La Reserva Regional de Caza de “Sierra de la Culebra” acogía en la mañana del lunes un homenaje póstumo al agente medioambiental Cesáreo Muñoz Macías, fallecido en acto de servicio el día 27 de septiembre 2020 dentro del término municipal de la Villa de Tábara, mientras acompañaba a un cazador en un rececho de ciervo.

El trágico suceso con tan fatal desenlace tenía lugar hacía las 11 horas. Al quedarse Muñoz Macías inconsciente, el propio cazador intentó reanimarlo sin éxito, además de llamar con urgencia al 112. Los profesionales sanitarios llegados al lugar solo pudieron certificar su muerte, siendo en vano el desplazamiento del helicóptero del Sacyl para evacuarlo a un centro hospitalario y poder salvarle la vida.

Cesáreo Muñoz Macías nació el día 18 de julio de 1963 en la localidad extremeña de Peraleda de Zaucejo (Badajoz) y se formó en la Escuela de Capataces de Lourizán (Galicia) pasando luego a ser Agente de Medio Ambiente de la Junta de Castilla y León. Allí fue donde, así lo reconocía él mismo, comenzó a conocer la comarca zamorana que luego sería su tierra de acogida, pues tenía de compañeros de estudios a varios zamoranos, entre ellos a Domingo Ferrero Cruz, de Rabanales, ahora también Agente Medioambiental en la Comarca Forestal de Aliste.

En 1993 se incorporó como agente medioambiental a la Reserva Regional de Caza de la Sierra de la Culebra donde desarrolló su trabajo durante 27 años, fijando su residencia en la casa rectoral de la parroquia de “San Miguel Arcángel” de Sarracín de Aliste, donde se convirtió en una persona muy querida en la zona.

El lugar de su fallecimiento ha sido el elegido para levantar el monolito en honor y recuerdo al agente Cesáreo Muñoz Macías, justo en el paraje de “La Salguerica”, en el Monte de Utilidad Pública de “El Casal” en la Reserva Regional de Caza Sierra de la Culebra, entre los términos municipales de Riofrío de Aliste y Ferreruela (Sesnández de Tábara).

El monte Casal, deslindado el día 3 de noviembre de 1975 y amojonado el 30 de junio de 1978, abarca una superficie de 1.536 hectáreas, toda ella forestal, de pinos sylvestris, nigra y pinaster. Era este, el lugar donde murió, uno de los sitios preferidos de Muñoz Macías en vida: “Trabajo y vivo en uno de los ecosistemas más maravillosos y ricos en fauna y flora del mundo” solía decir.

Compañeros, vecinos y familiares de Muñoz. | C. S.

El monolito consta de una peana de un metro cuadrado construida con piedra de cuarcita de la zona serreña, en cuyo centro se erige una cruz de granito de un metro y 40 centímetros de altura, a cuyo pie se ha colocado una placa de mármol que lleva impresa con láser la siguiente frase: “En recuerdo y agradecimiento a Cesáreo Muñoz Macías, Agente Medioambiental de la Junta de Castilla y León, por su labor en la Reserva Regional de Caza Sierra de la Culebra: 27 de septiembre de 2020”. En la propia peana de piedra dos suboficiales del Ejército del Aire también han querido colaborar colocando una placa de recuerdo.

El monolito está rodeado por un muro de mampostería que cerca una superficie de 25 metros cuadrados. En su interior se procedió a plantar ayer varias especies forestales, entre ellas un madroño, emblemático árbol de la Sierra de la Culebra, y una cupresácea de pinchudas acículas (para evitar que forme parte del menú de los ciervos y de los corzos) que con el paso de los años destacarán entre las plantaciones de pinos que circundan sus alrededores.

Con esta pequeña construcción se pretende que “Cesáreo Muñoz Macías sea recordado y que, dentro de varias décadas, cuando sus actuales compañeros ya no estemos en activo, este lugar sea conocido como la Cruz de Cesáreo”.

"Cesáreo siempre conseguía mantener su territorio limpio de cazadores sin escrúpulos"

Recuerdan sus compañeros de profesión: “Cesáreo fue una gran persona que desde el primer momento se integró perfectamente entre los habitantes de Sarracín. Vivía de alquiler en la casa parroquial y era uno más entre sus convecinos que le proveían de productos de la huerta en verano, de frutas en otoño y de viandas de la matanza en invierno. Era un apasionado de su trabajo, disfrutaba con lo que hacía y aunque el furtivismo nocturno al que tenía que enfrentarse de vez en cuando, pudiera parecer peligroso, él siempre conseguía mantener su territorio limpio de cazadores sin escrúpulos”.

Un año después de su desgraciada muerte compañeros, familiares y amigos le recordaron con un “pequeño pero merecido homenaje” recuperando muchas de aquellas anécdotas y curiosidades en sus 27 años como funcionario de la Junta de Castilla y León por las tierras alistanas, tabaresas y sanabresas, coincidiendo en que “Cesáreo murió haciendo lo que más le gustaba y en el lugar que más amaba: la Sierra de la Culebra”.

El agente recibió sepultura en su pueblo extremeño de origen, Peraleda de Zaucejo, pero está muy claro que su memoria será inolvidable en la Sierra de la Culebra.

El acto estuvo promovido por el Servicio Territorial de Medio Ambiente en Zamora a través del director de la Reserva de Regional de Caza Sierra de la Culebra Pedro Luis Ramos, secretario técnico, agentes medioambientales, celadores de Medio Ambiente y peones forestales. La construcción del monolito y su entorno lo llevaron a cabo la cuadrilla contra incendios asentada en la Sierra de la Culebra (Ferreras de Abajo). Asistieron al sentido homenaje sus familiares y un representante del Ayuntamiento de Riofrío, así como el secretario de la agrupación de propietarios de la reserva Daniel Ferrero.

Germán Matellán Fernández, alcalde del Ayuntamiento de Riofrío, dijo “Cesáreo era un gran profesional y como vecino una persona cercana y ejemplar desde que llego en 1993 y se empadronó en el municipio. Su pasión era la naturaleza, la fauna y la flora de la Sierra de la Culebra pasando la mayor parte de su tiempo de trabajo y de ocio en el campo. Su memoria será eterna en tierras de Aliste”.