El Grupo Especial de Actividades Subacuáticas de Castilla y León, el GEAS de la Guardia Civil, vuelve a entrenar en el Lago de Sanabria, tras dos años marcados por las contadas visitas al entorno lacustre sanabrés. Un cabo al mando de tres guardias especializados se desplazaron ayer desde Valladolid con sus equipos y las zodiac para realizar una práctica y un reconocimiento preventivo, el segundo ejercicio que realizan desde marzo de 2020 cuando se declaró el Estado de Alarma.

La presencia habitual del GEAS forma parte del Plan de Instrucción Permanente de prácticas y conocimiento de zonas acuáticas de la comunidad que incluye tanto los embalses como los lagos naturales. Por lo general estas prácticas se realizan dos veces al año. En calidad de Policía Judicial Subacuática los agentes tienen también la labor de supervisión de las zonas declaradas yacimiento arqueológico de las aguas para prevenir el expolio.

El GEAS retoma las prácticas en el Lago de Sanabria Araceli Saavedra

Los miembros del GEAS han realizado inmersiones de manera prácticamente ininterrumpida en el Lago de Sanabria desde su creación, hace 27 años, con el balance generoso de mucha práctica y ningún ahogado que tener que rescatar de estas aguas, las más frías de Castilla y León para los buceadores experimentados. Los embalses de El Pontón en Segovia y Almendra entre Zamora y Salamanca son los que más intervenciones han requerido en los últimos años. Alguno de los agentes más veteranos habitual en el Lago han participado recientemente en el último rescate en el embalse de Ricobayo.

La temperatura del agua, un dato clave para planear la duración de las inmersiones, era de 8 grados a 17 metros de profundidad, en superficie temperaturas de 20 grados, más veraniegas que otoñales.

En un área acotada cerca del embarcadero de la Playa Viquiella preparan los equipos de inmersión, una zona de fácil acceso con los equipos de buceo, que suponen hasta 40 kilos de peso en tierra, solo la botella de oxígeno vacía es la mitad del peso total. Tras el tiempo de demora, lo mejor es el momento de la inmersión, comenta uno de los agentes. La previsión es descender entre 8 y 25 metros de profundidad, aunque algunos de los profesionales han llegado a los 50 metros en el Lago de Sanabria durante los ejercicios.

El GEAS retoma las prácticas en el Lago de Sanabria Araceli Saavedra

En una larga inmersión de 45 minutos cronometrados de inmersión los dos submarinistas realizan pruebas de orientación en unas aguas que solo les permite una visibilidad de unos dos metros en la zona más superficial. A 14 metros detectan más claridad. En la misión además de hacer la coordinación entre los dos buceadores, hacer el seguimiento de una guía y localizar a 4,9 metros de profundidad los dos castaños arrastrados desde Ribadelago, monumentos vegetales bajo el agua bien conservados y con un tamaño monumental que permite a un buceador bucear dentro de la enorme oquedad del tronco.

En la orilla del refugio de pescadores está varada una viga de madera de una casa posiblemente procedente de Ribadelago y lo que se deduce que puede ser un listón de una ventana. En el rastreo se nota la limpieza de los últimos años, ya que en las inmersiones de los primeros años se encontraban numerosas ruedas y e incluso llegaron a encontrar una batería de un coche.

Otra tarea que realizan durante las inmersiones es recoger la basura que puedan encontrar y transportar. En esta inmersión varias botellas de plástico, una toalla, unas gafas de buceo y una chancla de agua que por su estado son de esta última campaña de verano.