La primera campaña de excavaciones arqueológicas en el yacimiento romano de “El Castrico” de Rabanales de Aliste avanza con buenos resultados. Bajo la dirección de Óscar Rodríguez Monterrubio y Francisco José González de la Fuente, el equipo de la asociación científico Cultural “Zamora Protohistórica” ha ido avanzando durante este mes de agosto en los trabajos arqueológicos, atravesando olas de calor y densas nubes de polvo en le proceso.

Vecinos de Rabanales visitan los trabajos. | Cedida por Zamora Protohistorica.

De momento se han abierto dos sondeos de grandes dimensiones buscando establecer el grado de conservación de los restos enterrados y las cronologías que representaba. Se ha podido comprobar según los expertos de Zamora Protohistórica, que “pese a haber perdido algo de entidad por hallarse bajo parcelas que han sido cultivadas durante siglos, mantienen todavía la traza y los suelos de diferentes edificios todavía intactos”.

Además, los hallazgos materiales apuntan indiciariamente (hay que esperar al meticuloso trabajo de laboratorio que siguen a toda excavación arqueológica para poder afirmarlo con mayor rotundidad) al siglo I de nuestra era. Esto “casa perfectamente con las fechas que arrojaban las numerosas estelas funerarias que se encuentran en las paredes de algunas construcciones actuales de Rabanales, destacando sobre todo la iglesia de San Salvador”.

Por tanto, a estas alturas parece claro que la zona intervenida responde al momento histórico de la llegada de la romanización, no registrándose de momento estructuras más antiguas en el yacimiento: “Una interpretación potencial sería la de que el Imperio Romano, buscando implantar su organización del espacio en este territorio, cree nuevos asentamientos mientras los castros, que venían dominando hasta entonces el paisaje a lo largo de la vega del río Aliste y sus tributarios, todavía se encuentran habitados (se recuperaron elementos de la misma cronología en el Castro de la Encarnación de Mellanes” señalan los directores de la excavación Oscar Rodríguez Monterrubio y Francisco José González de la Fuente de la asociación científico cultural “Zamora Protohistórica”.

Ruta guiada a la excavación. | Cedida por Zamora Protohistorica.

Otros elementos de la antigua población de “El Castrico” de Rabanales que se han podido comprender apuntan los arqueólogos es “que responde a edificios de traza rectilínea de similar orientación entre ellos, –lo que implica un pensamiento urbanístico–, de paredes con un zócalo en piedra local (cuarcitas, pizarras y esquistos) y tapial de adobe en altura, con techumbre en teja romana (tegulae e imbrex), de los cuales se han recuperado un alto número de fragmentos. Uno de los grandes éxitos de esta primer campaña has ido el identificar los restos de un camino de grandes dimensiones, que se orienta igual que el resto de construcciones y que articula el tránsito en esta parte de la población”.

Otro gran éxito de esta campaña arqueológica esta siendo toda la parte de divulgación que la acompaña. El proyecto Castrum Zoelarum nació con esa idea desde que en 2018 se iniciaban las actuaciones, hasta entonces centradas en la prospección general del término municipal de Rabanales y en tres campañas de excavaciones en el “Castro de la Encarnación” de Mellanes, impulsadas por el propio Ayuntamiento de Rabanales y con el apoyo económico de la Fundación “Fomento Hispania”, la Diputación de Zamora y Caja Rural. Un proyecto eminentemente zamorano de investigación, innovación y difusión en el corazón de la comarca de Aliste.

Para culminar la campaña de excavaciones que oficialmente acaba el día 31 de agosto, se realizará una jornada de puertas abiertas el próximo sábado día 28. El acceso se completamente libre, aunque la entrada al Castrico se irán formando grupos de entre 10 y 15 personas para evitar aglomeraciones. Se señalizará debidamente de tal manera que sea fácil de encontrar para quien nunca haya visitado el pueblo, aunque a seta altura todos los vecinos y vecinas de Rabanales saben decir como llegar a pie.

Se organizarán dos turnos, uno de mañana (desde las 11 hasta las 14 horas) y otro de tarde (desde las 18 a las 20.30 horas) y se recomienda llevar sombrero o algo para cubrirse la cabeza, agua y crema solar (hace bastante calor y no hay sombra en le yacimiento, aunque la visita se estima en una media hora por grupo), así como mascarilla y seguir todas las recomendaciones sanitarias en relación con el Covid-19. Se ha diseñado un pequeño recorrido que permitirá ver ambos sondeos de excavación (muy cercanos entre sí) y se expondrán parte de los elementos recuperados, de tal manera que quien lo visite podrá conocer los artefactos que ayudan a los arqueólogos y arqueólogas a reconstruir el modo de vida de hace dos mil años y preguntar cualquier curiosidad que le pueda surgir en eses momento.

Desde Zamora Protohistórica creen que quizá sea el inicio de nuevas formas de hacer cultura y economía entorno a esta actividad arqueológica y por ellos recomiendan a los visitantes que se acerquen desde otros lugares que prueben la ricas gastronomía de la zona (Rabanales, San Vitero, Alcañices y Grisuela) y disfrute de la afamada carne alistana. Incluso en Rabanales se ha creado un “Postre Romano”.

Los propios vecinos de Rabanales se acercan cada día a las excavaciones a contar sus historias a los arqueólogos.