El arquitecto del Servicio Territorial de Patrimonio de Zamora inspeccionó, ayer a primera hora de la mañana, el estado del edificio de la plaza del Arrabal afectado por el derrumbe parcial, como consecuencia del accidente de tráfico ocurrido la tarde del domingo en Puebla de Sanabria. Los peritos de la compañía aseguradora del edificio también comenzaban por la tarde la evaluación de los daños en el inmueble. Los técnicos de la Diputación también inspeccionaron el edificio el lunes.

Luis Fernando González Rodríguez, el dueño de la tienda de regalos afectada, señaló que “la intención es instalar un andamio estructural que sujete la cubierta y asegurar el edificio”. A mayores “tenemos que hacer un pequeño proyecto para reparar el edificio”.

González reconocía la colaboración inmediata de todas las administraciones y en especial del Ayuntamiento de Puebla que ayer agilizaba el permiso y la declaración responsable para comenzar la instalación del andamio estructural, que comenzó por la tarde. En particular trasladaba su agradecimiento al alcalde, José Fernández Blanco, que “ha estado en todo momento a mi lado hasta las tantas de la mañana y se ha portado como un caballero”. El empresario se preocupó el domingo en recuperar y garantizar la integridad de los elementos arquitectónicos derribados, desde la columna a las piedras de la pared del corredor. Bajo vigilancia está la grieta abierta en el edificio al caer una viga y hacer palanca sobre el muro.

González, que es una persona práctica y resolutiva, esperaba ayer que se agilicen todos los permisos para poder recobrar la normalidad cuanto antes. El establecimiento permanecerá cerrado en unas fechas importantes como es la festividad del primero de noviembre. El empresario reconocía que tenía el cargamento de flor natural ya listo, de hecho parte de la mercancía se vio afectada por el derrumbe de la galería. Una imagen chocante es la que brindaba el escombro y las macetas en flor en la acera.

Trabajos de colocación del andamio para apuntalar la estructura. | A. S.

El empresario también confía en garantizar la seguridad con la colocación del andamio y poder reabrir la travesía de la carretera regional ZA-925 tras el cierre al tráfico desde la rotonda de la avenida de Braganza hasta el cruce del Puente de San Francisco. Un corte al tráfico que convertía la calle más rodada por el tráfico en una calle peatonal. González se hacía eco del malestar del comercio y la hostelería por el descenso de actividad económica en los establecimientos desde el lunes.

Luis Fernando González se acordaba de las dos mujeres portuguesas que se vieron envueltas en el accidente al impactar el vehículo del octogenario contra su utilitario, desviarse e impactar contra una de las columnas que sujetaban el corredor. Ese desafortunado impacto contra el turismo tuvo como efecto positivo que no derribaron las otras columnas, que hubieran provocado la caída de todo el corredor. En la tienda se encontraban varios clientes, la dependienta y el empresario, quien ordenó quedarse dentro y al fondo de la tienda a todos ellos, mientras salía a ver tras el fuerte golpe.