La auténtica castaña longal alistana en fresco se ha convertido en uno de los frutos más codiciados de la temporada otoñal en países europeos como Francia, Suiza y Alemania, un producto de muy alta calidad y allí difícil de encontrar, por el que los consumidores han llegado a pagar entre los 12 y los 14 euros, unos precios impensables en España.

Lo que se aventuraba como un año de abundancia de castañas en Aliste se quedó luego en escasez, pero con mucha calidad. La oferta y la demanda marcaron su ley, vendiéndose todas y a muy buen precio. Solo las ventas a compradores de Zamora (Sanabria), La Bañeza (León) y Moterroso (Lugo) rondaron el millón de kilos generando más de dos millones de euros a las familias de la comarca, con unos precios de entre 1,80 y 2,50 euros por kilo. En las fruterías de Barcelona se venden a 11,50 euros.

A la hora de comer en fresco, las preferidas son las bravas (más dulces) y si lo que se prefiere es asarlas la opción más preferida es la injerta o longal (más grande), aunque ambas van sobradas de calidad y cautivador sabor.

La exportación de castañas frescas a Francia, Alemania y Suiza es una historia rocambolesca más propia de una película de Paco Martínez Soria.

Fueron hace varios años los emigrantes de la vecina región portuguesa de Tras os Montes y Alto Douro, emprendedores y echados para adelante allá donde los haya, los que tomaron la iniciativa de llevar castañas de su tierra a París para celebrar allí un magosto al estilo tradicional de los de la Raya. Fue en el Distrito XIV, –su alcaldesa Carine Petit les cedió un solar al aire libre para asarlas–, donde esta ubicada la Asociación de Jóvenes Luso-Descendientes “Cap Magellan”. En los últimos años ha sido concejal en París el portugués Hernani Sanches Ruivó, de Alcains. Así fue como los parisinos conocieron las castañas ibéricas y su alta calidad: muy sabrosas tanto si son frescas como asadas.

Las castañas alistanas cotizan en Europa

Los emigrantes lusos se dieron cuenta a su vez que allí había un negocio. Ellos mismos se encargan de comprar las castañas y llevarlas en sus furgonetas hasta los tres países, y en los dos últimos años las compran en Aliste dada la calidad de la variedad Longal. Según sus cuentas: “Este año las hemos pagado en Aliste a 2 euros y 50 céntimos y allí las vendemos a 8,50 con lo cual si llevamos 300 kilos ganamos 1.800 euros, se las vendemos a las tiendas y aún le ganan cuatro euros a cada kilo”. 

“La campaña de recogida y comercialización de castañas en tierras alistanas ha sido excepcional y quizás sea la primera vez del siglo XXI que se han podido vender todas y a muy buenos precios. Producimos calidad y la demanda ha estado muy por encima de la oferta”, señalan los propios castañicultores. Una sola empresa ha recogido en Aliste 600 toneladas. Los precios más altos se pagaron en Alcorcillo, donde compradores procedentes de La Bañeza v Sanabria son conocedores de la calidad de las castañas y hasta allí se desplazan cada año a comprarlas. En algunos casos los precios alcanzaron los 2,50 euros, siempre hablando de castañas excelentes escogidas para consumo en frescos, asadas o cocidas. 

El problema estuvo en que muchos pellizos estaban “follacos” y solo tenían una castaña o no valía ninguna de las tres. De esta manera las que había eran de calidad, pero poca cantidad

Según la datos ofrecidos por los castañicultores en algunas plantaciones la producción se redujo hasta un 60%. En Portugal hubo problemas para poder llenar el barco que cada año va repleto de castañas para Brasil. 

Uno de los grandes alicientes de este año en el mercado de castañas fue el interés de la fábrica de Alibos Galicia, ubicada en Monterroso (Lugo), de las más prestigiosas de España, que inició su actividad en 1968 y desde entonces trabajan con esmero en el aprovechamiento de hongos y castañas que luego exportan al resto de España y a los principales mercados mundiales. 

Las castañas alistanas cotizan en Europa

Alibos se comprometió a recoger como mínimo 600.000 kilos de castañas alistanas con su representante en Aliste, el alcañizano Carlos Pérez Rodríguez, que ha montado su planta en la aldea lusa de Riofrio, en el Concelho de Braganza (cercana a Quintanilha). En este caso se recogieron todas las castañas, grandes y pequeña con precios de hasta 1,80 euros kilo. Sólo se pudieron conseguir 200.000 kilos. Para el año 2022 se necesitarán cifras mareantes, un millón de kilos.

Las castañas ya se consumían crudas, asadas, secas y en harina durante todo el año desde tiempos de los romanos, pero en los últimos años la consideración de la castaña ha sufrido una transformación, adquiriendo una imagen mas sofisticada ante la rervalorización de los productos artesanos y su utilización en la alta cocina. Calidad alistana frente la la cantidad llegada de China. Las castañas alistanas exportadas por Aliste a Alibos servirán para elaborar suculentos derivados: harina, puré y marrón glacé y en conserva natural y en almíbar.

Tanto los propietarios como los compradores reconocen que en el caso de Aliste la mayor dificultad está en la recolección de las castañas, falta gente en los pueblos. Los dueños de los árboles son, en su mayoría, gente de la tercera edad cuyos hijos viven fuera, y agacharse a recoger el fruto es un trabajo duro para octogenarios y nonagenarios. De momento en muchos de los casos se está optando por la cesión de recogida compartida a una familia ajena, que recoge las castañas y lo recaudado por su venta se reparte al 50% entre el recolector y el propietario del castaño.

Hay pueblos, como es el caso de Alcorcillo, que cuenta con castañares en la zona de “Portilla Blanca”, una parte centenarios (comunales) y de unos 25 años (montes públicos). Los castaños se reparten por hileras y cada familia recoge las castañas que le corresponden. Otros pueblos que cuentan con castañares públicos son Trabazos, Samir de los Caños y Gallegos del Río. En este último pueblo parte de ellos se vieron afectados por el incendio de Loberdel mes de agosto del pasado 2020.

Cantidad y calidad convierten a las castañas en un exquisito producto muy rentable a corto y medio plazo en Aliste como generadoras de ingresos para las sufridas economías familiares, pero con tres enemigos al acecho y poniendo en muy grave peligro la vida de los castaños: la tinta, el chancro y la avispilla.