La asociación comarcal por la sanidad pública de Tábara celebraba ayer en el Edificio del Reloj una asamblea en la que se reeligió como presidente a Pedro Monteso y se renovaron varios cargos, con la entrada de 10 nuevas personas que ayudarán al funcionamiento de la plataforma durante los próximos meses.

La reunión también sirvió para exponer las consecuencias que tendría para la zona tabaresa la Estrategia de Reorganización y Refuerzo de la Atención Primaria en Castilla y León, el documento elaborado por la Consejería de Sanidad que dirige Verónica Casado para reformar la Atención Primaria en Castilla y León, una vez descartado el llamado Plan Aliste. El plan no contempla Zonas Básicas de Salud con menos de 5.000 cartillas, y la de Tábara tiene en la actualidad algo más de 3.800 tarjetas.

Con la fusión de demarcaciones sanitarias hasta superar las 400 cartillas en cada una, también se podrían perder plazas de médico y de enfermería. Otra cuestión que preocupa a los usuarios de la sanidad en la Zona Básica de Salud de Tábara es la “atención continuada”.

Actualmente solo se quedan de guardia un médico y un enfermero, eso no garantiza que siempre haya atención continuada, ya que en caso de emergencia deben desplazarse hasta 35 kilómetros en algunos casos (Cabañas de Aliste), dejando al centro de salud sin personal sanitario hasta su regreso.

Por eso, los vecinos de la comarca se volvieron a manifestar ayer en la Plaza Mayor de Tábara.

En el Centro de Salud de Bermillo hacían lo mismo los vecinos de Sayago, en el decimoctavo sábado consecutivo de lucha por la sanidad pública en esta comarca.

La comarca tabaresa teme perder su centro de salud si se consuma la reforma sanitaria

Hay nueve pueblos que no han visto el médico en el consultorio desde hace al menos 627 días: Cozcurrita, Escuadro, Fadón, Figueruela de Sayago, Mámoles, Monumenta, Pinilla de Fermoselle, Tudera y Viñuela. Hasta las citas previas se dan en otros consultorios donde habitualmente trabajan los médicos, dejando a las pequeñas localidades sin consultorio médico en la práctica. La pandemia ha servido de “excusa”, aseguraban, para suprimir dos demarcaciones sanitarias en la comarca, pasando de 14 a 12. A ello se suma que muchas de las plazas asignadas siguen vacantes.

“Nos damos cuenta que no solo somos nosotros los que nos quejamos de la Consejería, todos los componentes del servicio de alerta epidemiológica de Castilla y León han renunciado a su cargo”, afirma el manifiesto que se leyó en Bermillo.