Los cuatro directores generales de Medio Ambiente de Castilla y León, Asturias, Cantabria y Galicia han constituido ayer el Grupo de Trabajo del Noroeste, una herramienta propia de gestión sobre el lobo ibérico que las cuatro comunidades hermanadas han puesto en marcha en contra de la prohibición de la caza del animal, una decisión histórica que sienta las líneas de actuación de las regiones loberas sobre la gestión de la especie.

La decisión trae consigo abandonar el grupo de trabajo tutelado por el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, “que pretende una revisión de la vigente Estrategia sin rigor, sin consenso y sin ajustarse a la legalidad”, según ha dejado conocer el grupo de trabajo.

En la reunión, celebrada en el Centro del Fuego de León, el director general de Patrimonio Natural y Medio Ambiente de Castilla y León, José Ángel Arranz, se ha reunido con el director general de Medio Natural del Principado de Asturias, David Villar, el director general de Cantabria, Antonio Javier Lucio y la directora general de Patrimonio Natural de la Xunta de Galicia, Belén do Campo, quienes han puesto en evidencia la necesidad de recopilar el conocimiento acumulado adquirido tras años de gestión de la especie, a través de diferentes fórmulas y singularidades de cada territorio.

Experiencia en la gestión

Durante la reunión, los representantes de las cuatro comunidades han puesto en valor los trabajos de seguimiento sobre la población del lobo en todas las regiones, con especial importancia las que anualmente se realizan desde hace más de veinte años en el Parque Nacional de Picos de Europa, las estimas poblacionales de Asturias –que incluyen radioseguimiento con GPS para mejora de conocimiento etológico– y las campañas de estimas y censos desarrollados en Galicia y Castilla León, donde además parte de su población se encuentra protegida y recoge una mayor intensidad de seguimiento. En total, estos territorios acumulan más del 98% de la población de lobo ibérico en España y son miles los datos recogidos en transectos, recogida de muestras, estudios veterinarios y análisis de restos con numerosas instituciones universitarias o investigadoras, que han generado artículos científicos de importante calado.

Según ha divulgado el recién constituido grupo de trabajo, el estudio conjunto de los datos de cada región resulta crucial para conocer el estado de conservación de la especie. Como ejemplo, se han destacado los trabajos realizados por estas mismas Comunidades Autónomas en programas como el vinculado al Oso Pardo Cantábrico y que cuenta con una gran solidez en sus resultados.

Los objetivos a corto plazo del recién constituido Grupo de Trabajo del Noroeste está “servir de punto de encuentro para la emisión de criterios científico-técnicos, la puesta en común de experiencias en la gestión y la coordinación efectiva de las acciones de estima poblacional de la especie”, han dado a conocer los socios sobre las líneas de trabajo más inmediatas que se plantean desde las cuatro comunidades loberas, de nuevo tras el ejemplo de otras gestiones como la del Urogallo Cantábrico, cuando las comunidades autónomas abordaron “censos coordinados”, cuyos resultados fueron avalados por científicos de primer orden.

Por ello, desarrollar un censo coordinado del lobo ibérico parece el mayor reto durante esta primera reunión, en cuyo seno se ha acordado llevar este proyecto adelante en el que es el territorio que alberga la mayoría de las poblaciones de lobo en España.

Según han divulgado desde el grupo, el futuro censo se realizará según la metodología avalada por la propia estrategia como primer paso para conocer el verdadero estado de conservación de la especie, siguiendo la lógica de actuación que todos los organismos internacionales promueven y siendo la propia Comisión Europea a través de la Directiva Hábitats la que insta a los Estados Miembros a ese primer paso ante de cualquier otra medida.

Desacuerdo manifiesto

El grupo ha analizado también la deriva seguida el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (Miterd) en relación a la “desacertada inclusión” del lobo ibérico en el Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial. Una decisión que el grupo considera se ha tomado “sin razones científico-técnicas que lo avalen, sin conocimiento sobre el estado de conservación de la especie y, sobre todo, por vez primera, sin el consenso de los territorios que gestionan la mayoría de las poblaciones de lobo en España”.

Sobre las características que debe tener la gestión futura de la especie, el grupo se ha pronunciado sobre las bases de “una gestión que nunca ha de desligarse de los habitantes del medio rural y ha de buscar un equilibrio en la coexistencia con la población local” algo, que critican, “no se ha tenido en cuenta pese a las continuas peticiones de diálogo y consenso que desde las Comunidades Autónomas se trasladaban a esa Dirección General del ministerio” según dejaron saber los directores generales de Medio Ambiente del Noroeste de España.

Manifestar el desacuerdo formal es otra de las propuestas del Grupo de Trabajo del Noroeste, tanto con el proceso de revisión de gestión de la especie como del borrador de la vigente estrategia para la conservación del lobo en España, “que está teniendo un desarrollo diametralmente opuesto al que en su momento se llevó a cabo y que permitió un diálogo entre todos los sectores, un acuerdo general de los ponentes y, sobre todo, redundó en una mejor gestión del territorio que ha permitido una clara recuperación de las poblaciones en el noroeste peninsular, uno de los territorios con mayor densidad de lobo de Europa, lo que constata que el lobo no se encuentra en un estado de conservación desfavorable”, han sentenciado desde el grupo de trabajo en defensa de las líneas de gestión previas y sus buenos resultados.

Y es que el diagnóstico de la situación legal del lobo parte de la premisa incorrecta de que el lobo se encuentra en un estado de conservación desfavorable, en opinión de los directores generales de Castilla y León, Asturias, Cantabria y Galicia. Esta premisa parte de la valoración de un informe sexenal correspondiente al período 2013-2018 plagado de inexactitudes y elaborado desde esa Dirección General del Ministerio, “prescindiendo de los datos que fueron proporcionados por las comunidades autónomas de la región biogeográfica atlántica”, han criticado.

Y es que, según las cuatro comunidades del Noroeste, “en el proceso de revisión actual no se ha seguido el procedimiento administrativo y no se han tenido en cuenta las aportaciones de los técnicos y expertos de las comunidades autónomas”, condenan y señalan que “se ha menospreciado la experiencia en más de veinte años de gestión del territorio” de las cuatro regiones.

“Se ha ultrajado la esencia de una estrategia que perdería con esta nueva redacción el objetivo de conservación de la especie y prueba de ello es que se trata de la primera vez que se cambia el título de una estrategia, intentando poner por delante la ordenación de actividades que no son de su competencia para justificar la inoperancia y la desafección que esa Dirección General de Biodiversidad, Bosques y Desertificación del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico tiene para con el medio rural, con sus habitantes y, finalmente, también con el propio lobo”, han denunciado desde el grupo del noroeste sobre la actuación del Ministerio.

Finalmente, Castilla y León, Galicia, Asturias y Cantabria han tomado la decisión de abandonar el Grupo de Trabajo tutelado por el Ministerio, “y en el que la Dirección General de Biodiversidad del Miterd pretende utilizar de forma capciosa para dar carta de naturaleza a un trabajo que, ni se ajusta a los mínimos criterios de exigibles, ni cuenta para nada con el respaldo del personal técnico de las comunidades autónomas que precisamente albergan y gestionan las poblaciones de lobo ibérico en España”, han denunciado desde el recién creado grupo de trabajo.