Moraleja del Vino abre la veda un año más para cazar el balcón mejor engalanado del pueblo. Y es que el concurso de decoración navideña ha abierto el plazo de participación una vez más, una tradición premiada con hasta 300 euros que deja fotografías dignas de este municipio que por unas semanas se convierte en la ciudad de la Navidad.

“Comparte tu ilusión, ilumina Moraleja”, ha sido el eslogan elegido para esta edición, a la que desde el Ayuntamiento del municipio animan a participar a todos los vecinos, para “formar parte de este concurso decorando con motivos navideños las fachadas y balcones de sus viviendas”.

El que engalane más y mejor su domicilio, tendrá premio. En concreto, cinco primeros premios otorgarán –del primero al quinto– 300, 200, 100, 70 y 50 euros. Además, habrá obsequios consistentes en productos tradicionales de Moraleja para los que recalen en las posiciones desde la sexta a la décima. Premios suculentos que animan a todos los vecinos a sacar el ingenio a pasear y a llenar sus fachadas de luces y decoraciones navideñas.

Además, los afortunados que consigan uno de estos premios revertirán el dinero en el propio municipio, pues se entregarán en forma de cheques regalo en empresas locales, como comercios, hostelería, talleres, peluquerías y gasolineras, una medida para apoyar a Moraleja desde todos los ámbitos, incluso, en esta particular celebración.

Para quien desee participar, las inscripciones serán de manera presencial, recuerdan desde el Ayuntamiento, en horario de mañanas de 9.00 a 15.00 horas, con fecha máxima hasta el próximo 17 de diciembre.

El falló, llegará el día 7 de enero, cuando el jurado haya valorado “la originalidad, el diseño y la estética” de las decoraciones, que deberán ser visibles en su totalidad desde la calle.

La ilusión teñirá de imaginación las calles de Moraleja, dispuestas a engalanarse y sorprender a vecinos y visitantes con sus fachadas de ensueño, que durante unas semanas serán el centro de atención del municipio, y sin duda, de la comarca. Una iniciativa más para llenar de luz los pueblos de Zamora, donde los vecinos son los propios encargados de poner las luces de Navidad.