Miles de documentos y legajos del archivo municipal de Fermoselle llevan años amontonados en una vivienda propiedad del Ayuntamiento. Los distintos habitáculos de la casa albergan el voluminoso fondo –junto a otros enseres inservibles–, extraído en el año 2009 de la Casa Consistorial con motivo de las obras de remodelación del edificio. Inicialmente se buscó un espacio, pero en un segundo movimiento se trasladó toda la documentación a la estancia actual, situada al lado de la Casa del Parque, que antes se utilizó como aula de una escuela taller.

Lamentablemente la mayoría de los archivos municipales de este país están igual

Cuentan que ese último traslado se realizó en un dumper, sin demasiado celo a pesar del valioso material que contiene la historia municipal de Fermoselle. La documentación ha permanecido durante años amontonada y abandonada por las salas de la vivienda al albur de humedades, polvo y hongos. Con eso se ha encontrado la bibliotecaria y archivera contratada ahora por el Ayuntamiento, a través de una subvención de la Junta.

El archivo municipal de Fermoselle, por los suelos J. L. F.

Por delante tiene la compleja tarea de sanear los documentos dañados y poner en orden el voluminoso fondo para su depósito en la definitiva sede en una sala del edificio donde se encuentra también la Oficina de Correos, el Juzgado y la Biblioteca.

“Se han habilitado estanterías con capacidad para albergar todo el fondo, con la ventaja de que la nueva sede se encuentra más a mano del Ayuntamiento, en el caso de que se necesite recurrir a alguna documentación”, explica el alcalde fermosellano, José Manuel Pilo.

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“Cuando vimos las condiciones en las que estaba esto nuestra obsesión era clasificarlo y buscar un espacio adecuado. No podíamos consentir que la historia municipal del pueblo estuviese así mas tiempo porque los documentos empiezan a deteriorarse. La subvención de Cultura nos ha permitido contratar a una profesional, a la que está ayudando un trabajador del Ayuntamiento que además es historiador” apunta el regidor fermosellano.

El archivo municipal de Fermoselle, por los suelos J. L. F.

La idea del equipo de gobierno es que la vivienda quede libre antes de fin de año, puesto que el compromiso del Ayuntamiento es tenerla disponible para el acogimiento de una familia de refugiados.

El archivo municipal de Fermoselle, por los suelos

Desde hace aproximadamente un mes las dos personas se han puesto manos a la obra en la afanosa tarea de poner orden en el caos de papeles que ha generado la actividad administrativa a lo largo de dos siglos. “Lamentablemente la mayoría de los archivos municipales de este país están igual” reflexiona Natividad (Tita) Fernández Barrueco, embarcada en la organización y restauración de los documentos que lo precisen.

El archivo municipal de Fermoselle, por los suelos J. L. F.

Por los distintos habitáculos de la vivienda municipal se apilan documentos de los siglos XIX y XX, generados por el Ayuntamiento de Fermoselle. Desde proyectos de obras, presupuestos, cuentas de fiestas, toros, censos, diarios de Intervención, expedientes de auxilio por ancianidad lo enfermedad, procesos judiciales, padrones de habitantes, de vehículos, funcionarios, gastos, adjudicaciones, actas de plenos, cuentas, licencias…

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“Lo que hay mayormente son cuentas. La documentación antigua en general está my bien organizada, alguna un poco deteriorada porque se ha perdido algo de tinta, pero en orden. Hemos ido abriendo lo que se ha visto más dañado” cuenta la profesional. “Hay documentación que se ha humedecido y que tienen mucho residuo y polvo. La más antigua hay que oxigenarla y limpiarla para que no se deteriore más” explica la archivera. Por la casa hay libros en exposición debido a la humedad que también se aprecia en las paredes de la vivienda. Un secador en la mesa ayuda también en esa tarea. “Nosotros, de una forma muy primaria, estamos tratando de salvar la documentación que es tan importante, porque es patrimonio”.

Cuando vimos las condiciones en las que estaba esto nuestra obsesión era clasificarlo y buscar un espacio adecuado

“Dos enemigos fundamentales en documentación son el polvo y los hongos, que se ha descubierto alguno pero no demasiado vivo, y los estamos retirando” cuenta la bibliotecaria fermosellana que, al igual que su compañero, trabaja con mascarilla y guantes.

El archivo municipal de Fermoselle, por los suelos J. L. F.

“Lo prioritario es evitar que se pierda la documentación más deteriorada. Hay legajos que están atados, envueltos en periódicos y eso deteriora mucho”. Además de esa operación salvamento, en medio de toda la marabunta “tenemos que intentar clasificar las series que van apareciendo”. Tita Fernández ha pedido medios y asesoramiento en el Archivo Provincial. “Trataremos de seguir un criterio establecido, con un cuadro de clasificación definitivo para seguir una ordenación siempre”.

En general los documentos aparecen despiezados, es decir, sin estar agrupados en expedientes completos. Ahora se trata de organizarlo en series, es decir “la documentación que se repite en el tiempo y siempre de la misma forma. Lo importante es llegar a expedientes cerrados” explica Natividad Fernández.

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Junto a todo ese fondo documental que ahora se empieza a ordenar, en la una de las salas de la vivienda propiedad del Ayuntamiento se amontonan también placas de vehículos, ordenadores viejos, algún instrumento musical, una máquina de cuentas. libros… Un babel de material que en su día cumplió una función y permanece depositado desde que se desalojó del Ayuntamiento con motivo de la reforma llevada a cabo hace dos décadas.

Cuando todo se ordene y la casa quede libre será una familia de refugiados –está por decidir si afganos o de otra nacionalidad– la que ocupe la vivienda.

Hasta ese momento hay tarea para ordenar lo que ha sido la vida administrativa de Fermoselle evitando caer el triste destino de tantos archivos municipales, sumidos en la desidia y el abandono.