La Diputación de Zamora presentará alegaciones al borrador del Plan Hidrológico del Duero 2022-2027, para la cual ha iniciado contactos con los sectores agraviados por este plan.

Hoy, el vicepresidente tercero y diputado de Medio Ambiente, Javier Faúndez, y los diputados de Agricultura y Ganadería, Ángel Sánchez, y Desarrollo Económico, Emilio Fernández, se han reunido con los líderes de las organizaciones profesionales agrarias, que también presentarán sus alegaciones antes del 22 de diciembre. En los próximos días, los diputados escucharán también a los ayuntamientos y entidades afectadas por el desembalse de Ricobayo del pasado verano, y a los representantes de las plantaciones de choperas.

Lorenzo Rivera, secretario general de COAG Zamora; Aurelio González, secretario provincial de UPA y Antonio Medina, presidente provincial de Asaja, y el vicepresidente de la Diputación coinciden en la necesidad de “elevar la capacidad reguladora de la cuenca del Duero, que es una de las más bajas de España” para almacenar agua en periodos de abundancia y hacer frente al cambio climático, que puede traer periodos de sequía más largos.

En ese sentido irán las alegaciones de la Diputación, explicó Javier Faúndez, además de mencionar la modernización de los regadíos, la regulación de las aguas subterráneas y oponerse a las restricciones al aprovechamiento de las franjas de cinco metros en los cauces de los ríos y arroyos que la CHD pretende introducir para evitar la contaminación por nitratos. “Si con eso se refieren a todos los regatos, sería catastrófico para la provincia por la gran cantidad de superficie cultivable que se perdería”, profundizó.

Los líderes de los sindicatos agrarios apuntaron también a que el Plan Hidrológico pretende “desmontar obras de retenciones que hicieron nuestros abuelos, como azudes o balsas” y “dejarnos a la buena aventura si hay una lluvia torrencial”, en palabras de Aurelio González (UPA), que cree que actualmente la Confederación Hidrográfica del Duero “tiene una visión impuesta por el Ministerio de Transición Ecológica, del medio ambiente visto desde las ciudades, y no tiene en cuenta las necesidades del medio rural”.

Antonio Medina, de Asaja, recordó que la CHD carece de presupuesto propio, y pretende financiar las obras proyectadas para los próximos cinco años a través de sanciones y ayudas europeas “en un afán confiscatorio y de denunciar a la gente”. Por último, señaló que Zamora, con un 11% regable del total de la superficie cultivable “está muy por debajo de la media nacional y tenemos capacidad para crecer mucho más”, algo que no viene contemplado en el Plan Hidrológico Nacional.

Por su parte, Lorenzo Rivera aseveró que el nuevo plan hidrológico “atenta directamente contra los agricultores y ganaderos” y pidió “más embalses y más capacidad de riego”. La cuenca del Duero solo tiene capacidad de almacenar agua para una temporada de riego, y no para dos como en otras cuencas del país, lo cual va en la dirección contraria de lo que pide el cambio climático, que cada vez más provoca temporadas de muchísima lluvia seguidas por otras de graves sequías: “se equivocan de arriba abajo” con el nuevo Plan Hidrológico. Para el líder de COAG, la clave está en “conseguir con una buena gestión del agua más regadío, no restringirlo”, lo cual pasa por la modernización de los canales, algo que España ya está haciendo, ya que “es el segundo país del mundo en eficiencia del agua, solo por detrás de Israel”, de hecho “hoy se extrae menos agua del suelo que hace 20 o 30 años”, asegura.

Todos los asistentes a la reunión coincidían en que el regadío fija población, y Zamora necesita más regadíos y más modernos, pero el nuevo Plan Hidrológico del Duero los restringe.