Los municipios menores de 500 habitantes de la provincia de Zamora se regirán por un instrumento de planeamiento general propio que regule la actividad urbanística y que sustituirá a las Normas Subsidiarias de Planeamiento Municipal de la Provincia de Zamora, vigentes desde 1988 pero que se han quedado obsoletas y es una figura que ya no contempla la legislación urbanística de Castilla y León.

El equipo Cemaselle, integrado por las arquitectas Carmen Andrés y Llanos Masiá, es el adjudicatario del trabajo contratado por la Consejería de Fomento y Medio Ambiente para la elaboración de las Normas Urbanísticas Territoriales de la Provincia de Zamora (Nutza), que financia conjuntamente con la Diputación Provincial.

Una empresa ambiciosa, en fase de Avance, y cuya principal novedad es la opción a la participación ciudadana. Para ello se ha activado una página webwww.nutza.es–, con estudios y análisis de la provincia de Zamora que el ciudadano puede consultar y comentar. Entre los 248 municipios de la provincia de Zamora, la nueva regulación urbanística afectará a 156, de los cuales 96 cuentan con una delimitación de suelo urbano (DSU), es decir, una línea que separa el suelo urbano del rural; y los 60 restantes son municipios sin planeamiento municipal propio, es decir, que se rigen por las Normas Subsidiarias de 1998.

Las Normas Urbanísticas Territoriales de Zamora “sirven para mediar, cuidar y proyectar el territorio”. Revisan y actualizan las Normas Subsidiarias vigentes con el fin de adaptarlas a las nuevas políticas territoriales y a las dinámicas, necesidades y sensibilidades del territorio y sus habitantes.

Como se expone en el documento de Avance, “son una oportunidad para conocer, preguntarse e imaginar este territorio. ¿Qué lo hace ser? ¿Dónde empieza? ¿Qué lo une o lo separa? ¿Qué necesita? ¿Cómo queremos que sea? e incluso ¿Qué entendemos por territorio?”. Y ahí es donde el ciudadano puede hacer las aportaciones que considere. “La participación es una forma de que las personas se identifiquen con su territorio y que se entienda que no es un documento más que va a prohibir cosas” precisan Llanos Masiá y Carmen Andrés. “Cuantas más aportaciones recibamos mejor y no tienes por qué vivir en el sitio, el territorio es un bien del que disfrutamos todos y todos queremos lo mejor para nuestra provincia”.

Cartel informativo. | Memoria Irene Gómez

La nueva herramienta de ordenación urbanística de los pequeños municipios da respuesta a las necesidades actuales, sociales, urbanísticas o ambientales, e incorpora singularidades en materia de sostenibilidad, respeto al medio ambiente y todo lo relativo a los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Un instrumento adaptado a la nueva realidad y casuística de municipios y los territorios. “Cuando se hicieron las normas de 1998 no existía la Red Natura o paisajes culturales de la Reserva de la Biosfera ni la Agenda Urbana Española. La situación económica también es muy distinta, así como el despoblamiento y envejecimiento de la población. El documento ha de tener en cuenta estas realidades, saber de dónde partimos pero sin cerrar las posibilidades a los distintos municipios” precisan Carmen Andrés y Llanos Masiá.

En la página web se pueden encontrarán archivos abiertos y en construcción (mapas, inventarios, listas…) sobre 156 municipios de Zamora afectados por las normas de planeamiento, “que invitan a la diversidad de miradas, cercanas y lejanas, objetivas y subjetivas, útiles y no, sutiles y no … para completarse a lo largo de todo el proceso: hablar de ellos, con ellos. Están pensados para dar cabida a otras maneras de expresar y de interrogar el territorio”.

Y con el fin de dar publicidad al proceso de participación se han diseñado carteles –”Comparte, pide, conversa, espera. Cómo es tu pueblo”– que se pueden pegar en los ayuntamientos, establecimientos o escuelas, espacios estos últimos que las arquitectas consideran fundamentales para el conocimiento del urbanismo.

Siete líneas estratégicas como punto de partida y debate sobre la ordenación

Las estrategias diseñadas en el documento servirán de punto de partida y debate para las propuestas de ordenación de las Normas Urbanísticas. Se proponen siete líneas: áreas caracterizadoras, red de caminos y espacio público, núcleos, delimitaciones, continuidad verde, patrimonio y paisaje. Sobre la primera, “existe la necesidad de una caracterización más detallada de la provincia de Zamora, en la que se pongan de manifiesto no sólo las diferencias entre áreas y municipios, sino también las características compartidas en algunas zonas limítrofes o dispersas”. Se reconoce además la importancia de la red de caminos como vertebradora del territorio en todas sus escalas: recuperación y continuación de la red de caminos para consolidar relaciones entre el medio rural y el medio edificado.

Naturalización y “ruralización” del espacio público que ha sido “urbanizado” y asfaltado en exceso. Es también “prioritaria” la conservación, protección y desarrollo de las áreas naturales de interés en todas las escalas a través de todo el territorio. La red patrimonial es “clave” con estrategias como la reactivación de los elementos de interés histórico y cultural. Recuperación del espacio público asociado al patrimonio o determinar condiciones de integración en las escenas urbanas y rurales a las edificaciones del entorno de los elementos. Estrategias que se traducen también en una revitalización del paisaje, que se desarrolla a tres niveles: los paisajes rurales, los paisajes degradados, tanto de los que están en ruinas como de aquellos de nuevos crecimientos que suponen una fractura con el tejido tradicional. Y la conservación y activación de los paisajes de interés (naturales o arquitectónicos). “Zamora es una provincia con un patrimonio espectacular que hay que proteger y poner en valor” defienden las redactoras.