El Obispado de Zamora expresó hoy su apuesta por “no alimentar polémicas” en torno a la sentencia emitida el día 14 del pasado mes de abril por el Juzgado de Primera instancia número 3 de Zamora, en la que se declaró que la parroquia de Santa María Magdalena, de Corrales del Vino es la propietaria de la ermita de Nuestra Señora de las Angustias.

“Manifestamos la perplejidad por lo acordado en el pleno del Ayuntamiento de Corrales del Vino el pasado 6 de septiembre, en el que suprime su representación institucional en los actos religiosos organizados por la parroquia, así como su intención de no incluir ningún acto religioso en las programaciones culturales y festivas de la localidad”, señaló, en un comunicado. “Es necesario no alimentar polémicas que podrían generar división entre los vecinos de Corrales del Vino y la parroquia de esta localidad”, añadió.

Además, hizo hincapié en la “disponibilidad” de la parroquia “al servicio del bien común” y agradeció a los fieles y colaboradores del municipio por su “generosa participación en el sostenimiento de la ermita, concebida para el servicio litúrgico del Pueblo de Dios”.

Por otra parte, la Diócesis de Zamora recalcó que, según los derechos constitucionales y al artículo segundo, punto 2, de la Ley de Libertad Religiosa, la Iglesia puede establecer lugares de culto con fines religiosos “tal y como viene haciéndose en Corrales del Vino desde tiempo inmemorial, al servicio del pueblo de Dios y de la sociedad en general” y apostilló: “En el estricto cumplimiento de la ley, el Real Decreto 1867/1998 permitió que se inscribieran en el Registro los templos católicos. La diócesis de Zamora inmatriculó, por el procedimiento de la certificación administrativa del artículo 206 LH, aquellas propiedades susceptibles de pertenecer a esta”.

En este contexto, el comunicado apuntó que la inscripción de esos bienes en el Registro de la Propiedad “no responde a un privilegio de la Iglesia católica, sino a un procedimiento administrativo que solucionó el problema de la inscripción de las fincas carentes de título de dominio” y recordó que el caso de la ermita de Corrales del Vino “responde a un procedimiento ordinario conforme a la legalidad, siendo que el Obispado actuó en tiempo y forma para el reconocimiento de la titularidad del inmueble”. 

Por lo que se refiere a la titularidad histórica, el Obispado de Zamora explicó que la propietaria original de la ermita fue la Cofradía de la Santa Cruz que, una vez extinguida, por su condición de asociación de fieles sujeta al Derecho Canónico, transfirió sus bienes a la entidad eclesiástica superior de la que forma parte, en este caso a la parroquia de Corrales del Vino.

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“La ermita de Nuestra Señora de las Angustias es un bien cultural por su valor histórico y artístico que se integra en el patrimonio de la localidad de Corrales del Vino”, subrayó. Por esta condición y, de acuerdo con la práctica habitual de mantenimiento del patrimonio, las administraciones públicas colaboran con los propietarios de estos bienes en su conservación y recuperación”, agregó, además de mencionar la concesión de ayudas de tipo económico, como la otorgada por el programa Arquimilenios de la Junta de Castilla y León para la recuperación y mantenimiento del templo.

“La ermita pertenece a la comunidad de fieles cristianos de Corrales del Vino y está al servicio del conjunto de la sociedad, siendo la Iglesia simplemente la administradora de este bien. Por tanto, no solo es un templo para los católicos, sino para todos aquellos que quieran admirar su valor cultural”, concluyó.