Las Obreras de Aliste” en Gallegos del Campo destaca la varroa, “presente en todos los apiarios del mundo, excepto en Australia, y que a pesar de los múltiples esfuerzos que hacemos todos los años, no para de diezmar la población de abejas, junto a enfermedades como la nosema, y la introducción de expecies exóticas carentes de depredadores, como la Avispa Asiática, de la que ya se ha avistado algún foco en la provincia de Zamora. En Aliste al menos estamos a salvo del papel destructor de hábitats que realiza la agricultura industrial y la necesidad del uso de grandes cantidades de agroquímicos con especial referencia a los neocotinoides, pues contamos en la mayor parte de nuestro territorio con una agricultura y ganadería extensiva y en muchos casos residual”.

La Raya, un paraíso de 11.000 colmenas que mantienen a 136 familias

El “Síndrome de Despoblamiento de las Colmenas”, que comenzó en el último tercio del siglo XX en Estas Unidos, es otro de los grandes y graves problemas a los que se enfrenta la apicultura y que los alistanos ya han comprobado: “Que no es otra cosa que una serie de colmenas que están perfectamente un día y al siguiente no queda ni una abeja en ella. La explicación es difícil. En algunos casos se dice que se debe a las redes 3G y 4G, pero no está nada claro, salvo la pérdida de colmenas, claro”.

Sergio López Vaquero, apicultor de Fonfría sentencia: “La producción de 2021 no fue de las peores, pero si desigual según floraciones. El problema principal sigue siendo la varroa que superó el 50% de muertes y en algunas explotaciones el 70%. La trashumancia sigue siendo otro problema ya que en Aliste siguen viniendo apicultores que no cumplen las distancias con los colmenares estantes con lo que ello conlleva. Los calores anormales de estos días tampoco están ayudando, ya que las abejas deberían estar invernando y no lo están”.

A ello es suma el “gran riesgo que se corre con la trashumancia a gran escala, uno de cuyos efectos es una mayor competencia por el alimento por parte de las abejas”, recuerdan algunos apicultores que también mencionan el traspaso de patógenos, mezcla de material genético y en definitiva una disminución de la productividad de la miel como consecuencia de la saturación de colmenas en determinados terrenos. Esta aglutinación genera problemas debido al difícil equilibrio entre la apicultura a gran escala –que viene de otras provincias– y la apicultura tradicional y familiar.

Otra causa, muchas veces inexplicable, “es la desunión de los pequeños y medianos apicultores tradicionales y que hace que nos encontremos en una situación de vulnerabilidad endémica, pues no hay peor estrategia que la dispersión para ser vulnerable, o como se suele decir para que el pez grande se coma a los pequeños. Solo hay que pensar que en un a provincia como Zamora existen al menos cinco asociaciones. En este sentido nos da envidia como funciona el vecino país de Portugal con una gran asociación a nivel nacional defendiendo al sector y lejos de individualismos externos”.

La Raya, un paraíso de 11.000 colmenas que mantienen a 136 familias

Apialist es una de las asociaciones apícolas más importantes de la provincia de Zamora con unos 136 apicultores y 11.000 colmenas: es la que cuenta además con más envasadores de miel y registro sanitario, siendo su principal producción la miel y el polen de altísima calidad. Las mieles en Aliste suelen ser de primavera, color ámbar, muy frescas en boca y sabores afrutados, también de brezo. Luego están las de otoño, mielatos, de castaño, roble y encina. La asociación coordina los ciclos formativos, busca los mejores seguros para las colmenas, busca de medicamentos, ayuda a la comercialización y todo los relacionado con la calidad de la miel.

La Junta Directiva está compuesta por Juan Antonio Bermúdez Poyo de Trabazos (presidente), José María Mezquita Barrigón de San Vitero (vicepresidente), Guillermo Díez Fernández de Gallegos del Campo (secretario), José Angel Pérez Martín (tesorero) y Oscar Rivera Rodríguez y Lucía Codesal Villota (vocales).

El 2021 surgía otro problema grande y grave a erradicar: el robo de colmenas y enjambres se convirtió en una práctica demasiado habitual en diferentes pueblos para desgracia de los apicultores alistanos y sus familias que trabajan duro cada día para vivir de producir miel y polen, uno de los oficios que aún permanecen vivos en la comarca de Aliste.