La Raya de Aliste (España) y Tras os Montes (Portugal) ha escrito su historia desde unos mismos orígenes, desde la más remota antigüedad hasta nacer la primera frontera seca y húmeda hispanolusa un ya lejano día 12 de septiembre de 1297 con la “Concordia de Alcañices” rubricada dentro del recinto amurallado por el rey luso Don Dinís y el castellano y leonés Fernando IV. Más de 724 años de estrechas relaciones tras coincidir la reina Santa Isabel de Portugal en su viaje de Aragón a Trancoso (al encuentro de Dinís) con alistanos y trasmontanos en la romería La Riberiña en Quintanilha.

Dice el dicho rayano que “alistanos y trasmontanos somos primos y hermanos”. No pocos portugueses trabajan en los pueblos de Aliste, se han casado en la comarca y tienen lazos familiares en el lado español de la frontera. Uno de ellos es Manuel Anjo Pires, tan buena persona como profesional: un ángel de la guarda, portugués de nacimiento “y a mucha honra”; y alistano de acogida y corazón; que durante los últimos 33 años se ha ganado el cariño y merecido respeto de alistanos y alistanas como conductor de ambulancia trasladando enfermos o heridos desde sus pueblos a Urgencias del Hospital “Virgen de la Concha” en Zamora.

Ahora le ha llegado la hora de la jubilación y miles de alistanos muestran su agradecimiento con “una persona maravillosa, de mirada tranquila que inspira confianza, palabras de aliento. Aliste y los alistanos, sin lugar a dudas, le debemos mucho y siempre le vamos a estar eternamente agradecidos por su trabajo, porque era un gran profesional, pero a la vez un ser humano con el que daba y da gusto tratar”.

María y Juan, ya camino de los cien años, sentencian: “Manuel y su mujer Domi son dos ángeles. Cuando el médico nos manda para Zamora es porque ya estás mal y a ello se le une siempre el temor de enfermo y acompañante. Ellos te inspiraban traquilidad, siempre amables y atentos a lo que necesitaras. La verdad es que todos los conductores y técnicos de ambulancias son muy majos, pero Manolo tiene algo, un don especial. Le vamos a echar de menos, pero ya ha trabajado bastante y se merece descansar”.

Jesús Lorenzo, alcalde de Alcañices y presidente de la mancomunidad “Tierras de Aliste” sentencia: “Manuel fue un gran profesional y magnífica persona, un gran vecino; alcaldes, ayuntamientos y vecinos le estaremos siempre muy agradecidos”.

Manuel Anjo Pires, nació en la freguesía trasmontana de Avelanoso –perteneciente al concelho de Vimioso y al distrito de Braganza– el día 10 de marzo de 1959, hijo de la señor Cesar Anjo y de la señora Delia Pires, fue el más pequeño de diez hermanos.

Siendo sólo un niño de tres años salió por primera vez al extranjero, aunque su viaje fue corto, sólamente cruzar la Sierra de Bruñosinos por el paso fronterizo de Tres Marras, de Avelanoso a Alcañices, donde se asentó toda su familia. Poco se podía imaginar aquel portuguesiño que ya iba a forma parte de toda su vida la villa y España.

Sólo pisar tierras alistanas Manuel ya dejó constancia de su carácter abierto, sencillo y de muy buen corazón, valores que le han acompañado siempre, dejándose querer por quienes ha conocido y por quienes le han tratado como su amigo, vecino y conductor de ambulancias. En Alcañices fue donde cursó sus estudios de EGB (Educación General Básica), los ocho cursos, en el colegio de la calle Pérez Marrón.

Fue terminar la EGB, con 14 años, e iniciar su segunda migración camino de Vergara, en Guipúzcoa, donde encontró su primer trabajo en una fábrica de escopetas. De allí dio el salto a la capital de los sanfermines, Pamplona, donde fue camarero hasta ser llamado a filas por el Ejercito de España para hacer le servicio militar en Avilés (Asturias).

En 1988 regresó a su tierra de acogida, que ya era y siempre los será también su propia tierra, donde comenzó a trabajar como uno de los conductores de las primeras ambulancias que había en la villa para atender a la Zona Básica de Salud de Aliste, con 13 municipios y 62 pueblos. Unos turismos ranchera que llevaban a los enfermos y heridos directamente en la camilla, pues apenas sí se cabía de pie, ya que además no llevaba ayudante. Todo lo contrario a las de hoy en día en las que pueden viajar tanto el conductor como el técnico de apoyo, el medico y el enfermero.

Años después, 1994, se casaba con la joven alistana Domi Ratón Genicio, natural de Mellanes (municipio de Rabanales), formando una ejemplar y feliz familia de la que nacieron las hermanas Sara y Laura Anjo Ratón. Domi, además de ser su mujer, también ha sido su compañera de trabajo en los últimos 15 años ejerciendo de Técnica de Transporte Sanitario en sus correspondientes turnos de trabajo. Una relación profesional que compartieron desde 2006.

Es Anjo Pires un apasionado del deporte de alto rendimiento: lo mismo hace 60 kilómetros de mountain bike con su amigo y vecino Daniel Ferreira Fernández por sierras y valles de Aliste, cruzando la Raya hacia sus orígenes en Avelanoso, que corre 20 o más kilómetros por riberas y senderos del Aliste más profundo disfrutando de los naturales y paradisíacos parajes de los ríos Angueira, Aliste, Cebal y Mena en un ecosistema rico en flora y fauna.

Manuel Anjo Pires practica el ciclismo por Aliste con su amigo Daniel Ferreira. Ch. S.

Le encanta viajar hasta Portugal, Braganza, Miranda do Douro y aldeas fronterizas, tomarse un café y pasear por su calles. Es un enamorado de la micología e ingenio puro en los carnavales. Una de su pasiones, hecha virtud, es la de actor y representación de antiguas comedias alistanas de corral buscando y logrando siempre sacar una sonrisa a los niños, jóvenes y mayores.

Su primera participación como actor de este alistano-trasmontano fue allá por las fiestas patronales de San Roque de Alcañices de 2011, donde le tocó interpretar a la ya fallecida duquesa de Alba, Cayetana Fitz-James Stuart, que entre otros títulos era marquesa de San Vicente del Barco, pueblo sepultado por las aguas del Salto de Ricobayo en 1934. Su actuación fue calificada por sus vecinos de “magistral”. Incluso predijo su boda con Anfonso Díez Carabantes. Tras esa obra entró a formar parte del grupo de teatro “Los Titiriteros de Alcañices”, con los que sigue representando cada 16 de agosto en la Plaza de Ferreras.

Anjo Pires vino de Avelanoso a Alcañices para quedarse y Aliste se quedó con él: un ángel de la guarda que llegó de Portugal.