Val de Santa María, en el municipio de Otero de Bodas, fue escenario de la campaña de quemas controladas de otoño en la Sierra de la Culebra en la Carballeda Baja, realizada por la Consejería de Fomento y Medio Ambiente a petición de los ganaderos de la zona. La quema se desarrolló bajo la supervisión de los técnicos de la Reserva y la Guardería, con condiciones climáticas favorables y medios suficientes.

Un total de 10 hectáreas centraron las labores en terreno público y finca privada entre los parajes de La Cañada, Las Pradericas y Urrieta de las Marras. Los terrenos poblados de escobas y monte bajo el uso cultural del fuego amplían el área para la actividad de una ganadería de vacuno y ovino de la zona, aunque la previsión es que sea el ganado mayor quien pastoree estos terrenos ahora en baldío.

En total se están habilitando más de 50 hectáreas para pastizal, 40 de ellas trabajadas con desbroce mecánico. “Hay poco pasto y el monte se está cerrando y se necesita una pequeña limpieza”, explica el ganadero que ha solicitado estas labores de limpieza. Las quemas también disuaden al lobo de merodear al ganado mayor y menor al no encontrar resguardo entre el monte bajo. Pese a la presencia de mastines “los lobos se la juegan y hasta ahora hemos tenido suerte”, constata el ganadero de Val de Santa María.

La fauna es uno de los grandes problemas, en particular los ciervos, que se han comido este verano una zona de siembra destinada al ganado menor, “han saltado una cerca de 1,50 metros” instalada precisamente para resguardar el cultivo de la fauna salvaje.