La presencia de la Guardia Civil hizo huir a unos 40 jóvenes, entre ellos menores de edad, que participaban en un botellón en Vigo de Sanabria durante la noche del lunes al martes. Los vecinos sufren durante el mes de agosto no solo los botellones que se van rotando de pueblo en pueblo y que se programan por las redes sociales, sino las consecuencias.

En varias ocasiones se ha dado aviso a la Guardia Civil para que intervenga y frene estas molestas y dañinas incursiones nocturnas, además de proceder a identificar a algunos de los participantes, entre los que hay menores.

Y las consecuencias de estas fiestas nocturnas no autorizadas son botellas rotas y cristales por el suelo, plásticos, daños en señales de tráfico y pintadas en el mobiliario público. La señal de STOP del cruce de Vigo apareció doblada, los indicadores viarios pintados y las paredes de la parada de autobús grafiteada.

Botellón y gamberrismo dejan huella en calles y espacios de Vigo

Los daños afectan también al campo de fútbol que es el lugar elegido para reunirse beber, oír música, orinar y dar rienda suelta a otras actividades para después dejar la basura tirada. La alambrada del recinto deportivo es otra de las damnificadas, arrancada en varios tramos de su perímetro.

Además de reunirse en las inmediaciones del campo de fútbol, como denuncian en el pueblo, acaban en algunas calles dejando basura o provocando daños en propiedades particulares, además de voces, música y gritos hasta altas hora de la madrugada que impiden el descanso.

A lo largo del verano se han repetido estos botellones en otros puntos de manera repetitiva en Trefacio y Castro de Sanabria.