Ferreruela de Tábara afronta con ilusión el proyecto de infraestructuras y desarrollo rural más importante de su historia tras treinta años de larga espera lo cual traerá consigo que muchos de quienes lo apoyaron y promovieron ya no podrán conocerlo al haber fallecido.

Día 26 de julio de 1991: esa fue la fecha en que la mayoría de los vecinos de Ferreruela, mediante firma, solicitaban la concentración parcelaria local a la Consejería de Agricultura y Ganadería de la Junta con vistas a erradicar el minifundismo existente en el pueblo serreño que, desde ya hacía muchos años y más con la llegada de la maquinaria, dificultaba el desarrollo normal y viable de la actividad agroganadera. Trece años hubieron de pasar hasta afrontarse la redacción del Estudio Técnico Previo en marzo de 2004.

La Junta tardó catorce largos años hasta la declaración de la concentración parcelaria de Ferreruela de Tábara de utilidad publica y urgente ocupación el día 12 de mayo de 2005. Diferentes avatares han llevado a que la urgencia más bien haya sido tardanza.

La comisión local no se constituyó hasta el 7 de noviembre de 2008, publicándose ese día las bases provisionales. Las definitivas llegaron el 10 de enero de 2011. Pero nos se declararon firmes hasta el 15 de mayo de 2015. El proyecto de concentración había sido aprobado el 4 de julio de 2013. La superficie a concentrar limita con hasta ocho pueblos alistanos, tabareses y albarinos: Sesnández, Escober, San Martín, Vegalatrave, Losacio, Olmillos de Castro, Abejera y Puercas de Aliste.

Se trata de un término situado entre serranías donde sus principales accidentes hidrográficos son el arroyo “Bertillo” (que recoge las aguas del Cándena y Valedefeijes) y el “Montegrande” que se surte de Peña el Gato, Gargantadas, Venero, Policagado, Urrietafonda, Ventosa y Chano Pozos. Ambos se unen Losacio de Alba donde ya se les conoce como el arroyo de “Val de Ladrones” que se une al cauce del gran río Aliste (ahora zona embalsada del Salto de Ricobayo entre Vegalatrave y Losacino.

Un rebaño al lado de la carretera y junto a uno de los parques eólicos. | Ch, S.

La Corporación del Ayuntamiento, presidida por el alcalde Angel Román Rodríguez, acordaba en pleno, el 31 de julio de 2008, por unanimidad, la inclusión de las fincas municipales. En total los 418 propietarios aportaron en su conjunto 3.510 hectáreas, 57 áreas y 31 centiáreas distribuidas en 11.358 parcelas, –muchas de ellas auténticos minifundios–, que se han reconvertido ahora en 1.375 fincas de reemplazo.

La superficie media de las parcelas antiguas de alrededor de 31 áreas han pasado a más de 2,7 hectáreas. La media por propietario ha pasado de 27 a solo tres parcelas.

El 32% de los nuevos propietarios tienen atribuida finca única, incluyéndose en este porcentaje “los vecinos que aportaron un número reducido de parcelas y otros que en su de hoja de petición hicieron constar expresamente la prioridad de obtener un lote único sobre cualquier circunstancia”. Se procuro adjudicar los lotes de remplazo de los propietarios de los términos colindantes, lo más cerca posible al lugar donde radica su explotación.

En lo que respecta a los viñedos se han procurado atribuir quienes los aportaban si así lo habían requerido, procurando en todos los casos dejar formas más regulares en las nuevas fincas de reemplazo.

Muchas de las modificaciones en el proyecto de concentración parcelaria de Ferreruela vinieron motivadas y obligadas por la existencia, –puesta en marcha durante el proceso–, de tres parques eólicos, con parcelas afectadas por los aerogeneradores, caminos, zanjas y lineas de evacuación de la energía producida. Parcelas objeto de un contrato entre la empresa eólica y los propietarios de las mismas, en las que estas ceden una parte de ellas a las productoras eólicas, a cambio de una retribución económica. Para garantizar los derechos de ambas partes ha sido necesario devolver las parcelas afectadas por los parques eólicos a sus propietarios actuales, dotando a las nuevas fincas de un buen acceso a través de las redes de caminos diseñada sin afectar a los caminos construidos por la empresa propietaria de los eólicos.

Otro problema que llevó a numerosas modificaciones llegó con la encuesta del proyecto de concentración parcelaria ya que se recibieron numerosas alegaciones referidas a la adjudicación de las nuevas fincas y que fueron atendidas aquellas que se encontraron justificadas. Así mismo se hubo de revisar la red de caminos diseñada y se consideró que era necesario hacer tres modificaciones, una de ellas “Comunicar el camino vecinal que une Ferreruela con Abejera, que en el proyecto expuesto había quedado incomunicado,”.

Así mismo se optó por “variar el trazado de ciertos caminos que discurrían por zonas encharcadizas o por callejas que se encuentran cubiertas por agua durante buena parte del año para llevarlos por zonas altas y sanas, evitando un coste excesivo en su construcción”.