Europa destaca el turismo lobero en la Culebra como ejemplo de coexistencia

La guía de la comisión para la protección de especies reconoce en el conflicto en torno al cánido una brecha social entre lo urbano y lo rural

Centro del Lobo Ibérico “Félix Rodríguez de la Fuente”, en Robledo, en plena Sierra de la Culebra. | Emilio Fraile

Centro del Lobo Ibérico “Félix Rodríguez de la Fuente”, en Robledo, en plena Sierra de la Culebra. | Emilio Fraile / Alejandro Bermúdez

La Comisión Europea acaba de presentar una “Guía para la protección estricta de las especies animales de interés comunitario”, que orienta a los Estados miembros sobre la aplicación de medidas de protección de especies “icónicas” como el delfín, el oso o el lobo. El documento dedica varias páginas a las medidas de protección del ganado frente al lobo, apostando por este modelo frente a la caza.

La guía supone una actualización con respecto a la elaborada por la Comisión Europea en 2007, enmarcada en la Directiva de Hábitats. Una de las novedades de esta última actualización es la inclusión de un anexo específico sobre la protección del lobo con ejemplos concretos para apoyar la coexistencia de esta especie con actividades humanas como la ganadería.

La guía destaca que la especie Canis lupus “se está recuperando y está recolonizando partes de su área de distribución histórica”, algo que achaca a “la protección legal, actitudes públicas más favorables, a la recuperación de sus especies presa (cérvidos y jabalíes) y de la cubierta forestal tras el abandono del suelo rural”. Sin embargo, a continuación reconoce que la vuelta del lobo a regiones en las que su presencia era inexistente desde hacía décadas “supone un reto significativo” ya que esta especie “suele asociarse a conflictos de todo tipo y puede provocar fuertes protestas y reacciones sociales entre las comunidades rurales afectadas”. Entre los conflictos asociados al lobo se cita la depredación del ganado, el riesgo percibido por las personas, las repercusiones para especies cinegéticas de ungulados y el conflicto en torno a los valores.

En este último punto, se destaca que los conflictos asociados al lobo no siempre radican en el impacto económico directo para algunas partes interesadas en las zonas rurales. “Los lobos simbolizan claramente una serie de cuestiones más amplias y los conflictos a menudo reflejan brechas sociales más profundas, entre los valores modernos y tradicionales o entre diferentes clases sociales y económicas. Los lobos suelen abrir un debate fundamental sobre la futura dirección de los paisajes europeos entre diferentes segmentos de la sociedad con puntos de vista opuestos sobre la manera de preservar”.

Se proponen seis tipos de medidas para mejorar la coexistencia entre lobos y seres humanos. La primera son los pagos compensatorios, aunque indican la necesidad de “definir claramente las normas de admisibilidad” y “comprobar que las pérdidas de ganado se deban efectivamente a la depredación de lobos”. También se señala la obligación de “garantizar una compensación justa” y que el beneficiario la perciba “rápidamente”. El documento recoge las quejas de los ganaderos de distintos países sobre el proceso, complicado y costoso, para percibir unos pagos que en muchas ocasiones son insuficientes.

En segundo lugar, se propone aplicar medidas preventivas, citando diferentes tipos de cercas, pastoreo, perros, concentración nocturna del ganado o dispositivos acústicos y visuales de disuasión. Se insta a los Estados miembro a prestar asistencia técnica para que los ganaderos apliquen correctamente este tipo de medidas, al tiempo que se reconoce que “ninguna funciona al 100%, pero con soluciones técnicas adecuadas, se puede reducir significativamente las pérdidas de ganado a manos de depredadores”.

En el capítulo de asesoramiento y sensibilización, se destaca como ejemplo el catálogo de la web del Ministerio de Transición Ecológica de España, que recoge medidas preventivas útiles para evitar o minimizar las interacciones de las especies protegidas con la agricultura y la ganadería.

También se habla de la utilidad de controlar las poblaciones para proporcionar información precisa, comprender la dinámica de población necesaria para garantizar su supervivencia, adaptar las prácticas de gestión al cambio de situación y cumplir las obligaciones de la Directiva Hábitats. La discrepancia en cuanto al tamaño y el estado de las poblaciones de lobos y otros carnívoros es común en toda Europa, y se propone la participación de todas las partes interesadas, incluidos los cazadores. Se citan ejemplos de participación de todas las partes interesadas aplicados en Eslovaquia, Finlandia, Suecia y Noruega.

La última medida es el descarte mediante el control letal de lobos. La guía de la Comisión Europea señala que “a tenor de la política actual” no es posible abordar el conflicto “exclusiva o principalmente a través del descarte / control letal”, asevera que “no parece haber pruebas sólidas de la eficacia del uso del control letal para reducir la depredación del ganado”. No obstante, abre la puerta a permitir el sacrificio de lobos “en circunstancias excepcionales”, como ataques a las personas.

Financiación de las medidas

Por último, el documento dedica un capítulo a las medidas de apoyo financiero que se pueden solicitar a la Unión Europea. Una de ellas es el programa LIFE, con convocatorias anuales que pueden sufragar actividades de demostración y el ensayo de soluciones como medidas de protección, la evaluación del riesgo de depredación, el establecimiento de regímenes de compensación de daños, la formación específica de veterinarios y guardas forestales para evaluar los daños en el ganado, o actividades de comunicación e información destinadas a resolver el conflicto entre lobos o humanos.

El Feader (fondos de desarrollo rural) puede apoyar la adquisición de vallas o los costes veterinarios y de alimentación de los perros guardianes La futura PAC, indica el documento, también podría financiar medidas preventivas y sistemas de pastoreo a través de nuevos regímenes ecológicos.

Los fondos Interreg pueden financiar proyectos destinados a mejorar la cooperación transfronteriza en materia de conservación y gestión de grandes carnívoros, como por ejemplo la conectividad de los hábitats o la transferencia de conocimiento.

Para terminar, se cita la financiación nacional para la sustitución del ganado sacrificado por lobos.

Entre los “ejemplos de financiación innovadora” que la Comisión Europea ha hallado en Europa se destaca el de la Sierra de la Culebra, en Zamora, que demostraría “las oportunidades de ingresos y empleo generadas por el ecoturismo basado en la naturaleza, que también pueden ayudar a mejorar la aceptación de los lobos y su coexistencia con las comunidades rurales afectadas”.

La guía de la Comisión Europea afirma que la Culebra “se ha convertido en una zona de importante observación de lobos, que supone un activo económico significativo y atrae a miles de visitantes todos los años”.

No obstante, se advierte que las iniciativas turísticas no deben entorpecer la conservación del lobo, y que debe tenerse en cuenta el impacto para otros grupos de partes interesadas, como por ejemplo, evitar atraer grandes carnívoros a zonas con ganado o contribuir a que los grandes carnívoros asocien al ser humano con la comida.

Otro ejemplo que se cita es un programa propuesto para los Picos de Europa de cooperación entre agricultores y ecologistas, ganador del premio Natura 2000 en el año 2020. La Fundación para la Conservación del Qubrantahuesos decidió hacer frente al abandono rural, la pérdida de pastos, de fuentes de alimentación para los carroñeros y al riesgo de incendio con la creación de la marca de garantía Pro-Biodiversidad para apoyar a los ganaderos de ovino que operan bajo sistemas tradicionales extensivos. A través de este régimen, se paga un precio mayor por la carne de ovino producida por ganaderos que coexisten con los lobos.

Fuera de España, es el distintivo local “Terre di lupi” (Tierra de lobos) creado en el Piamonte italiano para promover quesos y otros productos elaborados por los ganaderos y agricultores locales.