Modificaciones del mapa sanitario, redistribución de la población entre los profesionales, redistribución de tareas, modificaciones de plantilla con incremento en algunas categorías, y atención presencial y no presencial. El documento que maneja la Consejería de Sanidad sobre la reorganización de la Atención Primaria contempla cambios normativos y una modificación del mapa sanitario –que permanece sin revisión desde su creación en 1988–, acorde con la nueva realidad demográfica.

Bajo la denominación de Estrategia de Reorganización y Refuerzo de la Atención Primaria en Castilla y León, una vez descartado el llamado Plan Aliste (que ha sumado el rechazo de ciudadanos, colectivos, sindicatos, plataformas y partidos de la oposición), la Consejería de Sanidad plantea un proyecto para el que es “imprescindible contar con un plan de recursos humanos, ya que sin profesionales sería inviable”, apunta sin precisar el refuerzo de médicos.

“Será necesario incorporar 499 nuevas enfermeras y otros profesionales como TCAE, fisioterapeutas, médicos y personal administrativo, entre otros” detalla un documento que maneja la Gerencia Regional de Salud con el objetivo de dar respuesta al reto de la dispersión geográfica, pérdida y envejecimiento de población, aumento de enfermedades crónicas y falta de profesionales.

Un proceso “complejo y ambicioso que implica a los profesionales en el desempeño de su trabajo, a los pacientes en la asistencia sanitaria y a la sociedad en su conjunto. “Por ello requiere de una comunicación cuidada y planificada para que sea bien entendido” precisa el documento.

Las líneas de trabajo pasan por la modificaciones al mapa sanitario (“entrezona”), redistribución de la población entre los profesionales (“intrazona”), redistribución de las tareas entre los profesionales del equipo (“intraequipo”) y mejora de la capacidad resolutiva, especialmente en el medio rural y acciones organizativas.

La reorganización afecta de lleno al medio rural, con Zonas Básicas de Salud (ZBS) donde “se podrían reducir el número de demarcaciones médicas, al tener unos cupos de pacientes tan pequeños que ponen en riesgo el necesario mantenimiento de las competencias profesionales. Por el contrario, la plantilla de enfermeras es inferior a las necesidades para atender a una población envejecida y con enfermedades crónicas”.

Se considera necesario definir el cupo mínimo de pacientes por médico que no sea inferior a 400 pacientes

Se considera necesario definir el cupo mínimo de pacientes por médico que “no sea inferior a 400 pacientes. Se podrá estudiar la necesidad de que en algún caso esta cifra deba ser modificada”.

Hay categorías profesionales “deficitarias”, por lo que será necesaria la creación de nuevas plazas, “enfermeras y administrativos fundamentalmente, pero también fisioterapeutas, trabajadores sociales, así como TCAES (auxiliares de enfermería) y celadores”.

El plan contempla la redistribución de tareas en los profesionales, con dos proyectos en marcha: la gestión compartida de la demanda que potencia el papel de la enfermería y Proyecto HADAS, que otorga un papel protagonista al personal administrativo. “Ambos precisan aumentos de personal, enfermería y auxiliares administrativos”. Y también el aumento de trabajadores sociales para la atención a las necesidades de la población y una coordinación real con los servicios sociales. El documento precisa también que el modelo de atención en la patología osteoarticular y el abordaje del dolor crónico precisan del incremento de la dotación de fisioterapeutas”.

Maletines digitales, ecógrafos portátiles y medios para desplazar a los usuarios

La mejora de la atención en el medio rural pasaría por el aumento de la dotación de recursos diagnósticos y medios tecnológicos, como equipos de telepresencia, maletines digitales o ecógrafos portátiles. La organización establece agendas que garanticen la atención tanto presencial y no presencial en los consultorios. La idea es extender el sistema de cita previa a toda la comunidad, tanto a los centros de salud como a los consultorios locales mediante el acceso a través de dispositivos App y Portal de Salud y el acceso telefónico directo. “Se potenciará la atención personalizada para la obtención de la cita telefónica”, de ahí el desarrollo de unidades administrativas. La atención sanitaria, tanto de medicina general como de enfermería se llevará a cabo en el Centro de Salud, en los consultorios locales con la frecuencia establecida en la norma, así como en otros consultorios locales donde pasen consulta los profesionales de referencia. En estos consultorios elegidos para la atención diaria prestarán servicio, tanto el personal médico como de enfermería, todos los días hábiles. Para ello “es preciso organizar la asistencia sanitaria de manera que, en los casos en que se considere procedente, se elijan en cada ZBS, aquellos consultorios que por alguna de sus condiciones (tamaño, servicios, equipamiento, etc.), puedan ofrecer atención diaria a toda la población de la Zona Básica de Salud. Y ello sin menoscabo de la consulta médica y de enfermería en el resto de los consultorios”. Es decir, que se abre la puerta a los desplazamientos de los pacientes a otro pueblo para acudir al médico. Para facilitar el desplazamiento de los usuarios tanto a los consultorios como al centro de salud “se trabaja en el desarrollo de un sistema eficaz de transporte concesional a la demanda en el medio rural”.

Críticas por no dar solución “al verdadero problema: falta de médicos”

La Confederación Estatal de Sindicatos Médicos de Castilla y León (CESM) considera que la Estrategia de Organización y Refuerzo de la Atención Primaria en Castilla y León evidencia que la Consejería de Sanidad “renuncia a solucionar el verdadero problema de la Sanidad en Castilla y León: la falta de médicos”. La consejera y dos Direcciones Técnicas de la Dirección General de Planificación y Asistencia Sanitaria han presentado el plan a las organizaciones sindicales de la Mesa Sectorial. “Lejos de abandonar la reestructuración de la Atención Primaria, la Consejería de Sanidad sigue adelante con la misma, sin ni siquiera abordar soluciones al principal problema que está limitando el poder realizar una atención de calidad: la falta de médicos” incide CESM. Apunta el sindicato de médicos que “todas las medidas que proponen, y para las que nos piden una adhesión a cambio de participar en su implantación, se justifican por la falta de facultativos, pero ninguna de las estrategias esta destinada a paliar este déficit, sino solo a hacer parches para disimularlo”.

En cuanto a los cambios en el mapa sanitario: unificación, disgregación de ZBS, “que disminuyan el número de plazas médicas”. Apuntan la “ausencia de médicos en Puntos de Atención Continuada (PACs vinculados), en el que los médicos serán sustituidos por enfermeras”. Tampoco convence la telepresencia, “que significa que el médico no estará presente, el paciente será atendido a través de una pantalla”. Precisa la organización que la población, tanto la del medio rural como la del urbano, “lo que pide en sus reivindicaciones es que, en sus consultorios, en sus centros de urgencia operativos sean atendidos por el profesional que puede solucionar sus problemas de salud: el médico. La tecnología está para complementar la asistencia sanitaria, no para sustituir a los profesionales”. Desde CESM defienden “otra política sanitaria, en la que el dialogo sin prejuicios y el consenso son las herramientas esenciales para abordar los graves problemas que aquejan a nuestro sistema sanitario y en el que el objetivo fundamental es hacerla más accesible y con calidad”. Para ello, abogan por medias que atraigan a los profesionales, que incentiven y faciliten su ejercicio y su desarrollo profesional, que permitan el desempeño en las zonas de difícil cobertura.