San Blas, localidad alistana perteneciente al municipio de Viñas, recobraba ayer la normalidad en el abastecimiento domiciliario de agua potable tras mas de dos años de incertidumbre en que los vecinos han tenido que ser abastecidos para el consumo alimentario mediante garrafas por la Diputación de Zamora, a causa de los altos índices de hierro y manganeso.

La solución final, definitiva y exitosa, ha pasado por la construcción y puesta en marcha de una ETAP (Estación de Tratamiento de Agua Potable) a petición de toda la Corporación Municipal del Ayuntamiento de Viñas de Aliste, presidida por el alcalde Bernardo Casado Fernández, y financiada por la Diputación Provincial de Zamora que ha aportado el 90% del coste total, poniendo el 10% el Consistorio de fondos propios.

Se trata, según han explicado los técnicos a los vecinos, de “una una planta de tratamiento cuyo funcionamiento se basa en una cloración previa, con procesos de aireación y tratamiento mediante filtración por diversos tanques, de tal manera que se va a garantizar la reducción del contenido en hierro y manganeso hasta cumplir con los límites exigidos por la normativa vigente” de la Consejería de Sanidad de la Junta de Castilla y León. Las obras, que salieron a licitación pública con un presupuesto base de licitación para su ejecución mediante contrata, de 94.141,65 euros, fueron contratadas a la empresa Aquona en 70.131 euros.

El calvario para los vecinos comenzó cuando en la realización de los análisis periódicos realizados por la Junta de Castilla y León –que se realizan en todos los acuíferos–, las aguas del pozo de sondo de San Blas dieron unos resultados muy por encima de los límites permitidos por la normativa sanitaria en lo que respecta al hierro y al manganeso. Los valores van cambiando a lo largo del tiempo, si bien la característica general es la presencia de un alto contenido.

Llegados a esta situación, allá por el año 2018, la primera solución, temporal, pasaba obligatoriamente por garantizar a las familias la disponibilidad de agua para consumo alimentario (beber y cocinar). Los vecinos fueron abastecidos desde entonces mediante garrafas de 10 litros. Mientras el agua del pozo sí podía utilizarse para otros cometidos del hogar.

San Blas recupera el agua potable, que no se podía beber desde 2018

Una vez ha comenzado a funcionar, la Estación de Tratamiento de Agua Potable de San Blas puede alcanzar si así fuera necesario unos valores punta de 35.000 litros de agua depurada por día, lo cual puede ser necesario en periodos como julio y agosto, meses en que suele incrementarse notoriamente la población residente estacional al sumarse a los vecinos los emigrantes.

De septiembre a junio, según los estudios técnicos, sería suficiente con una producción estándar que se ha calculado en alrededor de 15.000 litros al día.

La ETAP está capacitada para tratar y depurar en torno a 2.500 litros por hora, con lo cual en otoño, invierno y primavera será suficiente con seis horas de funcionamiento y en verano con 14, para alcanzar el caudal y autonomía suficiente para abastecer sin problemas a toda la población de San Blas.

La pequeña y acogedora localidad cuenta en la actualidad con solamente tres empadronados (de los cuales 17 son varones y 14 mujeres) frente a los 58 con que inició el siglo XXI una época donde las féminas (32) eran más que los hombres (26).

El agua del pozo de sondeo se eleva hasta un nuevo depósito de agua bruta de 5.000 litros, de fibra de vidrio, donde tiene lugar la cloración previa cuyo objetivo es que se precipiten el hierro y el manganeso que pasan con posterioridad a un filtro bipaca (relleno de sílice y antracita) donde son eliminados dichos elementos. Una vez pasado dicho filtro el agua se deposita en otro aljibe de cinco metros cúbicos que a su vez también tiene la función de ser el depósito de agua con el que se realizará la limpieza de filtro mediante un contralavado. Es en este depósito donde se aporta el cloro libre que está regulado con una instalación de medición y desde donde se llevará al depósito de almacenamiento y distribución para pasar a la red general y abastecer a todas las familias. La previa adición de cloro y la reacción con el oxígeno posibilita la oxidación de los compuestos contaminantes, con un filtro relleno con un material granulado formado a base de clinoptilolita y especialmente preparado para la remoción de hierro y manganeso.

Bernardo Casado Fernández, alcalde del municipio de Viñas, señala que: “El suministro de agua domiciliario es un servicio vital para nuestros pueblos y vecinos, y por ello desde el ayuntamiento consideramos que es una prioridad afrontar las infraestructuras que nos garanticen su prestación durante las cuatro estaciones del año y nunca vamos a escatimar esfuerzos para conseguirlo. En San Blas nuestro problema era el hierro y el manganeso por sus altos índices y le hemos dado solución lo antes que hemos podido pues, como todo, lleva un proceso de redacción de proyecto, conseguir financiación, la contratación de la obras y su ejecución, con unos plazos que hay que cumplir”.

Para Javier Faúndez Dominguez, vicepresidente tercero y diputado del Área de Medio Ambiente: “San Blas necesitaba una solución y se la hemos dado con una estación depuradora que garantizará el suministro de agua sin problemas. El abastecimiento de agua es esencial para mejorar la calidad de vida en el medio rural y desde la Diputación de Zamora apoyamos y apoyaremos las infraestructuras necesarias se trate de pueblos grandes o pequeños pues todos los ciudadanos tienen derecho a recibir un suministro de agua en calidad y cantidad acorde a las necesidades”.

En la presente legislatura ya se han construido estaciones potabilizadoras para eliminar los altos índices de hierro, manganeso y arsénico en Arcillera, Castro de Alcañices, San Vitero, Domez de Alba, Moldones y Figueruela de Arriba; actualmente esta en obras otra en Lober, y será necesario construir otras dos ya aprobadas: una en Brandilanes (municipio de Fonfria) y otra en Palazuelo de las Cuevas (Ayuntamiento de San Vicente de la Cabeza).