Los quintos han vuelto a Villaralbo después de un año sin celebraciones debido a la pandemia. Desde este fin de semana y hasta navidades, los 24 quintos pasearán –como manda la tradición– a media noche por las calles del municipio con los cencerros, cazuelas y trompetillas, avisando a los vecinos de que ya queda poco para la celebración de la quintada. “Le sienta bien al pueblo”, cuentan algunos de los afortunados que están inmersos en los preparativos de estas esperadas fiestas, detenidas durante un año. De los 24 jóvenes, diez pertenecen a la añada pasada, aunque afortunadamente han podido retomar la celebración este año. Los vecinos, animados, han repartido bombones y botellas de champán a los nacidos en 2002 y 2003, y durante los próximos fines de semana permanecerán a la espera de las fiestas y bailes previstos para Navidad.

La cencerrada despierta Villaralbo después de un año sin quintos