Aliste y los alistanos recuperaron ayer, gracias a la iniciativa del Ayuntamiento de Alcañices, la ancestral tradición alistana del magosto en la era COVID después de que la pandemia acarreara la suspensión por segundo año consecutivo de los magostos de Trabazos y Sejas en la fiesta de Todos los Santos.

Tras un mes de dudas justificadas ante la evolución a peor de la situación sanitaria, la Corporación Municipal tomó la decisión de suspender aquellos actos que tiene lugar en recintos cerrados (matanza tradicional y degustación de chanfaina) y mantener las que tienen lugar la aire libre (magosto).

Con el Árbol de Navidad y el alumbrado poniendo luz y colorido, la Plaza Mayor fue un año más el lugar elegido donde encender la lumbre para asar las castañas. En los pueblos alistanos para asar las castañas en la chimenea la leña elegida eran los piornos y las carqueisas ya que arden bien y dan mucha llama. Cuando las castañas a asar era en los magostos e hilandares al ser el asador un caldero mayor ya se utilizaban también jara, escobas y ramas de encina.

Las castañas de este año fueron donadas por el castañicultor Anastasio Méndez Pérez, nacido en Nuez de Aliste (municipio de Trabazos) y vecino de Alcañices desde hace muchos años. El magnifico producto era del castañal que posee en el paraje de Valde Lobos de Alcorcillo.

Es Alcañices una tierra de castaños y también de buenos asadores que fueron removiendo con mucha maestría y aún más paciencia el asador, poco a poco, sin prisa pero sin pausa, para que las castañas fueran adquiriendo esos colores, olores y sabores característicos que impregnado el ambiente que cautivan e invitan a la gloria culinaria, tiernas por dentro pero sin quemarse por fuera. Y una vez asadas tapadas un rato con una hojas verdes de berza para que queden más “dondias” (textura más suave).

Noche fría, con temperaturas a la baja, que llamaba aún más si cabe a degustar un producto, las castañas alistanas, que si crudas son una exquisitez, asadas alcanzan el grado de manjar hasta para los más exigentes paladares alistanos y de fuera.

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Mientras que en años anteriores las castañas se distribuían en mesas donde la gente iba cogiéndolas de una en una compartiendo manjar y tertulia, –los magostos son convivencia y hermandad–, en esta ocasión se adquirieron 500 cucuruchos y así se entregaron individualmente para evitar los contactos y aglomeraciones.

Castañicultores alistanos congregados ayer en Alcañices aprovecharon para analizar la campaña de 2021 con precios de entre 1,80 y 2.50 euros por kilo. De Aliste han salido este año no menos de 1.300.000 kilos, coinciden en su mayoría . Prefieren calcular a la baja y poniendo un precio medio de 1,95 por kilo las cuentas son claras: alrededor de 2.535.000 euros.

Aliste cuenta según sus cálculos con unos 800 castañicultores, más que a hace unos años, y dan su explicación: “Se han plantado más castaños, cierto, no obstante el mayor incremento viene dado por las partijas de herencias entre hermanos, los mismos castaños pero a veces lo que era de uno termina en manos de dos, tres y hasta cuatro hijos”, explican. Hay bastantes productores que tienen menos de diez castaños.

A la rica castaña

Con calidad y cantidad y un merecido prestigio a nivel nacional (Galicia ha comenzado a importarlas) e internacional (Portugal, Brasil, Suiza, Alemania, Francia) se da por hecho que conseguir una Indicación Geográfica Protegida llevaría incluso a duplicar los precios y tener garantizadas las ventas

Jesús Quintá, presidente de la Indicación Xeográfica Protegida “Castaña de Galicia” y gerente de Alibox, empresa de Monterroso (Lugo) ha comenzado a recoger castañas alistanas este año a través de la planta de Río Frío y ha llegado a reconocer que solo Galicia necesita más de 25 millones de kilos al año y no se llega a 15. Algo parecido pasó en Portugal donde la escasez este año llevó al retrasar la salida de Oporto del barco con castañas camino de Brasil.

Encontró en la castañicultura el refranero lugar ideal para sus sentencias: así sabemos que “Las castañas quieren en agosto arder y en septiembre beber”, que a la hora de consumir “castañas las primeras y nueces las postreras”, que si se trata de asar “Por San Eugenio (13 de noviembre) la castaña al fuego” y “Que quien castaños tiene de hambre no se muere”.